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Ambos se acostaron en la alcantarilla. Jimin temía por su esposo. No quería perderlo de verdad. Así que se encargó de estar al pendiente de él.

—Debe dolerte mucho.

—Puedo soportarlo —dijo acariciando con su otra mano los labios de Jimin—. Bésame —pidió. Jimin se lanzó a besarlo y se acurrucó a su lado.

—Pensé que te había perdido.

—Si así fuera, habrías estado con Jungkook.

—Sólo me besó —dijo Jimin acariciando su nariz—. No fue nada. Jamás podría corresponderle.

—Debí matarlo.

—No digas eso, es tu mejor amigo.

—Sí. Lo es.

Taehyung suspiró y besó la frente de Jimin.

Durmieron unas horas, cuando Taehyung se sintió mejor continuaron caminando por la alcantarilla.

Jimin estaba temeroso por si aparecía una criatura como la de arriba, ambos estaban cansados. Ninguno podría enfrentarse a algo así y menos con Taehyung lastimado.

Al parecer nadie se había metido allí en años, además de que el olor era tan horrible, pero no les impidió descansar allí.

Lograron pasar al otro lado con facilidad, tanta facilidad que no pudieron temer de ello.

Sus corazones estaban acelerados. Sólo debían cruzar un cerco y podían llegar hasta el muro.

Pero desconocían qué trampas había allí. Podía haber minas escondidas en la tierra.

—Escucho ruido —habló Jimin—. Debe ser otra zona más privilegiada.

—Lo dudo —ambos llegaron a un cartel que decía.

Dios nos ha abandonado.

Ambos se quedaron perplejos sin poder entender y continuaron caminando hasta llegar a otro letrero.

Aquí comienza el fin.

—Tengo miedo.

—No pienses mucho en ello —dijo Taehyung sujetando fuerte a Jimin.

Se subieron a una roca y observaron lo que seguía. Se podían escuchar lamentos y unas figuras que peleaban entre ellas y se comían entre sí.

—¿Qué es eso? —susurró temeroso Jimin—. Vamos a morir.

—Estaremos bien —Taehyung le sonrió, pero eso no podía calmar lo que su corazón sentía. Un miedo horrible.

Tomó la mano de su marido y con cuidado caminaron por todo el perímetro sin entrar a la zona.

—Debemos entrar —dice Jimin—. Es imposible salir desde acá.

Jimin tenía razón. Pero nada aseguraba que pudieran salir con vida.

—Sigamos caminando así. Estoy buscando el lugar perfecto para entrar sin ser vistos.

—Pierdes tu tiempo.

Se sorprendieron por una voz infantil. Una niña de dos coletas y con los ojos sombreados de negro, les había hablado.

—Una niña —exclamó Taehyung—. Debes estar perdida.

—Estoy esperando a mi hermano —dijo seria—. Caminamos por todo el perímetro y sólo encontramos monstruos y monstruos, justo delante de aquí hay una parte con árboles dónde se puede subir al muro y cruzarlo.

Murder [VMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora