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No se como lo había logrado pero había salido corriendo de mi casa, obviamente ellos salieron detrás de mi pero fui más rápida y me oculte entre los arbustos. No se como me siento, confundía o tal vez herida.
No lo sé, solo se que me siento terriblemente mal.
Después de algunos minutos caminé alrededor de la zona en que vivo, no pare hasta que llegue a un parqué. Es el mismo donde solía jugar con Héctor de niños, me siento patético llorando en medio de la noche en un parqué.
No sabía que hacer o a quien llamar pero sin querer había llamado a Alena, ella dijo que si alguna vez tenía un problema podía llamarla, ahora quiero una explicación y siento que ella puede darmela. Toda mi vida crei que Carlos Sanders era mi papá y años después mi vengo a enterar que no es así, viví una mentira de la que nunca nadie me dijo nada, me siento como si hubiera vivido una vida que no me perteneciera.
Me quedé sentada llorando en una banca hasta que un carro blanco llegó, de el bajo mi profesora de literatura vistiendo una ridícula pijama. Ella solo se sentó a un lado mío en silencio, no dijo nada pero en sus ojos se reflejaban muchas emociones.
-Tal vez quieres hablar o tal vez no, pero no podemos estar aquí. -dijo con voz tranquila, -puedo llevarte a mi casa si gustas venir conmigo.
-¿Puedes?.
-Solo si quieres ir. -respondio poniéndose de pie, ahora que la veo bajo una luz me doy cuenta de que esta muy pálida y unas bolsas moradas cuelgan bajo sus ojos. -O también te puedo llevar a donde tu quieras.
-No, necesito saber la verdad. -digo con voz firme, me pongo de pie dispuesta a seguir a Alena hasta su auto. Lo cual hacemos, hago todo en silencio y una vez adentro comienzo a quitarme el collar y aretes que sin traigo puestos, por suerte son pequeños y caben en mi bolsita de mano. -Y bien, algo que quieras compartir o tu también me mentiras.
Pese a que yo me encontraba con la vista fija en otro lugar pude ver por el rabillo del ojo la expresión de Alena, ella suspiro y continúa conduciendo a una velocidad aceptable.
-Por desgracia estoy tan perdida como tú, me fui de casa joven así que desconozco gran parte de la historia, pero, mira el lado bueno: ahora tienes dos hermanos. -dijo tratando de sonreír pero en su lugar salió una mueca, -y también eres tía.
-Hermanos. -afirme en voz baja, -increíble.
-Se que es difícil de procesar, a mi también me costo mucho aceptarlo al principio.
-¿Hace cuánto lo sabes?. -pregunte un poco más relajada.
-Es un poco confuso en realidad, tenía 16 años y Anthony 18 años. Somos los hijos no reconocidos, pero a mi siempre me gustó así.
El resto del viaje fue silencioso, Alena estaba conduciendo a una zona a la que nunca había entrado, era clase media pero un bonito lugar. Estaba un poco alejado de mi casa sin embargo estaba cerca de la escuela, ella estacionó su auto en el estacionamiento de un bonito edificio.
-Este es lugar donde crecí, espero te sientas cómoda. -dijo saliendo del vehículo. Salí del auto rápidamente, Alena se aseguró de cerrar bien su auto para después entrar al edificio. -Tienes que saber que el lugar es un desastre, aún no he desenpacado mis cosas y Anthony lo descuidó en mi ausencia.
-Esta bien.
-Y lo más importante, por favor ignorar el hecho de que el hombre que duerme a mi lado es tu profesor de historia. -dijo en voz baja y tímida, yo no pude evitar sonreír un poco al saber que mis sospechas eran reales. -Pero tranquila, el sabe la verdad, al parecer siempre lo supo.
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Bae. [AP #1]
Teen FictionBea Sanders está acostumbrada a que las personas la abandonen, primero fue la mujer que le dio la vida y después fue el hombre que contribuyó en su creación. Siempre ha sido así, y las cosas no cambian cuando hace un trato con Eric Sallow. Eric Sal...