25._Duelo

166 47 4
                                    


Black aceptó y ambos se apoderaron de la mesa. Bills, alguna vez, me mencionó que sabia jugar billar, pero cuando le propuse salir a jugar los dos, se negó a ello. Me aparte un poco para no estorbar y observar ese juego que resulto muy interesante. Los dos eran muy hábiles. 

Ninguno hablaba, solo se miraban. A momentos Bills, me veía de reojo y yo me hacía preguntarme si nos había visto besarnos. Si fue eso lo que lo motivo a desafiar a Black. Prefería no dar con esa respuesta ¿Por qué tuvo que aparecer en ese momento, cuando mi amor por él estaba adormecido? ¿Por qué no pudo simplemente irse o no mostrarse? Cruce los brazos y me aparte la mirada justo cuando Black hizo una gran jugada que hasta saco aplausos. Ese tiro le garantizaba la victoria, pues dejó a Bills en aprietos. Satisfecho, Black me tomó por la cintura y me llevó hacia él, para reclamar un beso cual si fuera un trofeo. Se lo dí como un desquite, porque sabia que Bills nos estaba viendo.

Estábamos en eso cuando la bola de billar golpeo el extremo de la mesa en que Black tenía apoyada la mana. Por poco le da en los dedos.

-Falle- fue todo lo que dijo Bills- Lo admito, tú ganas así que pide lo que quieras. Yo invito.

Perdió. Perdió y no estaba haciendo un berrinche. Eso me desconcertó, pero en ese momento mi mente estaba más preocupada por otra cosa.

-Encantado de conocerte. Me llamo Bills-le dijo extendiendo su mano a él.

-Black-le respondió y le estrecho la mano.

Después fue mi turno.

-Un placer señorita...

El infeliz iba a jugar a que no me conocí! ¿Qué pretendia? Con un disgusto muy disimulado le estreche la mano y un golpe eléctrico bajo por mi espina. Black me miró de reojo y poniendo su mano en mi espalda, me hizo ir hacia la barra. Por supuesto le había hablado de Bills y aunque posiblemente no era el único típico con ese nombre, resultaba un poco obvio de quien se trataba. Que situación más agobiante.     

Como prometió, Bills pagó los tragos y se pidió una jarra de cerveza. Por suerte Black se puso entre los dos y Bills no estaba interesado en hablar, mas no tenia que hacerlo para causar molestia. Súbitamente dejó escapar un par de declaraciones escuetas respecto al ambiente y como pregunta de formulario indagó en la ocupación de Black.

-Soy guardabosques- respondió antes de llevarse el vaso a la boca- Ahora estoy en descanso.

-En este país esa no es una ocupación muy lucrativa.

-Vivo bien- respondió y lo miro- ¿Tú que haces?

-Administro mi propio negocio- contestó Bills y luego nos miró a ambos-¿Llevan mucho tiempo juntos?

-Nos estamos conociendo- le conteste con prisa y luego vacie mi vaso.

-Cualquiera diría que llevan mucho tiempo. Se ven bastante bien- añadió antes de pagar, despedirse e irse.

¿Eso era todo? Después de meses sin saber de él ¿Solo lo dejaba ir y ya? ¿No le diría nada de todo lo que tenia guardado? Me cuestione mientras oía esa insípida charla.

-Disculpa, tengo que ir al baño- le dije a Black, pero mentí y él sabia que mentía.

Alcance a Bills en el estacionamiento. Era de noche y sabia que no iba a volver, a su casa, en transporte público a esa hora. Lo que me sorprendió fue encontrarlo en el aparcadero de las motocicletas, como buscando algo. Era obvio lo que pensaba saber.

-¿A caso tienes trece años?-le pregunte y me miro por encima de su hombro- Eso fue muy  infantil.

-También lo es andarte besuquiando delante de tu...

-Estoy haciendo lo que se supone querías que hiciera ¿no? Buscarme alguien que pueda darme la vida que tú, por cobardía, no quieres construir a mi lado.

-¡¿Me llamas cobarde por haberte dejado libre?! ¡Por pensar en ti, mocosa pretenciosa! ¡Tú..!

-¡No lo hiciste por mí, lo hiciste por tí!- le grite y la garganta me quedo resintiendo esa exclamación- ¡Tú no sabes lo que quiero! ¡Tú no puedes decidir por mi!

-¡¿Qué no sé lo que quieres?! ¡Nadie te conoce mejor que yo! ¡Tú quieres un hogar más que nada en este mundo!- me grito furioso, como si ese "no sabes que quiero" le hubiera golpeado a dentro.

Mi ira ardía como fuego consumiendo maleza seca, pero sus palabras fueron un viento que hizo a las llamas, de ese incendio, inclinarse.

-¡Y ese sujeto no le dará!- agrego- ¡Escoges pésimo a los hombres!

-Te escogí a ti, que mejor ejemplo que ese de que tienes razón- le dije con más calma y eso lo disgustó más.

-¡Y no tienes que lidiar conmigo! ¡Lárgate y dejame en paz! 

-¡Tú déjame en paz! No fui yo quien te invito un trago para interrogar a tu nueva novia.

-El tipo era bueno en el billar y quería jugar con un digno oponente- me dijo cruzando los brazos.

-¡Conmigo nunca quisiste jugar!- le reclame y no sé porque.

-¡¿Y eso que tiene que ver?! ¡Tú tampoco me abrazabas en publico, como lo haces con ese sujeto! ¡Y la forma en que te toca! ¡Parece que lo único que quiere...!

Y nos gritamos de todo por varios minutos. Algunos, al vernos, se alejaban. Otros se reían. Daba igual. La verdad es que poca atención les puse. Yo lidiaba con la tentación de saltar a sus brazos. Peor esa cola suya, que delataba que su enojo había pasado y que prácticamente estaba jugando, me invitaba a exigirle sus manos sobre mí.

Al fin solo me acerqué, lo tome por la camiseta y lo sacudi, reclamandole cosas irrelevantes. Mi corazón casi escapaba por mi boca para caer en sus mano y esa forma en que me veía...

-¡Te odio! ¡Te odio! ¿Me escuchas? ¡Te odio!- le grite en la cara y me calle.

Era curioso que le dijera que lo odiaba más veces de las que le dije te amo. Un poco ridículo también. Me quede ahí, pegada a él, muriendo por abrazarlo.

-No esta bien- le dije al fin y con una tormenta amenazante en mis ojos.

No, no lo estaba. Pero no pude evitar apoyar mi cabeza en su hombro y ver la piel de su cuello, erizada. Le pasaba lo mismo que a mí. Esa discusión hubiera terminado de otra forma de seguir juntos, pero no era así. Su mano en mi espalda, no cambiaba las cosas, mas me dio sosiego.

-Lo que tú más quieres es...

No termine la frase. Black me aparto de él tomándome por el brazo y tirando con fuerza de el.

-Sueltame- le dije mientras me miraba bastante enojado.

-Sueltala- le dijo Bills.

-¡Tú cierra la boca!- le respondió Black y me empujo aun lado.

Lo único que faltaba era que esos dos se pelearan. Pero por como se veian era obvio que terminarían a los golpes. Asi fue. Black intento darle una patada a Bills que termino en el aire,pues este lo evadio. 

DesatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora