7._Mentiroso

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Verlo comer era como mirar a un niño al que le diste su golosina favorita. Realmente Bills, comiendo, era dichoso o eso me pareció.

-Oye...¿Y qué tan seguido te dan esta comida, Mary?- me preguntó antes de echarse una cuchara con postre a la boca.

-Es relativo- contesté y me quede viendo la copa de vino.

-Abrí una botella y la compartí contigo. No lo desperdicies- me dijo cuando notó que miraba el vino.

No respondí y tomé la copa, la agite y respire sobre ella. Tenía un buen aroma.

-¿Hace cuanto trabajas en ese restaurante?- me preguntó antes de meterse un bocado a la boca.

-Un par de meses- le respondí,
pero no pareció muy convencido- Aunque he trabajado en restaurantes desde siempre. Por así decirlo.

-Dijiste que estudiabas ¿No?

-Hago un curso. Estoy considerando dejarlo- respondí y lo miré a los ojos.

-¿Y eso por qué?-me preguntó.

-Porque tome el curso en un momento en que no sabía
quiero otra cosa. Algo para lo que no necesito un título- le pregunté intentando indagar en sus ideas.

Me miró a los ojos un rato,
después se bebió de golpe el vino en su copa. Tomó su plato, los cubiertos y se levantó para ir a lavarlos diciéndome que yo limpiara lo que ensucie. Me le quedé viendo un instante y lo noto, porque me regreso la mirada de reojo.

-Para ser ese tipo de persona, me sorprende que laves los platos- comenté cuando volví la vista al frente,logrando que me viera otra vez- Supongo que en tu caso no debería sorprenderme. Se nota que has vivido solo mucho tiempo.

Lo oí hacer un débil sonido con la boca, mientras se secaba las manos.

-No creas que no note o no me molestó que, aprovechando que mi mobiliario es poco y no estaba, dispusiste del espacio del departamento a tu antojo. Sin consultarme en nada- le señale y se giro a verme cruzando los brazos.

-Debiste haberlo dicho antes. No tengo porqué estarle preguntando a otros si algo que hago o digo les molesta- me dijo- Si te callaste, otorgaste- agregó y poniendo los brazos tras su cabeza se fue a la sala.

Lo admito, al principio esa respuesta fue como una bofetada, pero después me sonreí con cierto gusto. Y es que no podía refutar eso. Me lavante para lavar los platos y me olvide del asunto, por el bien de mi ego. Cuando pase al baño, lo vi mirando la televisión aunque me dio la impresión de que estaba contemplando sus pensamientos más que mirando el noticiero.

Después de ducharme me puse mi pijama. No era común tener una noche de paz y quería disfrutarla, pero la electricidad se fue de un momento a otro arruinando parte de mis planes. Luego oí a Bills gritar un par de palabras que me anunciaron, que ahí morían el resto de mis planes. Salí a ver que pasaba y lo encontré cubierto de espuma de jabón,sujetándose una toalla larga entorno a la cintura,
refunfuñando y buscando algo entre los cajones de un mueble.
Cuando lo ilumine con la linterna de mi celular, se amparó los ojos con la mano y de mal modo me pregunto ¿Qué tanto estaba mirando?

-La atractiva panorámica
-respondi en tono sarcástico.

Se sujetó mejor la toalla y con la linterna que tomó del cajón,
ilumino hacia la sala dedicándole palabras hostiles a los que debían encargarse del mantenimiento del edificio. Yo mire por la ventana y no ví ninguna luz afuera, por lo que era obvio que el problema no era sólo ahí.

-Se corto el suministro eléctrico,
pero el de agua todavía funciona. Termina de bañarte y vete a dormir-le dije y me di la vuelta para volver a mi habitación.

-¡¿Cómo crees que voy a bañarme con agua fría?!

-Entonces vete a dormir lleno de jabón- le dije y me miro de una forma terrible a lo que respondí riendo- ¡Oh vamos! Tampoco es para tanto. Sólo calienta un poco de agua y ya.

Me vió entre intrigado y molesto. Lo ignore. Fui hasta la cocina para calentar agua en la tetera y en una de las cacerolas. Había visto una fuente grande, le pregunte por ella y me iluminó el lugar donde la guardo, con la linterna. Después de unos cuantos minutos apague la estufa y vertí el agua de ambos recipientes en la fuente,que le puse entre las manos. Claro que para que la sostuviera, primero tuve que quitarle la linterna y dejarla sobre la mesa.

-Listo. Ahora puedes terminar de bañarte con agua caliente- le dije y de haber, él, tenido cejas hubiese alzado una- Sí, ya sé que es incómodo...

-¡No iba a quejarme por eso!- me gruñó y lo mire poniendo mis manos en mis caderas-? Podrías iluminarme el camino?

Su tono de voz descendió y eso me llamo la atención. Sujete la linterna y apunte a la puerta del baño para que caminara hasta allá,sin peligro de tropezar. Cuando lo vi empujar la puerta, con la espalda,note que había otro problema por lo que lo seguí hasta allá,mas las baterías de la linterna comenzaron a fallar. Tome mi teléfono celular y lo colgué en una repisa para que tuviera luz. Vi el suyo cargándose en la cocina y posiblemente no tendría batería suficiente, así que...Bueno no era la gran cosa tampoco.

-Date prisa no quiero que se descargue-le dije antes de salir y caminar hacia el balcón.     

No lo hizo. A los pocos minutos apareció junto a mí para darme mi teléfono. Ahora llevaba puesta una bata larga y se secaba tras las orejas con una toalla pequeña. Aparte de él mi mirada para poner el celular en modo avión y ahorrar batería, después volví a apoyar los brazos en el barandal y mirar hacia la calle arbolada.

-Llamo un sujeto- me dijo- Le conteste que estabas ocupada y que llamara más tarde.

-Mentiroso. Nadie me llamaría a esta hora. Menos un hombre- le dije y me di la vuelta, para ver hacia al departamento-me enviarian un mensaje- señale.

Se sentó en esa silla plegable y miro entre los barrotes del barandal. Era una noche templada y las nubes,en el cielo saturado de estrellas,auguraban lluvia. No había nadie en las calles, solo rumores y algún automóvil ocasional que brindaba algo de luz. Del otro lado de la calle, en un edificio como el nuestro, en uno de los balcones, alguien fumaba. El cigarrillo parecía una luciérnaga en la penumbra.

-¿No tienes que estudiar hoy? Siempre estas metida en esos libros- comentó.

-Hoy no y sin luz es difícil leer- le respondí sonriente.

Me dió una mirada fría que recordó a mi maestro cuando nos mostró un corazón en un frasco con formol.

-¿Algo que te guste?- le pregunté.

Chasqueo la lengua y apoyó la espalda en la silla.

-Tú también eres una persona solitaria, Mary- me dijo, pero sin mirarme- Definitivamente eres ese clase de persona.

-¿Qué clase de persona? No te hagas el misterioso y dime- le exigí, pero me ignoro- Eres un...¡Me voy a dormir!

Lo vi sonreírse antes de cerrar la ventana de mi habitación, que daba al balcón, pero me quede detrás de la cortina. Ese tipo era un mentiroso y yo también, por eso nuestra verdad quedaba expuesta ante el otro. Al menos una parte de ella.

  

  

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