ochenda y dos: ᴡᴀᴛᴄʜ ʏᴏᴜʀ ᴡᴏʀᴅs

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La mañana siguiente a una gran fiesta suele ser horrible, dolor de cabeza, malestar y continuas ganas de vomitarlo todo

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La mañana siguiente a una gran fiesta suele ser horrible, dolor de cabeza, malestar y continuas ganas de vomitarlo todo. Jungkook se sentía así esa mañana, sentía su cuerpo cansado e igualmente su cabeza, las extremidades le pesaban y sentía la boca seca. La fuerte luz mañanera era muy molesta a sus ojos y estaba realmente incómodo. Se colocó boca arriba llevando las palmas de sus manos a sus ojos y comenzó a frotarlos lentamente con sus dedos. A su mente rápidamente se le vino la imagen de él maquillado de calavera y pensó que aún seguía estándolo y lo estaba esparciendo por toda su cara.

Frenó sus movimientos al instante y se levantó de un salto de la cama perdiendo por unos segundos la estabilidad. Tras ir a mirarse en el espejo del baño y observarse, se percató de que su cara estaba completamente limpia, sin ningún rastro de maquillaje, y también llevaba puesto su pijama. No recordaba haber hecho nada de eso, no recordaba haberse quitado el maquillaje ni recordaba haberse puesto su pijama, mucho menos se acordaba de cómo llegó a la cama. Suspiró comenzando a limpiar el rostro para despejarse un poco y seguidamente hizo sus necesidades. Salió del baño tras unos minutos y se encaminó a la puerta para después bajar las escaleras con suma calma.

De repente un exquisito olor a gofres recién hechos llegó a sus fosas nasales, al igual que el olor a café recién hecho. Por alguna razón aquel olor le recordaba a su adolescencia, cuando su madre le hacía el desayuno antes de ir al instituto... Se adelantó hasta la cocina maravillado por tan ricos olores y ahí pudo ver lo que sucedía. Taehyung se encontraba cocinando el desayuno junto a Hoseok, ambos bastante sonrientes y deslumbrantes, nada que ver con el aspecto de Jungkook el cual aún seguía con dolor de cabeza a pesar de haberse tomado una pastilla.

—Anda mira, despertó la bella durmiente —comunicó el pelirrojo con una sonrisa elevando sólo unos segundos la mirada, para después seguir cortando fruta.

Taehyung, quien se hallaba echando la mezcla en la gofrera, elevó su mirada para mirarle y dejó el bol sobre la mesa sonriendo ampliamente. Fue acercándose a él dando cortos pasos que acaban en un pequeño salto, con sus brazos extendidos. Llevaba puesta una ancha y larga sudadera lo que le hacía ver extremadamente adorable y más con esa linda actitud que parecía tener esa mañana. Jungkook le rodeó la cintura correspondiéndole el abrazo mientras sus ojos vagaban desde la isla central hasta la encimera, atento a lo que cocinaban.

¡Daddy! i want to play // kooktae +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora