Dos semanas han pasado desde que ví a mi Lety frente a mí, los demás días seguí yendo al hospital, llevando como cada tercer día sus rosas blancas, y una tarjeta diaria que esperaba que no me las regresará, pero era inútil así como entraban los detalles salían, era triste ver las rosas en la capilla y en mi mano las tarjetas pero no me rendía esperaba que ella con los días se apiadará de mí. Aunque entendía el porqué lo hacía, nuestro último encuentro no fue el más agradable. Trato de seguir lo mejor posible con el trabajo y sacar adelante la feria gastronómica. La promoción por Europa y Estados Unidos fue todo un éxito y hoy en la noche es el evento. Sin embargo, mi Lety a las 3 de la tarde sale del hospital e iré a verla aunque sea de lejos, trataré de acercarme a ella ojalá está vez sí me permita hablar, explicarle todo lo que pasó, ojalá que esta sea la ocasión en que ella me escuché. Todos los empleados ya fueron a ver a Lety y dicen que está muy bien, también Caro me ha hablado mucho de ella pues se han hecho muy amigas me ha comentado que le ha tratado de hablar de mi pero cuando mencionan mi nombre lo primero que ella hace es cambiar de tema. Y lo entiendo no es fácil después de todo el mal que le cause.
***
Hoy para Leticia es un día importante, ya no sentía tanto dolor ni malestares. Aunque todavía no se acostumbraba a la silla de ruedas y probablemente nunca lo haría, cada vez que tenía que usarla maldecía en sus adentros a Fernando Mendiola, como se empeñaba la vida en acordarse de él una y otra vez. Y lo peor de todo era como él se atrevía a ir cada noche al hospital y pedir verla. Cómo era capaz de mandarle flores era un sinvergüenza, un falso y un mentiroso. Hasta las enfermeras y los doctores abogaban por él para que ella le permitiera pasar a verla. Una vez la había engañado pero dos jamás, se prometió que nunca un hombre la utilizaría como lo habían hecho antes, ya no iba a ser la Lety tonta que todos lastimaban. Por eso estaba decidida que al salir del hospital lo primero que haría sería algo por ella, para sentirse mejor consigo misma y que mejor ayuda que de su nueva amiga Carolina Ángeles quién es realmente un ángel.
También quien la visitó casi a diario fue el cuartel, ellas le hablaban de lo mal que se veía Don Fernando y Leticia creía que era un invento, una máscara falsa como las que siempre usaba. Su amigo Tomás también le pedía que hablara con Fernando que le diera una oportunidad, que todos los humanos se equivocan, que al menos lo escuché pero para Leticia nada era suficiente. Ni sus padres la hacían entrar en razón de ver a su ex jefe. Lo que si la hacía feliz era que a Conceptos le estuviera yendo tan bien, ella amaba esa empresa a pesar de no seguir dentro de ella. Para todos la vida iba tan bien que hasta su amigo Tomás le contó que estaba saliendo Alicia Ferreira quien también fue a verla y por increíble que parezca la trató muy bien. Con esos pensamientos fue interrumpida por una enfermera.
"Está lista señorita Leticia."
"Si Lulú, más que lista."
"Sus padres ya vienen con la silla de ruedas y de aquí irán al consultorio está en el primer piso puerta 104 recuerde que primero tiene que pasar para que le den unas recomendaciones ahí está el doctor y le explicará mejor."
"Muchas gracias por todo Lulu la extrañaré."
Sonrió para ella mientras esperaba a sus padres para poder irse de ese lugar. Lo que menos quería era usar esa silla de ruedas pero por más que lo intentaba no podía mover su pierna.
***
Salí de la oficina, sin importarme en absoluto cómo iba lo de la feria gastronómica, necesitaba ir al hospital y ver a Leticia. Necesitaba que me escuchara, necesitaba implorar, suplicar, decirle que la amaba. Llegué a comprar unas flores y una tarjeta antes del hospital.
Estacione mi auto al lado del de Don Erasmo cuando lo ví ahí suspiré de alivio mi Lety todavía no salía del hospital y era una oportunidad, una esperanza. Cuando iba a caminar hacia la entrada la ví venir con sus padres. Se veía tan hermosa, como yo la extrañaba, me acerque a ellos.
"Buenas tardes." Dije y ella volteó a verme con la mirada más fría que había visto en mi vida, un escalofrío recorrió mi ser. Su mirada ya no me transmite ternura, ya no podía verme reflejado en su ser, ahora lo único que veía era odio un gran y profundo odio que emanaba de su alma y de su corazón.
"Vámonos papá, no quiero ver a este señor." Dijo y sus palabras atravesaron como un cuchillo mi corazón.
"Lety por favor escúchame tenemos que hablar." Supliqué para ella, pero ni siquiera volteó a verme.
"Por favor vámonos."
Volvió a decir a Don Erasmo, él y Doña Julieta voltearon a verme y yo asentí, mientras los veía partir me dolía tanto verla en esa silla de ruedas y más saber que era mi culpa. Me quedé ahí parado observándola mientras las lágrimas caían en las flores que ni siquiera pude entregarle.
Limpié mis lágrimas y salí rumbo a mi casa, tenía que cambiarme para el evento. Todo lo que hacía y por lo que lo seguía haciendo era por ella, no importaba cuánto tiempo más pasará así, tenía que llegar el día en que me escuchara. En qué se apiadará de mi alma y de mi ser.
***
La feria gastronómica fue todo un éxito, un gran éxito que no podía compartir con nadie, me sentía tan solo rodeado de tanta gente. Solo pensaba en ella y en su amor.
"¡Hey! Hermano quita esa cara hombre." Me dijo Omar palmeando mi hombro.
"No tengo otra Omar." Tomé un trago de mi tercer whisky de la noche.
"Pero Fernando no puedes seguir así, por Dios, vete en un espejo pareces un muerto. Lo que deberías de hacer es venir conmigo y te voy a presentar a un bombón de mujer, se llama Carla Santibáñez. Es una gran ejecutiva de Nueva York que nos apoyó mucho en este evento."
"Déjame en paz Omar, no quiero conocer a ninguna ejecutiva Neoyorquina."
"Que lastima por qué a mí sí me encantaría conocerte." Escuché esa voz y volteé, vi una mujer alta, morena parada frente a mí.
"Me presento Carla Santibáñez." Extendió su mano y la saludé.
"Un placer Fernando Mendiola." Sonreí forzado. "Me disculpan pero me tengo que ir, agradezco a nombre de conceptos su colaboración con nuestro proyecto. Omar la atenderá."
Deje el whisky en la barra me disponía a irme pero ella tomó mi brazo y me dijo. "Nos volveremos a ver Fernando Mendiola." Beso mi mejilla.
Yo inmediatamente me separé y salí de ahí, lo último que quería era estar con la gente, y menos con una mujer tan loca como esa, mi ánimo y mi humor estaba por los suelos, ahora lo que tenía que hacer era volver a mi casa y pensar, pensar en cómo podía acercarme a la mujer que amaba ¿Cómo?
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La Fea Más Bella: Fuí.
RomansaCuando Fernando Mendiola escuchó de Leticia Padilla su pasado, vivió en carne propia su realidad y la actualidad de sus sentimientos. Esa noche se prometió que haría cualquier cosa por ser merecedor de un amor que no había sentido jamás. Pero much...