la lluvia caía sobre todos los arboles, su intensidad no había disminuido en lo absoluto. la estela blanca, que se perdía entre la lluvia atravesaría la tormenta hasta llegar a la puerta de madera. esa antigua mina de gemas había sido su hogar desde hace mucho tiempo, claro que tenía otro lugar al que podía llamar hogar. pero no regresaría ahí, a menos que lo considerase estrictamente necesario. el pegaso se detendría en frente de las dos grandes puertas de madera. al no tener ninguna luz interna, la mina se perdía perfectamente entre el bosque. abriría la puerta. la buitre que iba en su espalda, descendería de ella, y se adentraría en la mina.
el pelirrojo también se adentraría en la oscuridad y la penumbra de los túneles, que eran soportados por pilares viejos de madera casi podrida. ninguna luz estaba encendida, y lo único que lo guiaba era su habilidad de ver en la oscuridad, no gracias a sus ojos, sino a su audición. caminaría por los vastos túneles, y se metería en un cuarto, que tenía varias cadenas cierras y chimeneas. las chimeneas anteriormente habían sido utilizadas como calderas, para derretir metales no refinados. pero él usaba esas chimeneas para dar luz, calor, e incinerar los cadáveres. se acercaría y con su ala verificaría que la madera en el interior estuviera seca. al asegurarse de que la madera podía usarse, con la punta metálica de su ala provocaría una chispa, que encendería exitosamente la madera. al arder, la luz tenue del fuego lo dejaría ver el cadáver de un venado, que colgaba de unas cadenas. su cabeza reposaba sobre una mesa cercana. se acercaría, y con una de las garras de su casco. haría un corte por debajo de el pecho del venado, y al verificar que su piel seguía siendo ligeramente tierna, seguiría con el corte vertical que bajaría por todo su tronco, hasta llegar a su entre pierna. cuidadosamente, nightward, abriría el pecho del venado, haciendo el cuero y musculos a un lado y, y uno a uno iría sacando sus intestinos. mientras separaba los órganos del resto del tracto digestivo el pegaso estaba lleno de felicidad y dicha, no por el acto que estaba haciendo, sino por lo que había hecho antes. el supuesto dios del caos, todo poderoso, anarquista y alterador de realidades. había muerto al perder sus poderes, y de un disparo en la cabeza. era alguien que simplemente desperdiciaba su poder, en cosas tan insensatas como, convertir los caminos en jabón, y hacer que llueva chocolate. eso solo era alguien que rogaba por atención de unos seres tan ilusos como lo son los ponis.
La buitre, que reposaba en su nido, solo degustaría de un ratón recien cazado viendolo, sin interes, si no era una orden, pasaba de nightward.
El pegaso dejaría salir una de las garras en su casco izquierdo, y cortaría un pedazo de carne del venado, la mascara que cubría su rostro, simplemente se deslizaría de él, y caería al suelo, repicando en la tierra. El pegaso parpadearía un par de veces por el cambio repentino de luz, y al acostumbrarse, vería el pezadzo de carne en su garra, para despues comerlo con lentitud, y saborearlo.
con su ala quitaría el soporte que sostenía la cadena. y el cuerpo desollado del venado, caería al suelo. el pegaso abriría la compuerta mas grande que tenía la caldera, y el pegaso arrojaría mas leña. después cerraría la compuerta. se quitaría la chaqueta que seguía mojada, y la colocaría en un gancho frente a la caldera, para que se secase con el calor que salía por un respiradero. pero antes de irse sacaría el reloj, un encendedor, una brújula, y un pequeño cuchillo. el inventario de su chaqueta siempre podía variar, pero esas tres cosas siempre se encontraban presentes.
El pegaso se sentaría en una silla, y vería las llamas. ahora en paz, comenzaría a percatarse del ardor en su brazo, y sin chaqueta, con su ala se arremangaría la sudadera gris claro que usaba debajo, para ver como su brazo sangraba, por debajo de donde empezaba el soporte para sus garras. para que el mecanismo de expulsión y contracción de las garras funcionase bien, debía de estar insertado y conectado directamente a los músculos y tendones. pero eran necesarias y muy útiles, además de ya estar acostumbrado al sentimiento, que ya no era dolor, solo molestia. el metal del que estaban forjadas fue encantado. por una unicornio muy poderosa. ella le cedió sus dones a ese metal. al igual que a la mascara que cubría su rostro, ahora descubierto, y sus ojos fijos en su brazo, que tenía varios hilos de un liquido negro.
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My Little Pony: Era oscura (BETA)
FanfictionAlguna vez, al verlas ¿no has sentido una sensación extraña? Siempre ganan, pero... ¿nunca has deseado que pierdan? ¿que sufran? ¿que se acabe tanta... felicidad? Yo... si te soy honesto... sí, lo deseo. Cuando, ella, regresó de la luna, yo estaba...