Capítulo 3: Todavía no podemos irnos.

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La escuchaba y se formaba un nudo en mi garganta, mi corazón estaba acelerado como si se quisiera salir del pecho, sentía el dolor de mi Lety y con cada palabra me sentía más miserable y poca cosa.

"Fui tan tonta y es que como no sospeche nada. Don Fernando era lógico los veía juntos, platicaban, discutían  todo el tiempo estaban juntos, y sabe que estaban haciendo me estaban apostando, estaban planeando mi tragedia, casi me matan Don Fernando."

Yo también planeé su tragedia mi Lety y ahora esa maldita tragedia la estamos viviendo los dos. Eres una basura Fernando, el infierno es poco a lo que te mereces.

"Ay! Lety, Lety." La abracé fuertemente. "¿Cómo puede haber gente tan miserable?, ¿cómo fueron capaces de hacerle eso Lety?"

¿Cómo puede haber gente tan miserable? Tan miserable como yo. Cómo soy capaz de seguir fingiendo, de mentir, de lastimar a la única persona que puede salvarme de mi mismo.

"Ay! discúlpeme Don Fernando. Pero es que por eso no me gusta acordarme, es lo más doloroso que me ha pasado en toda mi vida, la verdad llegó un momento que quería morirme."

"No, Lety no es para tanto."

Estaba devastado, si yo hablaba ella se moría y el único causante de su muerte sería yo.

"Es que no me quería morir por lo que él me hizo, si no por mí. El único hombre que se había interesado en mí fue solo por una apuesta. Me convenció que yo no valía nada. Lloré muchas noches, pasaba los días encerrada en mi cuarto, no comía, no quería ir a la universidad, a mi mamá le conté lo que me pasó y estuvo conmigo tratando de regresarme a la vida. Mi papá me veía llorar, se daba cuenta que tenía que ver algo con Miguel, pero nunca supo lo que realmente pasó." Se recostó en mi pecho buscando protección, una protección que no le estaba dando. "Mi papá lo busco y sabe cómo es él, prácticamente corrió a Miguel de la colonia. No practicamente, si lo corrió."

"Y creo que le fue bien a Miguel verdad."

A Miguel le fue bien pero a tí Fernando a ti cómo te irá, no mereces ni una sola oportunidad de ser escuchado. Tanto Miguel como tu se merecen el infierno. Maldito Miguel pero si un día lo veo, si un día lo encuentro me las pagará.

"Por eso me cuida tanto, dice que no soportaría verme sufrir así otra vez."

Me acariciaba la mejilla con una calma que yo me desbordaba de puro amor, solo pude tomar su mano y se la bese.

"Si claro, si claro y además tiene pues toda la razón." Se movió para quedar ella entre mis piernas y yo detrás, así pude abrazarla por el cuello. "Pero dígame una cosa Lety, ¿Tomás participó en esa apuesta?"

"Ay! no por supuesto que no Don Fernando. Tomás sería incapaz de algo así. Él es el ser más cercano que tengo en esta vida después de mi papá y mi mamá."

"Ummmm, entiendo"

Si, maldita sea estaba celoso de Tomás Mora no podía aceptar que otro hombre fuera importante para mí Lety, si mi Lety porque la quería en mi vida para siempre.

"Ah! Y usted Don Fernando, usted."
Me  hundí en su cuello para después besarlo. "Tomás supo que me enamore, él nunca estuvo de acuerdo con mi relación con Miguel, pero me acompañó siempre y me apoyó sobretodo cuando sufrí tanto."

"Que bueno Lety, que bueno." Le bese la cabeza.

"Bueno como sea en esa época, jure que nunca me iba a enamorar otra vez. Pensé que me iba a quedar reprimida para siempre, creí que jamás lo iba a superar y de pronto ¿qué cree?"

"¿Qué?"

"Apareció un hombre llamado Fernando Mendiola."

"Gracias Lety."

Eres de lo peor. Tú no puedes hacerle esto, no a ella, no cuando a su lado sientes cosas que jamás imaginaste que podían existir.

"Ahora entiende lo que usted significa para mí Don Fernando. Me devolvió la ilusión, la fe en el amor, ahora comprende porque muchas veces le digo que tengo mucho miedo de quererlo, sufrí mucho Don Fernando y no quiero volver a padecer ese infierno."

"No Lety mire, yo no soy la persona que usted piensa Lety."

Vamos Fernando hazlo de una vez tú puedes dilo, di la verdad.

"Claro que no Don Fernando no tiene que decírmelo, se que esta vez estoy con un gran hombre. Y se que para nada puede compararse, usted sería incapaz de hacer algo así Don Fernando, usted es íntegro, culto, elegante, pero sobre todo honesto y de buenos sentimientos, usted pertenece a una gran familia, refinada y por eso me daba pena contarle lo que me pasó."

"Si claro Lety, no sé cómo fueron capaces de hacerle eso." La abracé

Eres peor que ese tal Miguel, él huyó, pero tú eres un cobarde, el peor de los canallas Fernando, tú no puedes ser así. Ella piensa que eres honesto, cree en ti, no puedo defraudarla tanto.

"Ay! Don Fernando." Nos besamos. "Ya hasta llore, oiga qué bárbaro." Cuidadosamente limpie sus lágrimas. "Yo creo que ya es hora de irnos no."

"Si, sí." Mis labios sentían la gloria en sus besos.

"Ahorita vengo eh." Me volvía a besar y yo quería permanecer así siempre.

"Sí, sí."

"No me tardo." Se levantó del sofá.

"No, no."

"Me espera eh." Quería que esos besos durarán para siempre y no terminaran nunca.

"Si, si."

"No se vaya a ir a ningún lado." Beso mi cabeza.

"No, no aquí estoy."

"Ahorita le hablo por teléfono llegando." Volvió a besarme era tan hermosas yo sabía que la amaba.

Ví cómo se alejaba y dije.  "Dios mío, Dios mío ¿por qué?, ¿por qué me pones esta prueba? Por." Sonó mi celular y volteo al cielo y vi en la pantalla que era Marcia Villaroel.

-Bueno.
-¿Qué te pasó? ¿No te has desocupado todavía? ¿ya terminaste con Leticia?
-Si, si voy llegando a mi casa a preparar la maleta si no la hago ahorita, pues cuándo verdad. En cuanto termine salgo para allá. (Mentira trás mentira solo eso sabía hacer Fernando Mendiola desde que era lo que siempre quiso "el gran presidente de su adorable empresa".)
-¿Estás bien?
-Si, estoy un poco ansioso con esto del viaje, todo bien, todo bien (Dije inquieto porque nada estaba bien y todo parecía que se pondría peor.)
-Esta bien mi amor te espero.

No Fernando no puedes seguir complicando tu vida, con tus propias mentiras, ya no puedes más.

Me terminé de cambiar y caminaba de un lado a otro desesperado, ansioso tenía que hacer algo, no podía dejar las cosas así, después de todo lo que escuché.

"Me pareció oír su celular." Me acerqué a ella y le ayudé a colocarle su suéter.

"Si, era Marcia."

"Váyase rápido a su casa, yo me voy en un taxi Don Fernando." La tomé del rostro y la besé, fue el beso más intenso y profundo de esta noche. Quería detener el tiempo, regresar y formar un bucle donde esta noche se repitiera una y otra vez desde que hacíamos el amor hasta este momento.

Desgraciadamente tuve que separarme de ella."No, no, no de ninguna manera yo no me puedo ir sin decirle mi verdad." Le dije para después besar su mano y abrazarla con fuerza, no quería separarme jamás de mi angelito de la guarda.

"De qué habla Don Fernando."

"Venga sentemos."

Nos sentamos en el sillón, entrelace mis manos con las suyas, respire profundo y el nudo en mi garganta apareció sentía el mundo caer sobre mis pies. Pero tenía que hacerlo. Repetía una y otra vez en mi mente lo siguiente. "Tienes que hacerlo Fernando tienes que decirle a Lety porque empezaste a interesarte en ella."

La Fea Más Bella: Fuí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora