13. Dos chicas debajo de la lluvia

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Martha y Michael me miraron con una expresión de desaprobación

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Martha y Michael me miraron con una expresión de desaprobación. Sabía que había ofendido a Claudette con mis palabras, pero no me sentía arrepentida.

Yo nunca tendría los mismos privilegios que ella. Nunca podría vivir en una enorme mansión con todos los sirvientes que quisiera y teniendo todo lo que me pareciera con tan solo pronunciar las palabras.

Era injusto que hubiera tantas diferencias entre nosotras, solo por una cuestión de dinero.

-¿Qué le has dicho? - quiso saber mi hermano indignado.

-Nada malo. Mis labios solo han dicho la pura verdad. - le respondí.

De repente, me asaltó el miedo.

Había mucho más de la historia de Claudette que no conocía. De hecho, apenas conocía algún dato en concreto. Me rompía el corazón que no quisiera confiar en mi.

¿Y si quizás me había equivocado? ¿Y si Claudette sufría por cosas que nunca podría entender?

-¿Qué le has dicho? - volvió a repetir mi hermano alzando la voz.

Supe que debía de responder inmediatamente o todo terminaría más mal de lo que había empezado.

-Le he dicho que tan solo era una niña rica y que nunca había tenido que luchar por nada.

Me mordí el labio inconscientemente. Recordé la expresión de Claudette como si la acabaran de golpear con fuerza. Recordé sus ojos llorosos y su incapacidad de responder a mis palabras.

Mis estúpidas e innecesarias palabras.

Martha se llevó una mano a la boca y empecé a preocuparme más de lo que quizás debería.

-¿Qué ocurre? - quise saber con miedo de saber la verdad.

Martha tomó aire y simplemente me dijo:

-Claudette  es pobre. De hecho, es mucho más pobre que tú.

Esta vez sentí como si a mi me golpearan.

Había cambiado toda la historia y me había equivocado.

Pero Martha no había terminado, y lo que dijo a continuación me frenó el corazón aunque solo fuera por unos segundos.

-Perdió a su madre hace apenas cuatro días.

-Cuatro días... - susurré.

Ahora todo tenía sentido. Comprendí la razón de la tristeza de Claudette, como de vez en cuando se perdía en sus pensamientos y tardaba en regresar, como quería evitar hablar de su madre para ahorrarse todo el dolor.

No pude ni siquiera imaginar perder a mis padres o a algún hermano por más que me sacaran de quicio.

Era una experiencia desgarradora.

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