IX. Nico.

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Nico no podía levantarse de la cama. Habían estado viajando por días, y cuando quiso apoyar su cabeza en la almohada, simplemente se quedó ahí, con los ojos abiertos. Su cuerpo le reclamaba y suplicaba descansar, pero su mente estaba concentrada en otra cosa.

Alrededor de las 5 am, Nico logró poder dormir, hasta que a las 9 am, alguién tocó a su puerta violentamente.

—Nico.—una voz femenina estaba del otro lado, y sintió que la puerta comenzaba a abrirse.—Nico, dijo Lin que deberíamos...—se forzó a interrumpirse ya que estaba contemplando a Nico semi-desnudo, tapado hasta la cintura con una sábana. Rápidamente él se incorporó, pero no le tomó importancia ver a Camille sonrojada.—Em...deberíamos irnos a ese campamento, sí, eso. Ya, cámbiate y...em...bueno, ya sabes, adiós—y diciendo esto cerró la puerta inmediatamente.

Él esbozó una media sonrisa y se puso su camiseta para luego proseguir. Luego de un rato, todos estaban listos. Will y Lin tenían sus bolsos en mano, pero Camille estaba enterrada por más de cinco bolsos. El mestizo los miró curiosamente a sus dos amigos, para luego ver a Camille que lo miraba, desafiante, desde un pequeño espacio entre algunos bolsos.

—¿Qué?—preguntó, irritada—Es que si voy a pasar tiempo en ese campamento, ¡necesito cosas escenciales!

Will se rió, haciendo que se escucharan ecos en toda la casa.

—Y...¿Los libros, auriculares, fotos, libretas, cámara de fotos...son cosas escenciales?—Will la miró tratando de ocultar una pequeña sonrisa.

Ella lo miró enojada, tomando su comentario como un insulto. Se limitó a mirarlo y rodar los ojos antes que Will apartara la mirada.

Media hora después, los 4 estaban caminando rumbo a Brest, de vuelta a donde, según Lin, "podrían encontrar más medios de transporte" ya que ninguno quería ir por barco, pero Will no apoyaba la idea de tener que usar sus poderes, especialmente porque era un riesgo que no podían tomar.

Los semidioses seguían en su trayecto, dos tomados de la mano, uno con un mapa sin sentido, y la última trataba de malabarear para poder sostener bien sus bolsos.

Will sintió un ruido detrás de ellos. Lo primero que pensó fue "no debería darle importancia" pero olvidaba que sus vidas estarían en peligro si era por ese pensamiento. Volteó a revisar, soltando la mano de Nico, quien se limitó a mirar que preocupaba al mestizo.

—Oigan...creí escuchar algo por allí. ¿Pueden quedarse aquí mientras voy a revisar que todo esté en marcha?—Will comenzaba a desaparecer, entre las sombras y la luz del sol ya al atardecer.

—No.-dijo Nico.—voy contigo.

—Yo también, no pienses que te vamos a dejar solo.—Lin se acercó hacia Nico.

—Bien, pero, ¿quién cuida a Camille? No podemos dejarla sola.—dio una rápida mirada a la chica, quién no sabía que decir o hacer—Nico, quédate con ella. Lin, tú me acompañas.

—Pero...—Nico protestó.

—Nada de peros.—Will se acercó y le dejó un beso en su mejilla. Camille apartó su mirada, pensando que sus ojos ya se tornarían rojos, otra vez.—Ordenes del doctor.

—Bueno, entendí. Solo...cuidado.

—Lo sé, lo tendremos. Si necesitan ayuda solo griten.—El comentario de Lin no tranquilizaba para nada a Camille.

Los dos mestizos se fundieron en las nieblas y un silencio incómodo reinaba entre Camille y Nico.

—Oye...—comenzó Camille—lo siento. Por hoy, a la mañana, estabas dormido, o eso creía...—las mejillas de la chica se encendían violentamente, notó él.

To Live and Let Go. (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora