Ha pasado casi una semana, la cual ha estado llena de muchas cosas.
Empecemos con Erick.
No había vuelto a la casa para visitar a Chris, pero no era porque estuviera dolido o porque no quisiera, había estado muy ocupado y no le quedaba tiempo.
Se había comprometido a hacer lo posible para que Chris recibiera beneficios en el juicio en cuanto a su condena.
Primero buscó a un viejo amigo que era uno de los mejores abogados de la ciudad y le pidió si por favor podía representar a Christopher a lo cual él aceptó con gusto. Estuvieron dos días revisando todo el caso: el expediente, los exámenes y en qué se podría beneficiar el castaño. El chico le explicó que deberían darle como mucho unos cinco o seis años de condena ya que hay varios factores que señalan que no estaba del todo consciente además de que su confesión del delito sería útil. También le pidió que cuando lo llamaran para interrogarlo tratara de contar todo lo más detallado posible y que él mismo describiera que se dio cuenta de ciertas actitudes que no eran normales en el castaño.
Y así lo hizo. Al día siguiente se dirigió a la estación y durante todo su relato dio detalles que serían útiles en el proceso; las pupilas dilatadas, la respiración agitada, la actitud de Sebastián con Christopher en ese momento, etc. Todo lo que recordaba lo dijo.
Además, le preguntaron si le iba a denunciar por tentativa de homicidio a lo cual se negó, no quería que Chris tuviera más problemas, solo él entendía la situación en su totalidad y esa era su decisión.
Ya por último, al día siguiente se dedicó a investigar a profundidad todo acerca del trastorno que tenía Christopher, cómo controlarlo, como tratarlo sin medicamentos, qué se debe hacer en caso de un ataque de ansiedad, etc. Además, buscó a un psicólogo para preguntarle directamente como se debían manejar esta situación, no siempre hay que confiarse de todo lo que dice en internet.
Pero a pesar de siempre estar tan ocupado no dejaba de pensar en Chris. Todos los días se lamentaba al ver su reloj y saber que no le alcanzaba el tiempo para ir a verlo aunque sea cinco minutos. A parte de que le hacía mucha falta quería hablar con él de nuevo, no quería dejar que se fuera preso y no haber aclarado nada.
Por la parte de Christopher las cosas no fueron nada buenas.
Si antes se regañaba a diario por ser un estúpido, ahora lo hacía casi todo el tiempo.
Estaba desgastado emocionalmente, hasta pensaba que ya no le quedaban lágrimas de tanto que había llorado.
Cada noche antes de dormir se quedaba mirando a la nada imaginando a Erick. Visualizaba esa hermosa sonrisa que él mismo se encargó de borrar y veía esos hermosos ojos verdes que antes brillaban y ahora estaban apagados por su culpa.
Erick se merecía lo mejor y lo mejor no era él, pero no podía dejarlo ir, no podía sacarlo de su vida porque él era su vida, su mundo. Él quería cambiar por y para él, quería demostrarle y demostrarse a si mismo que el Christopher alegre y amoroso de antes aún existía y podía mejorar aún más.
Siempre que despertaba anhelaba que ese día Erick fuera a visitarlo y así él podría explicarle por qué dijo lo que dijo, le diría cuanto lo amaba y todo lo que daría por él. Pero simplemente el pelinegro no se aparecía por la casa.
Todos los días se dirigía hasta la puerta y les preguntaba cada cierto tiempo a los dos oficiales que estaban vigilándolo si su novio no había venido a verlo y siempre recibía la misma respuesta
"no ha venido nadie a verlo Vélez"Siempre esa poca esperanza que tenía se desvanecía en un dos por tres dejando en su rostro una expresión de tristeza absoluta.
Flashback
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Venganza Prometida || ChrisErick
FanfictionLo peor siempre vendrá de quien menos te lo esperas