Capítulo 13: Cada segundo.

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Hoy era el día de la fiesta, no me había ilusionado mucho por que existía la posibilidad de que no fuera pero logré convencer a mi tío, Teresa se había ofrecido a ayudarme a prepararme. Acepte por que quiero pasar más tiempo con ella, ahora que está cuidando a un niño y estudiando apenas tiene tiempo para respirar.

Toda la escuela estaba invitada, incluso Charles se atrevió a invitar a la profesora de literatura, cabe destacar que ella solo río para después negar.

Llevaba alrededor de una hora buscando que ponerme hasta que Teresa subió a iluminar mi vida con su ayuda, desde entonces hemos estado buscando algo bonito y cómodo que pueda usar, al igual que los días pasados el clima era frío por lo que había desechado la idea de usar un vestido.

-Esto se te vería genial. -dijo Teresa sacando algunas cosas de mi clóset, era un pantalón azul hasta arriba con una blusa negra sin tirantes.

Recuerdo haber comprado eso en el verano, Circe, Sage y yo habíamos ido de compras. Recuerdo haberme divertido mucho, después Cher que pasaba por ahí se nos unió.

-Me pondré eso, pero, ¿y los zapatos?. -pregunte tomando las cosas para dirigirme al baño para cambiarme.

-Yo me encargo. -respondi desapareciendo de mi vista, solo estaba usando una bata que traigo puesta desde que dejé la ducha.

Me metí al baño para colocarme el pantalón que me quedaba a la altura del ombligo, me quité el sostén para ponerme el la blusa que me cubría perfectamente. Teresa tenía razón, me veo fabulosa. La blusa se pega perfectamente a mi figura haciendo resaltar mi cintura, tengo que admitir que me sentí insegura al ponermela por que tiene un pequeño escoté en forma de corazón que deja ver el lunar que tengo en mi pecho derecho, y también por que solo me recuerda mi falta de pechos, pero bueno, no planeo quitarme el suerte en toda la noche.

Por alguna extraña razón nunca me gusto ese lunar, al igual que mi sonrisa y las estrías en mis muslos pero he aprendido que son cosas normales. Es parte de crecer, aprender a aceptar nuestros defectos.

Cuando abandoné el baño Teresa me vio con cara de mamá orgullosa, en sus manos tenía una cámara que no dudó en un usar para tomarme una foto, no quiero ni imaginarme cuantas fotos me va a tomar cuando me haya terminado de arreglar.

-¡Oh, te vez tan linda!... ahora ponte los zapatos. -me ordenó dándome un par de zapatos negros un poco altos, me senté en la parte baja de la cama para colocarme los zapatos.

Mientras me ponía los zapatos, Teresa preparaba todo para peinarme. Las dos estábamos de acuerdo en que no iba a usar mucho maquillaje, me pondría lo que normalmente suelo usar que es labial y un poco de rímel.

-Ya casi estás lista. -me dijo terminando de acomodar mi cabello, no era nada de otro mundo. Lo había dejado suelto por lo que caía en ondas, Teresa aplicó un labial rojo en mis labios. -Te ves tan linda.

-Gracias...

-Estas lista. -me dijo con una gran sonrisa en su rostro, -ya van a ser las nueve, tu romeo ya debe de estar por llegar y yo ya me tengo que ir, o dormire en la calle.

-Sabes que puedes quedarte aquí, Teresa.

-Puedo, pero no quiero. -dijo a abandonando la habitación con una pequeña sonrisa, no sin antes haberme tomado cuentos de fotos.

Ahora que Teresa se ha ido, estoy sola. Me levanté de mi lugar para dirigirme a mi clóset en buscar de un abrigo, busque por varios minutos hasta que me harte y tome el que siempre suelo usar, me lo puse a la vez en que metía mi teléfono a una de las bolsitas y como no sabía a que hora iba a llegar me dirigir al primer piso en busca de un juego de llaves.

Bae. [AP #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora