9._Reunión.

234 54 13
                                    


Un café ¿Por qué acepte un café si no suelo beberlo? Disfruto su aroma, en especial el en las mañanas, pero tomarlo no es algo que suela hacer. Aquel lugar era un poco sombrío para ser una cafetería. Era un sitio agradable pese al punto de la escasa luz. Nos sentamos en la barra y mientras yo pedí un expreso, él pidió un montón de cosas como galletas, pasteles, tartaletas y un café italiano. Verlo con toda esa azúcar me hizo preguntarme si no entraría en un coma diabético o algo así.

-¿Solo vas a pedir eso?- me preguntó después de morder una galleta.

-sí, con esto es suficiente- respondi revolviendo el café con esas paletas de plástico.

Cada quien pagaba lo suyo y a finales de mes, pues las finanzas no estaban de mi lado. Lo miré comerse una rebanada de pastel, con tanto gusto que me dio envidia. Además yo no comía nada desde la mañana. Cuando me devolvió la mirada, solo le acerque una servilleta, pues tenia crema batida en el costado de la boca. La tomó y se limpió sin quitarme los ojos de encima, luego volvió su atención a lo que hacia. Iba a decirle algo cuando una mano en mi hombro me hizo voltear.

-Hola Mary- me dijo Milenko, un compañero del curso- ¿Cómo estas?

Se sentó a mi lado mientras yo le devolvía el saludo. Me preguntó un par de cosas respecto al trabajo que habíamos estado haciendo, luego me invitó un pastel y yo acepte (tenía hambre). Por un momento me olvide de que había alguien más ahí, pero entonces el café que deje de lado, se derramo sobre la mesa y cayo un poco en mi regazo. No estaba caliente, pero me mojo bastante y  y eso me obligo a levantarme.

Milenko es un buen tipo, aunque a veces suele ser un poco imprudente. Me paso un puñado de servilletas para que me secara, después acuso a Bills de haber derribado el vaso de café y claro que este no se tomo bien tal cosa, aun cuando por sus palabras si parecía haberlo hecho, aunque por accidente.

-No hay drama- dije- No paso nada. Además él y yo nos conocemos. Milenko, él es Bills...Bills él es Milenko.

Aquello tomo por sorpresa a mi compañero que entendió que estábamos juntos ahí. Milenko intentó conciliarse con Bills, pero después del pequeño altercado el mayor no tenía ánimos de ser cordial. Pagó y se fue diciéndome que no subiría mi ropa, como la última vez, por lo que me despedí de Milenko y me apresure en alcanzarlo, pero al pasar frente al edificio que estaba al costado del nuestro, vi a una mujer tirando varias bolsas al contenedor de basura, junto al cual había un mueble que era perfecto para guardar la ropa. La mujer se alejó y yo fui a revisar aquel objeto. Estaba limpio y con una mano de pintura quedaría como nuevo.

Llevarlo hasta el edificio en que yo vivía, no fue difícil. Subir con el por la escalera eso si lo seria. Por suerte Bills salia de la lavandería cuando yo entraba al lugar. Le pedí que me ayudara, pero se negó.

-Por favor. Si pudiera hacerlo yo sola, no te pediría que me ayudaras - le dije- Además puedes pedirme un favor a cambio.

-¿Un favor? ¿Y qué podrías hacer tú, por mí?- inquirió.

-Bueno...no sé mmmm puedo hacerte de cenar o podría limpiar el departamento los siguientes dos días.

-¿Dos días? No vale el esfuerzo- exclamó poniendo el cesto de ropa bajo el brazo y la otra mano en la cadera- Por una semana en cambio...

-¿Una semana?- repetí, pues me pareció demasiado- Cinco días.

-¿Vas a negociar mi recompensa por hacerte el favor de subir este vegestorio al departamento?- me cuestionó.

-Sí-fue mi sincera respuesta.

Me quedo viendo algo intrigado, luego lo medito un momento y dijo:

-Bien, te ayudare a subir esto y me quedaras debiendo este favor.

DesatinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora