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Algún tiempo después...

En la ciudad capital de Equestria se estaban llevando los preparativos para la celebración del verano. Un evento de suma importancia para la princesa celestia, y era precedido por una fiesta en el castillo de Canterlot. Era una fiesta a la cual solo estaban invitados los habitantes más selectos de la gran y lujosa ciudad.

Los ponis entraban y salían del castillo sin parar. Algunos solo estaban en esa fiesta nocturna para no quedar mal con la princesa Celestia; Otros solo llegaban para mantener las apariencias de la alta sociedad, cuando incluso ellos fueron los que se impresionaron al recibir la invitación, creyendo que no serían dignos para presentarse en tal evento; Y una pequeña parte, simplemente había asistido por la comida gratis. Sea cual sea la razón por la que viniesen, este era uno de esos lugares donde la presión por las apariencias lo es todo. Algunos machos se estiraban, y arreglaban constantemente el traje, debido a su incomodidad. Lo mismo con las yeguas, cargando vestidos apretados o demasiado detallados para llegar a ser cómodos. 

 Es un cascarón de apariencias falsas, y personales, ya que el equivocarse significaría una gran decaída en la reputación personal, volviéndose fuente de chismes erróneos o rumores absurdos.

Algunos disfrutan esa vibra constante de información, pero entre esa gran multitud, a dos ponis en específico no les parecía cómodo juntarse con tanta conglomeración. Había de aquellos que anhelaban algún día poder asistir a la celebración del verano, mientras que estos dos, preferían esconderse en las sombras, sumergidos en su propio mundo.

Mientas Celestia, saludaba y conversaba con los ponis de la aristocracia de canterlot, Luna simplemente observaba en las sombras, oculta en una esquina, bajo las grandes escaleras principales del salón; La razón de eso, era que sencillamente no le gustaba que esos ponis la reverenciaran. Sentía que lo hacían más por sentido de obligación, que por respeto o compañerismo reales. Sentía que hablar con ellos no era grato; Sus diálogos se sentían muy simples, sin un contexto, o simplemente se volvían conversaciones incomodas, de las que prefería escapar.

Seguía sumergida en su habla auto dirigida, cuando vería a su hermana acercarse, por el frente suyo

—¿Por qué no vas a saludar? —Fue lo primero que Luna escuchó.

—No me gusta, y tú lo sabes —contestó la princesa de la noche, usando un vestido simple, de un azul solo un poco más oscuro que el de su propia piel.

—En ningún momento te he pedido que te vuelvas su amiga, o que les cuentes tu vida entera, solo te pido que los saludes, o les hables. Al evitarlos, solo logras que piensen que no te agradan —Intentaría de convencer a su hermana de ser más sociable.

—Pero es verdad. Si los saludo ellos me responderían de una manera fría, y si yo los saludo de una manera fría, como lo es la mía, los ofendidos acabarán siendo ellos. no los entiendo, ni a su manera de pensar —dijo Luna

—Eso suena como algo que diría Nightward. Él y sus frases incoherentes —Celestia recordaría a aquel que para ella solía ser irritante la mayoría del tiempo—. Quince años aquí, y lo único que me ha demostrado es que tiene algo mal en la cabeza —Pensaría en él, y su manera de ser en general.

—No tiene nada, él es la única compañía que se siente real, y no algo fingido —Luna subiría un poco el tono de su voz—. Es el único que me entiende. —La alicornio azul, volvería a atenuar su voz.

—Yo te amo Luna. Eres mi hermana —Celestia intentaría calmar la situación, pero en tantos años, no había logrado nada.

—Es fácil decirlo, pero no demostrarlo. Athan me acompaña cada maldita noche en el reino de los sueños. Me protege, y yo lo protejo —vería una ventana cercana, sabiendo que el pegaso estaba afuera, en alguna parte—. Desde que él llegó, nunca me he vuelto a sentir sola. —Su vista retornaría a celestia.

My Little Pony: Era oscura (BETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora