III. Will.

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Desde luego, la llegada de Leo había sido un éxito. Todos se acercaban a saludarlo y abrazarlo, mientras que él y Nico se apartaron luego de un tiempo debido a que la entrada al Campamento estaba llena de gente curiosa.

Más tarde, Leo pudo acercarse y poder conversar con sus amigos y compañeros, especialmente con los que había emprendido la misión, para poder explicar lo sucedido. En la mesa del gran comedor se encontraban Percy, Annabeth y a su lado Piper. Al ver pasar a Nico, Leo lo saludó gentilmente y lo invitó a sentarse con ellos. Will sabía que Nico se negaría, por eso, antes que pudiera hacerlo, lo tomó por el brazo y se sentaron. Además de tratar de ser amables con ellos, Will también quería saber que había ocurrido. El hijo de Hefesto les dio una mirada a Percy y a su novia, preguntando solo con la mirada sobre por qué Nico trataba de esbozar una sonrisa hacia Will. Percy se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa.

—Bueno, antes de comenzar, no me maten, ¿ok? Finalmente estoy con esta hermosa chica a mi lado y no quiero perder a nadie.— dijo Leo, al ver a Calipso acercarse a la mesa con una mirada curiosa. Se sentó a su lado y le dio un pequeño beso en la mejilla.

—Prosiguiendo...— se quejó Percy, mirando hacia otro lado.

—Ok, vamos. Cuando desperté, simplemente me encontraba en Ogigia, y levanté la mirada y allí estaba ella. —prosiguió sin antes darle un beso a su novia— Tuvimos que reparar a Festus, ¡pero salimos de allí en cuanto pudimos, y aquí nos tienes!

—¡Oh, que tierno!— dijo Piper, soltando un suspiro.

Nico miró hacia un costado, ya cansado de tantas cursilerías. Will lo notó tenso. Ya que a él le incomodaba un poco el afecto y todavía más cuando era público, le tomó la mano bajo la mesa. Su novio se volvió hacia él y contempló sus manos unidas. Sería muy extraño hacer a Nico sonreír, pero no hacía falta. Al mirarlo a los ojos no necesitaba nada más.

—...bueno, y ¿de que me he perdido en este tiempo?—dijo Leo.

—Bastantes cosas...—Percy comenzó a mirar hacia él y al hijo de Hades, pero antes que alguien pudiera decir algo, Nico comenzó a hablar.

—Tenemos una misión. Una nueva semidiosa se encuentra en Francia y Quiron nos ha asignado ir a buscarla junto a un sátiro, el cual creo que conoceremos a la mañana siguiente, cuando estemos por partir.

Leo esbozó una mueca.

—¡Yo llego y ustedes se van! Bueno, espero verlos de vuelta, entonces.

Will abrió los ojos de par en par y luego se relajó.—¿Acaso tienes alguna duda de que no volvamos, Valdez?—dijo bromeando.

—Ok, ok, me retracto.—levantó sus manos en señal de arrepentimiento.

—Solo queremos saber que vas a cuidar bien de Nico, y del sátiro también.— dijo Annabeth, esta vez.

—No dudes en que voy a dejar solo a Nico, nunca.—su novio comenzó a sonrojarse y dirigió la mirada hacia otro lado, incómodo.—Y también al sátiro, sí.

Todos estallaron en risas, Nico esbozó una pequeña, pero dos personas estaban muy calladas. Percy y Calipso. En las últimas horas desde su llegada, ella lo miraba y sus ojos destellaban decepción y enojo.

—Bueno...—comenzó Leo, al notar el silencio incómodo.—Se está haciendo tarde y Calipso y yo deberíamos irnos a preparar para la fiesta de bienvenida de esta noche, no es así?

—¡Leo! ¡Se suponía que sería una sorpresa! Por lo menos finge estar sorprendido cuanto te recibamos...—sentenció Annabeth.

—Veremos, veremos.

To Live and Let Go. (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora