Camille deseaba no tener pesadillas. Creía que el Campamento no solo protegía a los semidioses de los monstruos sino también de las pesadillas.
Se equivoco.
Camille se encontraba en un palacio donde habían hermosas decoraciones: tapizados, pinturas, espejos, incluso cabezas de diferentes animales. Habian mesas llenas de comida y una pequeña orquesta sonando de fondo. Al otro extremo del gran salón había una persona, que desde donde se encontraba la mestiza podía pasar como una persona normal. Pero no lo era. Al acercarse, Camille vio como este misterioso personaje crecía al punto de llegar a ser de unos 5 metros de alto. El gigante -así decidió llamarlo Camille- se encontraba sentado en un trono bebiendo de una copa, al parecer, hecha de oro. Vestía ropa de la antigua Grecia y, en su cintura, colgaba una espada.
Camille se observo a si misma y se dio cuenta que ella también vestía estas peculiares vestiduras. Le gustaba como su cabello negro contrastaba con el blanco de la toga.
El gigante sonrió.
-—Te ves hermosa, igual a una diosa. Solo que mejor.—la voz del gigante resono por el salón.
—¿Quién es usted?—pregunto Camille, retrocediendo.
El gigante ignoro completamente el comentario de Camille.-Bonito palacio ¿no crees?
—Supongo, no me gustan los lugares tan grandes.—la mestiza decidió que debía seguirle la corriente si no quería terminar como alguna de las cabezas colgadas en los muros.
—Es una lástima.—el gigante dejo su copa y se levantó de su trono.—Después de tu conversión, viviras aquí para siempre.
—¿Qué clase de conversión?—preguntó la no reconocida.—Siempre traté de ser una persona sociable pero la conversión nunca se dio.
—¡Pero que bromista!—exclamó el gigante. —me preguntó de quien sacaste ese gran humor.
Camille se encogio de hombros.—No hay de quien escoger.
El gigante se acercó cada vez más a Camille, ella sólo fingia que no le importaba. Trataba de ocultar su temor a ser aplastada por unos pies de un metro de largo.
—Te necesitaré, pronto.—el gigante tronó sus dedos y el sueño empezó a cambiar.
Ahora se encontraba en el hospital donde Will estaba internado. No había nadie en la habitación del rubio y esto le preocupo, ¿Dónde estaban los chicos de campamento Júpiter?
Camille se sentó en una de las sillas y la acomodo junto a la de Will.
—Hey, Will. ¿Cómo van las cosas?—ella sabía que lo que hacía era una tontería, era sólo un sueño y Will estaba en coma.
Se sorprendió al ver como Will despertaba lentamente.
—Un poco somnolientas, ¿y allá?—dijo mientras se articulaba en la camilla. Ella casi se lanza a abrazar a Will si no fuera porque pensaba que de seguro se estaba volviendo loca.
Es sólo un sueño, pensó, es normal que esto pase.
—Eh, bien, estamos bien. —Camille trató de sonreír.—¿Esto es real? ¿O está sólo en mi mente?
—Que este en tu mente no significa que no sea real.—Camille recordó uno de sus libros favoritos de niña: Harry Potter. Empezó a reír, y Will también lo hizo.
—Somos unos nerds.—dijo aún riendo.
—Concuerdo.
—No le digas a Nico o me hará jugar con sus cartas de mitomagia.
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To Live and Let Go. (Nico Di Angelo)
FanfictionDespués de la Guerra contra Gea los semidioses tienen un merecido descanso. Los dos campamentos están en paz. Pero el descanso acaba cuando Nico Di Angelo empieza a tener extrañas pesadillas, con una chica en común en todas ellas. Nico, Will y su co...