Capítulo 4

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Las cosas en la última semana no han sido de lo mejor para ninguno.

Erick buscó a la policía, le recibieron el reporte de desaparición y le dijeron que buscarían pruebas para dar con él, pero no han hecho nada para buscar a Christopher.

Así que, con ayuda de sus amigos, familia y algunos compañeros del trabajo del castaño empezaron a realizar su propia búsqueda. Chris era muy querido por todo el que lo conocía, tenía una personalidad muy alegre y que se hacía notar fácilmente.

Ahora todo se escuchaba y se veía apagado, no se escuchaba esa risa tan contagiosa, no se sentía ese ambiente divertido, no se sentía esa presencia increíble.

El pelinegro tenía miedo y sentía culpa.

Miedo de que su novio esté sufriendo, que lo estén tratando mal, que corra peligro de morir. Y culpa de no poder hacer la gran cosa al respecto, de no poder buscarlo y ayudarlo, de no poder vivir como siempre lo habían soñado.

Sabía que la responsabilidad no recaía en él ni en nadie cercano, pero esa presión en el pecho que sentía constantemente no lo dejaba tranquilo, le indicaba que algo estaba mal.

Por su parte Christopher no perdía las esperanzas de que en cualquier momento Erick entrara por esa puerta que daba a la habitación, lo abrazara y salieran a cumplir todo lo que tenían en mente.

Pero entre todo sentía que no se podía quejar tanto. Alcanzaba a pensar que era una víctima privilegiada. De un momento a otro lo empezaron a tratar bien; le daban buena comida, ya no lo tenían amarrado, tenía una cama para dormir, baño propio, ropa nueva y hasta podía moverse por toda la casa como si fuera suya.

El chico era muy atento, cariñoso, amable...parecía muy buena persona.

¿entonces cuál era el motivo de tenerlo secuestrado?

(...)

Se cumplieron dos semanas y media del secuestro de Christopher y no habían avanzado nada.

Revisaron las cámaras de la empresa, del estacionamiento, de las calles cercanas y solo se veía el auto de Christopher tomando la ruta diaria hacia su casa. Estuvieron llamando a más personas y uno que otro contacto especial de la empresa para conseguir más ayuda, pero no conseguían información, ni pruebas, ni nada relevante que les pudiera ayudar.

Erick había recibido una que otra llamada del chico que tenía a su novio, pero no era mucho el tiempo que hablaban por lo que no lo podía rastrear. Además, el chico siempre le repetía los mismo antes de colgarle:

"te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste Erick, prepárate porque te va a doler en lo más profundo"

Él lo único que pensaba era que se podría desquitar con Chris y hacerle daño.

No quería pensar negativo, pero era difícil.

Por parte de Christopher

Sin saber por qué, los últimos días había estado con un mejor humor, más relajado y desinteresado. Veía lejos que lo rescataran.

No podía negar que en parte le dolía eso, él quería volver a su casa, estar con su familia, compartir con su novio. Simplemente pensaba que el proceso con la policía estaba demorado y difícil y estaban haciendo su mayor esfuerzo por encontrarlo.

Pero tampoco era como que necesitara urgentemente irse.

El chico lo tenía consentido, lo trataba bonito, le cocinaba lo que quisiera y demás. No entendía esas actitudes, osea, estamos hablando de un secuestrador, se supone que debería tratarlo mal y pedir algo a cambio por liberarlo, pero no era así.

Se encontraba en la sala viendo televisión, estaba muriéndose del aburrimiento

-mira, te traje esto- dijo extendiéndole un pote chiquito de helado

-gracias?

-no hay de qué- sonrió

-por qué haces esto- dijo comiendo una cucharada del helado

-hacer qué?

-esto. Me tienes secuestrado, pero me tratas como si me amaras de toda la vida

-es que te amo Christopher

El castaño apenas desvió la mirada, se sintió super incómodo.

-poco a poco entenderás el por qué de las cosas lindo, hasta me darás la razón, confía en mi

Venganza Prometida || ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora