Un calor corporal empezó a invadir sus cuerpos haciendo que el deseo creciera exageradamente. Ambos estaban cegados por la lujuría y detenerse no era una opción en estos momentos.
El castaño metió sus manos por debajo de la camisa de Sebas acariciando suavemente su piel para luego sacarsela por completo dejando ver su torso. Se levantó del suelo sin quitar al chico de encima suyo, el cual enganchó sus piernas en la cadera de Chris, y ambos se dirigieron como pudieron a la cama buscando más comodidad.
Sebas quitó el buso que llevaba Chris y empezó a pasar delicadamente sus manos por sus tatuajes generando una especie de corrientes eléctricas que lo hacían excitarse aún más. Ese contacto lo experimentaba constantemente con Erick, siempre resaltaba lo sexy que se veía.
Justamente pensando en su novio empezó a dejar marcas en el cuello y pecho de Sebas, algunas de manera más brusca que otras, se estaba emocionando demás.
No se lo pensó mucho y sacó el pantalón y el bóxer de Sebas, primero para estimularlo un poco. Al sentir que ya estaba preparado sacó sus dedos y sin mucha duda sentó al chico sobre su erección de golpe sacándole un gemido agudo.
Lo incentivó a moverse sobre él mientras masajeaba su trasero haciéndolo gemir contra su cuello, eso fue uno de los motivos para que Chris llegara al punto de querer más, asi que giró ambos cuerpos quedando sobre Sebas para empezar un vaivén de cadera rápido, embistiendo profundamente y soltando gemidos y jadeos roncos.
Su mente estaba nublada, no podía pensar en nada más que no fuera llegar al placer máximo. Sin embargo algo de culpa recorría su ser; sabía que estaba engañando de cierta forma a Erick, pero había una motivación más allá que no lograba decifrar, la cual lo impulsaba a no detenerse.
Por ratos le daban impulsos de ser violento haciendo que implementara movimientos bruscos y mordiera con mucha fuerza algunas partes del cuerpo de Sebas. La verdad no estaba pendiente de si el chico estaba disfrutando o no, trataba de enfocarse solo en su placer.
A veces hasta llegaba a pensar que la persona con la que estaba era Erick.
Cambiaron de posición volviendo nuevamente a la inicial, donde Sebas empezó a dar saltos con las pocas fuerzas que le quedaban para hacer que ambos llegaran, pero solo logró esto de su parte. Se corrió salpicando el abdomen de Chris acompañando esta acción de un gemido ronco en el oído del castaño, lo cual lo hizo echar su cabeza hacia atrás debido a la excitación que le habá causado escuchar eso, siguió moviendo al chico sobre su regazo sobreestimulando su entrada hasta que por fin llegó al climax.
Se recostaron tratando de controlar sus respiraciones sin decir palabra alguna, la situación fue intensa y no había tema de conversación para sacar.
El castaño se levantó y le dijo a Sebas que cuando saliera quería estar solo, ya si más adelante ameritaba hablar del tema lo haría, pero por ahora tenía muchas cosas en la cabeza para hacerlo.
Mientras se duchaba empezó a analizar de nuevo la historia de Sebas. No podía negar que su versión era muy convincente y hasta algo de pena le dio al ver como lloraba desesperado por su pasado, pero algo no le cerraba.
No llegaba a creer que Erick hubiera fingido por más de 8 años ser un chico dulce, sensible, tierno y amoroso, le resultaba ilógico. Además cuando estaban en la secundaria, es cierto que nunca supo de la existencia de Sebas, pero todo el mundo quería a Erick precisamente por su forma de ser y nunca le dieron malas referencias de él recién llegó a ese colegio.
Decidió irse a dormir o si no todos los pensamientos le iban a explotar la cabeza. Al salir del baño nuevamente ese olor de horas atrás se hizo sentir fuertemente haciendo que por instinto cubriera su nariz con la manga de su buso, era extremadamente fuerte que hasta se llegaba a sentir repulsivo.
Se dirigió hasta la ventana y la abrió de par en par esperando que eso ayudara a ventilar la habitación. Esperó unos minutos y el olor se desvanció casi en su totalidad dandole paso para poder dormir.
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Venganza Prometida || ChrisErick
FanfictionLo peor siempre vendrá de quien menos te lo esperas