Capítulo 2: Su primera vez.

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Acabamos de hacer el amor, de entregarnos más en alma que en cuerpo, sé que para los dos fue un momento especial, lo sentí. Habíamos experimentado cosas que jamás imaginamos, escuchar sus gemidos, sentirla temblar y estremecerse a mi toque, me hacía ver que me amaba y que yo la amaba como nunca ame a nadie. Porque sobre todo me sentía pleno a su lado, quería conocerla, quería saber más de su vida, así como ella prácticamente conoce todo sobre la mía.

Estaba en el sillón pensativo con el celular en mano cuando escuché sus palabras mágicas, que me llenaron el alma. Nunca había tenido tanto significado esa frase, pues nunca me llegó al corazón como esta noche. Sin duda las había escuchado muchas veces, pero ninguna venía del alma, ni de la dulzura de mi mujer. Sí, mi dulce mujer, esa mujer a la que había amado unos momentos antes.

"Mi amor." Dijo Lety saliendo del baño, yendo hacia mí con una sábana envuelta en su cuerpo. Llegó y me abrazó por el cuello. "Fue muy bello Don Fernando, muy bello." Me beso la mejilla.

"Yo lo sé, yo lo sé." Le regresé el beso en la mejilla. "Fue muy, pero muy lindo." Le dí un beso en la boca.

"Bueno yo creo que mejor nos vamos, porque ya nos están esperando."

"Venga." Le extendí la mano, tomé la suya e hice que se sentara a mi lado en el sillón.

"Ay! no pasó, no pasó." Se sentó subiendo sus pies en mis piernas.

"Yo lo se Lety, pero hoy usted me cuestionó muy fuerte en relación con las mujeres, verdad."

"¿Yoooo?"

"Si, usted Fernanda Mendiola."

"¿Quién, yo?" Rió divertida, como yo amaba esa risa tan angelical.

"Si, usted y me quedé pensando, que llegó mi turno ¿Cuándo, cuándo me va a decir cómo fue su primera vez?"

"Le importa mucho saberlo." Me dijo con una mirada triste, esa mirada que nunca más quería ver en ella.

"Bueno, es que cómo así usted conoce mi pasado, me gustaría mucho conocer el suyo. Si quiere contarmelo, claro, no hay ninguna presión." Reí nervioso, no sabía porque pero mi corazón y mi pensamiento me decía que esta conversación no sería buena para mí presente, mucho menos para un futuro.

"Si. Don Fernando se lo voy a contar, pero no es una historia agradable."

"No importa, no importa, me gustaría mucho saberlo." Porque le decía que quería saberlo si su mirada, su tristeza profunda me hacían sentir que no nos llevaría a nada bueno.

"Tiene que ver con esos muchachos, con los que usted se peleó una vez ¿Si se acuerda? Él tal Román y sus amigos esos."

"Con Román, cómo olvidarlo a esos hay que tenerlos lejos, pero muy lejos de uno. Y qué pasó con Román usted les hizo algo." Tan lejos como probablemente deba estar yo de su amor. Al menos esos tipos miserables le dicen las cosas de frente pero yo. Yo soy un maldito cobarde.

"No, Don Fernando yo nunca le hice nada, a Román. Él y sus amigos son así, les gusta meterse con la gente por diversión."

"Bueno, pero cuénteme ¿qué pasó con ellos?" El rumbo de las cosas no serán las mejores, no se pero lo siento. Y estoy seguro que pase lo que pase, la defenderé como lo hice aquella noche. Defenderla si es posible hasta de mi mismo.

"Hace unos años llegó un muchacho a la colonia. Se hizo amigo de Román y su banda. Me lo presentaron y él mágicamente se interesó en mí. Miguel empezó a visitarme en la casa, me llevaba detallitos, flores, chocolates, peluches, tarjetas con dedicatoria."

La Fea Más Bella: Fuí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora