22._Extraño

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Eran los primeros días de marzo,
cuando fuimos llamados a una reunión por el administrador, para tratar temas de convivencia. Como de costumbre nos sentamos al final de la sala y desde allí escuchamos todo el asunto. Aquel hombre hizo mucho énfasis en la violencia intrafamiliar, las mujeres y todas esas cosas. Lo curioso es que no me perdía de vista, mientras daba su discurso de como actuar y prevenir aquellos escenarios.

Bills, a mi lado, tenía los brazos cruzados y un tic en la pierna derecha. Cada vez que el administrador me miraba, daba un pequeño gruñido y me veía como recriminandome algo. La verdad es que Bills,estaba extraño desde hace un par de días. Recuerdo que le pedí que me trajera mi agenda del bolso en mi habitación y al dármela, me quedo viendo de forma muy peculiar.

-¿Sucede algo?- le pregunté esa mañana.

-Nada- contestó secamente y se fue al trabajo.

El otro acontecimiento extraño sucedió esa tarde, mientras estábamos en la cocina. Yo tenía hambre y comencé a hacerme un sandwich bastante abundante que Bills miraba con atención, mas no con ganas de pedirme un trozo como era su costumbre.

-¿Desde cuando comes tanto, Mary? Parece que lo hicieras por dos.

-Es que no tuve tiempo de almorzar el día de hoy- le dije de buen ánimo- Si quieres te puedo hacer uno también.

-Orefiero mis... ¿Qué haces?- me preguntó mientras me veía sacar algo de la nevera.

-¿Me convidas una cerveza?- le consulté y cuando cerré la puerta del refrigerador, me encontré con Bills a mi espalda.

-¡Pero claro que no! ¡Tú prácticamente no bebes y no deberías hacerlo ahora! ¡Aunque para eso deberías haberme preguntado! ¡¿No te das cuenta que apenas estoy saliendo de mis deudas?!

-Bills es solo una cerveza- le dije y me miró con una expresión algo boba- Además tus problemas económicos tienen una fácil solución. Despide al dependiente de tu segunda tienda, envía a Trunks ahí y tú, encárgate de de la primera.

-Había pensado en eso, pero la verdad no hace mucha diferencia no pagar un sueldo- me dijo quitándome la lata de cerveza- Las ventas apenas cubren...

-Quizá ese es el problema- le dije y me miro con atención, mientras vertía la cerveza en una taza- Tu tienda ya tiene sus clientes de varios años, pero tu mercancía es para un pequeño sector de los amantes de la cultura japonesa- le dije, pero me callé al ver como miraba.

-Continúa...

-La segunda tienda esta ubicada en un sector próximo a varias escuelas ¿Por qué no lo conviertes en un café, pero para los chicos otakus y todos los frikis?

-¿Qué clase de idea es esa?

-Una cafetería que además sea tienda. Un lugar que ofrezca todo ese ambiente que las chicas tanto gustan. Donde puedan oir sus bandas de K-pop, comer productos japoneses y coreanos. Encontrar sus animes favoritos y todas esas cosas. Piénsalo. Tendrías muchos clientes ya que no hay ningún lugar semejante en la ciudad. Ni a los nativos de esos países se las ocurrido.

-¿Quieres que atienda a un montón de pubertas, con las hormonas alborotadas, que babean por unos tipos que ni siquiera cantan bien?-me cuestionó.

-Te digo que seas pionero en establecer un negocio, cuya clientela va en aumento día a día.

-Eso requeriría una gran inversión- dijo y vacío la taza- Pero no suena mal...aunque supongo que solo me lo dices para que te mantenga ahora que...

-¡Yo no quiero me mantengas! ¡Ubícate Bills!

DesatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora