-ya está todo listo verdad?
-si amor, todo todito
-aún no puedo creer que nos vamos a casar ya en una semana- dijo con los ojitos brillosos
-en qué momento pasaron siete años? -dijo el castaño abrazándolo por detrás
-los mejores siete años y sé que van a ser muchos más
El tiempo pasó volando al parecer de ambos. Han vivido un sinfín de cosas, tanto buenas como no tan buenas a lo largo de su relación, haciendo de estas un recuerdo o una enseñanza que los ha ayudado a crecer como personas y como pareja en diferentes aspectos.
Christopher se graduó de su carrera de arquitectura y no demoró mucho en encontrar un empleo estable y en el que se sintiera cómodo.
Por su parte Erick estaba en su último año de Educación infantil, amaba a los niños y era feliz ayudando hasta en el más mínimo detalle que contribuyera en el desarrollo personal de cada niño. Por ahora solo tenía sus prácticas finales en un jardín, pero le daban una recompensa por su labor.
Llevaban viviendo juntos aproximadamente un año y la convivencia no se les hizo tan difícil como lo pintan otras personas. Se basan en los distintos valores y educación que les brindaron sus familias.
Se comprometieron hace unos cinco meses, los cuales han sido bastante movidos. Es evidente que organizar todo un matrimonio no es fácil, pero realmente no les importaba, estaban a punto de dar un nuevo paso, un paso muy importante en sus vidas y estaban seguros de que no se arrepentirían.
Y así como lo dijo Erick en un principio, ya solo quedaba una semana para casarse tanto por lo civil como por la iglesia.
Estaban sentados en el sofá abrazados consintiéndose y pensando como iba a ser su vida.
-muñeco tengo que ir a trabajar, ¿me sueltas?
-no- dijo como niño chiquito aferrándose más a su cuerpo
-Erick...
-ay está bien- se soltó y se cruzó de brazos haciendo un puchero provocando una risa en el castaño
-empiezo a pensar que esos niños te están influenciando, pareces un bebé
-yo no parezco, lo soy -sonrió orgulloso
-eres mi bebé- lo beso tiernamente
-tienes que ir a trabajar- el castaño empezó a dejar besos por su cuello- ¡AY CHRISTOPHER! -exclamó al sentir que lo mordió
-perdón, es costumbre
-vete que vas a llegar tarde
-me estás echando? - El pelinegro giró los ojos con fastidio y rio
-nos encontramos para almorzar sí?
-si claro, nos vemos más tarde -lo besó rápidamente y se fue
(...)
El día trascurrió muy tranquilo para ambos, se encontraron para almorzar como lo habían acordado, estuvieron un rato hablando y se despidieron, Chris para volver al trabajo y Erick para ir al jardín.
Erick disfrutaba mucho compartir su tiempo con los niños que ayudaba a cuidar, le parecía una imagen tierna e interesante el ir viendo como van creciendo de a poco, como socializan y demás.
Más de uno se había ganado su cariño.
Él esperaba que en un futuro el mismo pudiera vivir esa experiencia junto a Christopher. no lo quería presionar, ambos estaban jóvenes y tener un hijo era una responsabilidad muy grande, sin embargo, no descartaba la posibilidad para un futuro no muy lejano.
Pasó la tarde y le pidieron que se quedara un momento más para ayudar a organizar y demás a lo que no se negó. Salió media hora más tarde.
Decidió irse caminando hasta su casa para despejarse un poco, lo más probable es que Chris ya estuviera en casa esperándolo así que de paso iba a comprar comida, no había mucho problema por eso, Christopher comía lo que fuera.
Abrió la puerta y sintió un silencio algo pesado seguido de un escalofrío. No le tomó importancia y se dirigió hasta la cocina para dejar lo que había comprado.
-amor ya llegué- dejó la comida sobre el mesón- amor?
Supuso que por el silencio que había estaba durmiendo así que subió hasta la habitación, pero no estaba.
Revisó por toda la casa y no había señales de vida, así que decidió marcarle, a lo mejor se tuvo que quedar en el trabajo más tiempo.
Un tono...dos tonos...tres tonos...sistema correo de voz
Marcó nuevamente sin obtener respuesta.
Marcó una tercera vez, pero la llamada no entró.
El celular de un momento a otro estaba apagado.
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Venganza Prometida || ChrisErick
Fiksi PenggemarLo peor siempre vendrá de quien menos te lo esperas