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Un pasillo común, bajo sus cascos había una alfombra que cubría parte del piso, una pared constituía mayormente de vitrales, y la otra pared tenía varias pinturas. Era un pasillo de dos direcciones.

Celestia y Luna aun vestían sus lujosos vestidos, mientras que Athan se había cambiado su abrigo por una sencilla capa café.

—Cada día, cada día haces estupideces que me perjudican solo a mí—Fue lo que Athan escuchó, de parte de Celestia—. Hoy no fue la acepción. Me hiciste quedar mal, en frente de los ponis más importantes de equestria —diría, colocando su casco en su frente, tratando de mantener la compostura de princesa. El joven pegaso no se inmutaría ante la evidente ira de Celestia—. Antes eran cosas menores, como tú entrando sin permiso al salón del trono y cosas así. Pero ahora... —quitaría su casco de su frente, y se enojaría con sus propios pensamientos—, ahora... te puedes convertir en un criminal, yo puedo acusarte de sabotear una fiesta oficial de la realeza —Miraría, acercándose al pegaso, mientras su hermana solo los veía a ambos.

—Eso ya es demasiado, Celestia. No es un criminal, fue un accidente —Luna se acercaría rápidamente, al procesar lo que su hermana quería decir en realidad.

—Puso en riesgo la vida de varios invitados. A esa velocidad es cómo una flecha gigante —Aclararía, mirando a Luna.

Athan solo desviaría la mirada al escuchar eso. No le interesaba en lo absoluto lo que Celestia pudiese decir sobre él, y Luna solo se pondría a defenderlo e vano, dado que si él se quisiese defender lo haría.

—Quiero que te des cuenta como es que él no ha hecho nada bueno en este lugar —Con sus alas señalaría todo el castillo—. Quiero que te encargues de él, no lo quiero, ni nunca lo he querido aquí —Regresaría la mirada al pegaso.

Solo la vería fijamente. Cuando vio un espacio libre para hablar, lo hizo, aunque había titubeado si quedarse callado.

—¿Por qué yo? —El pelirrojo la miraría, y le hablaría—. ¿Por qué necesariamente soy yo el de la mierda? Soy un simple pegaso que trata de hacer las cosas bien, no para complacerte —Se acercaría a la alicornio blanca—. No entiendo un carajo de la realeza. Apenas y sé que cubierto usar para comer la avena —vería a Celestia, retándola.

—Todo el mundo aquí me obedece ¿tanto te cuesta hacer lo mismo? ¡¿o tu poca preparación en la calle te impide entender un par de simples ordenes?! —Celestia abriría las alas, tratando de intimidar al pegaso. Su intento fue fallido.

—Yo no sigo ordenes de una reina que no me ha dado nada —Athan contestaría, solo mirando el seño fruncido de la princesa del sol.

—Te doy el maldito sol —diría, sin pensar muy bien en lo que había dicho.

—¿El sol? ¿Me das el sol? —Se giraría y caminaría un poco al lado opuesto a celestia, pero luego retornaría a donde mismo—. ¡¡¡El sol es lo que me hiere!!! —gritaría, alzando la voz, llamando la atención de los guardias en el pasillo—. Literalmente me quema los ojos, me arde, me... me... —rebuznaría

—Ya cálmense los dos —Luna trataría de separarlos—. Celestia, lo de la fiesta fue un accidente no fue a propósito —Se colocaría entre el pegaso y Celestia.

—¿Fue un accidente? oh sí, no puede obedecer ni una simple orden —voltearía a ver a Athan—. Él es mi súbdito, tiene que hacer todo lo que digo... ¡Y mantener la boca cerrada! —Le gritaría a Luna, quien retrocedería un poco.

—¿Sabes qué palabras hay en esta boca para ti? —Athan llamaría la atención de Celestia.

—Está bien, fingiré que no escuché eso, solo para no tener que agregar el cargo de "falta de respeto a la corona" a tu orden de arresto —Amenazaría—. A veces pienso en esa noche, y qué podría haber pasado si Luna no te hubiera visto, callejero —Celestia levantaría un casco, y empezaría a hacer expresiones.

My Little Pony: Era oscura (BETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora