veintitres: ɪ ᴛʀᴜsᴛ ʏᴏᴜ

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Sus manos se movían con lentitud y cuidado sobre las teclas del blanco piano de cola, haciendo que la hermosa melodía resonara por todo el enorme y vacío teatro

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Sus manos se movían con lentitud y cuidado sobre las teclas del blanco piano de cola, haciendo que la hermosa melodía resonara por todo el enorme y vacío teatro. A su izquierda, un chico se movía con gentileza y suavidad, haciendo preciosos giros. Cuando el chico del piano giró su cabeza para mirarle, sonrió inconscientemente sin percatarse de que se quedó completamente congelado observándole, pues dejó incluso de tocar.

—¿He hecho algo mal? —preguntó el joven acercándose, con la respiración acelerada y con algunas gotas de sudor deslizándose desde su frente hacia su rostro. Había bailado por lo menos durante dos horas seguidas, con leves descansos de cinco minutos para beber agua y recuperarse del cansancio que conllevaba practicar aquella complicada coreografía—. Puedo mejorar, de veras, dame otra oportunidad y no te fallaré.

Se apoyó en el piano y bebió de la botella de agua, sintiendo un gran placer cuando sus labios resecos por fin volvían a estar húmedos.

—No, tranquilo, ha sido culpa mía, tú lo estás haciendo todo perfecto. Te mueves con tanta soltura ahora que ya no pareces el mismo chico que hace unas semanas.

Un pequeño rubor se hizo presente en el rostro del bailarín.

—Gracias, hyung.

—¿Por qué no eres capaz de cantar con la misma confianza con la que bailas? —preguntó curioso el rubio dejando de tocar las teclas y girándose en el asiento para verlo mejor.

—Es distinto... llevo bailando más años de los que canto, es algo que me sale sólo. En cambio cantar a veces lo veo como una obligación por-

—Porque no eres lo suficientemente confiado en que saldrá bien.

Terminó de decir, y el peliazul sonrió levemente sentándose junto a él, con la mirada baja. Aunque llevaba conociéndolo ya varias semanas, su presencia seguía intimidándole.

—Exacto... cuando canté frente a ti fue mi primera vez en muchos años cantando frente a una persona y no frente al espejo —Yoongi escuchaba atentamente. En un principio Jimin parecía muy cerrado, una persona que no se permitía hablar sobre cosas privadas con alguien que conocía desde hacía tan poco tiempo, pero cada vez que contaba algo acerca de él, le sorprendía gratamente. Aún así sabía que tenía secretos muy escondidos que seguramente jamás se los contaría—. ¿Sabes lo que me sorprendió aquel día? Que realmente lo hiciera, que fuera capaz de hacerlo cuando incluso a mi mejor amigo le negué aquello.

¡Daddy! i want to play // kooktae +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora