❝Donde ᴅᴀᴅᴅʏ JungKook pasa todo el día trabajando e ignorando a su ʙᴀʙʏ ʙᴏʏ Taehyung, quien sólo quiere jugar y dar placer a su ᴅᴀᴅᴅʏ ❞
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【kooktae】
【¡taehyung bottom! ¡jungkook top!】
【contiene escenas sexuales fuertes +18】
【capítulos cortos y...
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Giró el picaporte de la puerta y salió del baño apagando la luz detrás de él. Avanzó tranquilamente por el pasillo hasta la sala de estar, pasando por detrás del sofá en el que Jimin y Jungkook seguían sentados, en silencio. El rubio poseía una expresión neutra, ya no lloraba, no sentía ni dolor ni ira ni tristeza. Los dos chicos al verle, se quedaron callados viéndole ir a la cocina, y al unísono se levantaron del sofá acercándose a la isla, justo en frente estaba Taehyung con el vaso de batido en su mano.
—Tae lo siento, lo siento... lo sentimos mucho, pero déjanos por lo menos explicártelo —habló Jungkook acelerado, con el corazón en un puño.
—¿Explicarlo? —soltó una seca risa, levantando ambas cejas. Después dio un sorbo al batido—. Bueno, adelante. Me encantaría escuchar esa explicación.
Le clavó su seria y fría mirada y Jungkook se quedó estático y sin saber qué decir. Tragó duro y miró a Jimin.
—Venga Jimin, adelante, cuéntaselo.
—¿Qué? ¿Yo por qué? —cuestionó cruzándose de brazos—. Además, no hay nada que explicar, la cagamos y ya está.
Jungkook suspiró volviendo su mirada a Taehyung, quien tranquilamente bebía de su batido. Dejó el vaso sobre la mesa y suspiró.
—Escuchadme, voy a hablar yo y os voy a explicar cómo serán las cosas de ahora en adelante.
Cogió una gran bocana de aire y al primero que miró directamente fue a Jungkook, quien se sentó en la silla cruzando sus manos sobre la mesa, sintiéndose intimidado por Taehyung.
—Eres increíble, Jungkook. Y no en el buen sentido —comenzó a hablar—. Has dicho que lo sientes como cuatro o cinco veces, ¿pero realmente te arrepientes?
El pelinegro tragó saliva.
—Sí... —murmuró casi sin poder pronunciar fuerte las palabras.
—¿Hm? No te escucho.
—Sí, lo siento mucho. No quise hacerte daño pero parece ser lo único que sé hacer. Y no espero tu perdón, porque no lo merezco —sentenció bajando de nuevo la cabeza.
