setenta: ᴀɴᴅ ғɪɴᴀʟʟʏ ʜᴏᴍᴇ

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Cogió otra profunda calada del cigarrillo antes de mover su cabeza hacia un lado

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Cogió otra profunda calada del cigarrillo antes de mover su cabeza hacia un lado. Nueva York esa noche estaba sorprendentemente bonita y brillante. Cada ventana de los edificios desprendían luz, y cada una de ellas contaba una historia diferente. Jungkook por ejemplo se estaba terminando su último cigarro de la noche antes de tener que ir al aeropuerto pata embarcar un vuelo directo de catorce horas de vuelta a Seúl.

En su interior estaba emocionado a pesar de no estar transmitiéndolo. Afortunadamente podían volver un par de días antes de lo previsto y eso le alegraba, ¿pero a costa de qué? Tuvo que estar encerrado en su habitación todos los días que permaneció ahí, haciendo informes y más informes, y sin poder disfrutar de una sola salida a dar un paseo por la ciudad. Eso le fastidiaba, que volviera sin haber salido de aquel hotel que ya aborrecía.

El frío viento revolvió su cabello e hizo que cerrara los ojos para disfrutar de aquel momento de paz en el que sólo se escuchaba el tráfico de la calle. Había estado bastante tiempo fuera por lo que su nariz y sus mejillas habían tomado aquel rosado particular que deja al estar el rostro frío. Volvió a abrir los ojos y apagó el cigarro contra el cenicero que tenía a su lado en una mesa.

Dejó la barandilla en la que estaba apoyado y se adentró a la calurosa habitación. Sus maletas ya estaban hechas, es más, ya era momento de bajar a la recepción para encontrarse con el resto. Agarró la capucha de su negra sudadera y se la colocó dejándose en la barbilla la mascarilla. Tomó la mochila poniéndosela en la espalda y la otra maleta la tomó con una mano. Le echó un último vistazo a la habitación antes de apagar las luces y cerrar la puerta.

Una vez abajo, se acercó a Sharon lentamente y cuando estaba a su lado, se apoyó en el manillar de la maleta con ruedas. Su cabeza estaba agachada y se sentía demasiado cansado como para estar ahí de pie.

—Sé que estás muy cansado pero piensa en la parte positiva, vuelves a casa —dijo Sharon extendiéndole un vaso de café—. Sólo aguanta un poco más.

Jungkook levantó la mirada y agarró el vaso.

—Creo que esta semana he dormido unas cuatro o cinco horas en total... no puedo más. Es demasiado para mí —le dio un sorbo al café e intentó erguirse a pesar de que la espalda le dolía como si llevara veinte kilos sobre ella.

¡Daddy! i want to play // kooktae +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora