ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 𝟻

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«TN»

No sabía cuántos había pasado, pero de lo que estaba segura es que ya habían pasado más de dos años.

Ahora tengo 14 años y me encuentro en el lugar en donde va a ser la lección final. Ya había creado varios posturas a la que decidí llamar aliento del zorro, solo pude crear 6 posturas, puede que sean pocas pero son poderosas.

En el lugar donde es la selección final está todo rodeado de árboles de glicinas, se ve muy hermoso.

Había como alrededor de 21 personas sin contarme, unos eran llamativos porque tenían el cabello de un color diferentes a los demás, uno tenía el color de un rojo muy fuerte y otro tenía el cabello amarillo y anaranjado, también había otro que llamaba mucho la atención este si tenía un cabello normal pero tenía una gran cicatriz

Había dos niñas, una tenía el cabello blanco y otra de color negro

-Muchas gracias por acudir a la selección final de asesinos de demonios- dijeron al mismo tiempo.

-En el monte Fujikase han encerrado demonios que se capturaron con vida pero no puede salir del exterior.

-Porque media montaña desde el pie, está cubierta de glicinas en flor todo el año, odiadas por demonios.

-No obstante, apartir de este punto deja de haberlas. Los demonios están ahi.

-Sobrevivir siete días en esa zona, es la condición para superar la selección final.

-Les deseamos suerte- dijeron inclinándose un poco.

Estás niñas parecen estar sincronizadas.

Entramos al lugar en donde están los demonios. Me encontraba en la rama de un árbol, no había ruido en dónde yo estaba solo se escuchaba el ruido que hacian las hojas al bailar con el aire.

Estaba atenta de los ruidos que se escuchaban, tenía los ojos cerrados para concentrarme más cua do de pronto escucho el ruido de una hoja siendo aplastada.

Abrí los ojos y mire en la dirección de dónde se escuchó el ruido de la hoja, en esa dirección no se veía nada por la oscuridad solo unos ojos que reflejaban la sed de sangre.

Me baje del árbol de un salto y puse mi mano en la katana que me había dejado Rengoku.

-Baja de una vez y atacame como cualquier otro demonio- dije viendo en la dirrección de dónde estaba el demonio.

El demonio bajo y enseguida me atacó yo solo lo esquivé, saque mi katana y me puse en posición de atacar.

-Segunda postura: Zorro Ardiente- un zorro de color rojo salió de mi pecho envuelto en llamas- por favor prendelo en llamas- le pedí.

El zorro solo asintió y corrió en dirección del demonio, este brinco en dirrección del zorro y lo empezó a arañar con sus garras, las garras al hacer contacto con el demonio se empezó a quemar.

Es mi momento, me acerque corriendo al demonio sin emitir sonido, esto es gracias al entrenamiento de los árboles.

Este estaba tan concentrado en apagar las llamas que no me prestó atención, al estar cerca le corté la cabeza la cual rodo por el piso con algunas llamas igual que su cuerpo.

-Apaga las llamas por favor- le pedí al zorro-.

-Claro- las apagó y se subí a mi cabeza de un brinco-.

Me agache al cuerpo del demonio que se estaba desintegrando y empecé a rezar por qué su alma no vaya al infierno.

Seguí mi camino aún con el zorro encima de mi cabeza, y no había problemas con sus llamas ya que al ser la propietaria del aliento no me hacía daño.

Seguí derrotando algunos demonios hasta que llegó el amanecer.

Busque el hueco de un árbol, me acosté ahí y me puse a dormir.

A las 5 horas desperté como nueva, también gracias al entrenamiento de los árboles.

Busque algo de comer encontrando solo manzanas. Después de unas horas volvió a ser de noche, estaba caminando por ahí cundo de pronto escucho fuertes ruidos de batalla.

Me hacer que y vi a un demonio grotesco de color verde con muchos brazos algunos estaban protegiendo su cuello y otros estaban atacando al chico de cabello rojo.

El demonio grotesco estaba por aplastar la cabeza del chico, con mi mirada busque un árbol cerca de su brazo al encontrarlo me subí en el un salto corrí por toda la rama y al llegar al final de la rama salte en dirrección del brazo que lo iba a aplastar.

-Cuarta postura: Zorro manipulador- dije y de un árbol salió un zorro rojo y con cola negra.

El zorro emitió un ruido y automáticamente el demonio quedó estático, agarre al chico de su ahori y lo jale para quitarlo de dónde estaba el brazo que se había dejado de mover.

Aterricé en el piso y el chico cayó de boca arriba al piso, lo ayude a ponerse de pie.

Chifle y el zorro que se había mantenido en un árbol vino a mi tranquilo y salto a mis brazos.

-Puedes dejarlo libre- le dije al zorro e hizo otro sonido dejando al demonio libre.

Podía sentir la mirada del chico en nosotros, seguro me está mirando raro por hablarle a un zorro pero no lo entendería o al menos no ahora

-¡Tú, mocosa!, hiciste que no pudiera atrapar a mi comida- me dijo enojado.

-Es una pena, porque no tendrás a este chico para comerlo.

El demonio se enojo y me lanzó unos de sus brazos.

-Sígueme chico- le dije al chico.

Esquivamos a los brazos y nos fuimos a unos árboles donde no nos viera.

-Escúchame, tengo un plan.

-Te escucho.

-Bien, mira tú le cortas la cabeza mientras yo que yo cortó los brazos que vayan en tu dirección- le propuse.

El chico estuvo de acuerdo y ahora vamos en dónde está el demonio buscándonos.

-¿Acaso nos está buscando a nosotros?- dije estando con el chico enfrente de él.

El demonio lanzo otros brazos hacia nosotros, los esquivamos, el chico fue saltando en los brazos del demonio en dirección de la cabeza y yo iba detrás de él para cortar los brazos del demonio.

El chico llegó a la cabeza del demonio y levantó su katana para cortar la cabeza del demonio. El demonio solo se quedó parado, creo que está pensando que no va a poder cortar su cabeza.

Pero para mala suerte del demonio si logro cortarle la cabeza, la cabeza cayó al piso y su cuerpo se empezo a desintegrar.

El chico y yo rezamos para que no vaya al infierno.

Llegó el amanecer, él y yo nos sentamos en el piso apoyandonos en un árbol para descansar pero más él que yo.

-¿Quieres una manzana?- le pregunté sacando unas manzanas que había escondido.

-Si por favor- le di la manzana y la empezamos a comer.

-Kobayashi, Kobayashi T/N.

-He?, haa Kamado Tanjiro- dijo sonriendo.

Después de comer nos paramos.

-¿Quieres que te acompañe?.

-Si, claro, si no te molesta.

Seguí caminando y derrotando demonios, aunque Tanjiro a veces les hacía preguntas sobre cómo hacer a un demonio en humano.

Después de todo eso llegamos al lugar indicado para saber que pasamos la selección final.

Parece que éramos los últimos, y solo estaban una chica, el chico de pelo amarillo con anaranjado y el chico de la cicatriz.

Kimetsu no yaiba y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora