¡Daddy! i want to play // kooktae +18

cuarenta y cuatro: sɪɴɴᴇʀs

Si Taehyung hubiera sabido que ese Lunes estaría más de dos horas en la Universidad protestando contra un supuesto "fallo", ni se hubiera levantado de la cama. Él y unos cuantos compañeros más de su clase iban a entregar el trabajo, pero al parecer el profesor no tenía ni idea de él. Aunque lo verificó con más profesores e incluso la directora, todos dijeron lo mismo, que no habían mandando ningún correo mandando ese trabajo.

Obviamente los alumnos estaban enfadados, pues parecían no querer darles ninguna explicación. Taehyung, tras estar discutiendo bastante tiempo sobre eso, decidió pasar del tema, no iban a conseguir nada aunque siguieran insistiendo. Salió fuera, dirigiéndose hacia el árbol en el que siempre se reunían en los descansos. Desde lejos pudo ver a todos, aunque ninguno se percató de su llegada hasta estar frente a ellos.

—Estoy harto de todo esto —se quejó Taehyung, tirando la carpeta con el trabajo al suelo con furia.

—¿Qué ha pasado? —se interesó el primero Hoseok, concentrado en seguir haciéndole bien la trenza a Lisa.

—He perdido dos días de mi vida en hacer un puto trabajo que ahora dicen que ni mandaron, eso es lo que ha pasado —contestó toscamente Taehyung sentándose en el césped junto a Jimin y dejando la mochila a un lado.

—¿Pero le enseñaste el email? —preguntó Lisa.

—Sí, yo y los 20 alumnos más, pero aunque comprobaron que, efectivamente, se trataba del correo oficial de la Universidad, siguieron negándolo.

—¿Y qué vas a hacer? —cuestionó Jimin con la mirada baja, arrancado algo de hierba.

—No hay nada que pueda hacer, simplemente tendré que aceptarlo.

Taehyung apoyó su cabeza en el hombro de Jimin. Éste no se atrevía a mirarle a los ojos, no desde la noche del viernes.

—Bueno, como ya están llegando las vacaciones de invierno... ¿quien será el primero en dejar su casa para una fiesta? —preguntó Lisa animadamente para cambiar de tema.

—En la mía ya no se pueden hacer fiestas, no desde que rompisteis el piano de mi madre... —respondió Jimin haciendo un puchero, sin levantar la vista.