Capitulo 3

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Ya llevo más de 6 meses entrenando con Rengoku, sus entrenamientos son muy peligrosos y extremos pero ya me estoy acostumbrando así que no hay problema.

Ya llevaba varios entrenamientos que parecían nunca acabar.

En estos momentos estoy en un árbol muy alto y tengo que brincar hacia los otros árboles para no caer en espinas, carbón prendidos en fuego, katanas de madera con mucho filo que si caes arriba de ellos te podrían perforar fácilmente.

Salte al otro árbol pero resvale cayendo en una rama del árbol que estaba delgada, creí que me había posicionado bien en el pero estaba equivocada, me fui de lado y empecé a caer.

Con mi mirada busque algo con que salvarme y vi otra rama que estaba más abajo, está era gruesa. Al estar ya cerca me sujete de ella, era perfecta para no caerme o que se rompa, pero tenía muchas astillas por lo que algunas se incrustaron en mis manos.

Suspiré aliviada y me subí completamente en el, quedando parada, y seguí saltando hacia otros árboles.

Estuve así varias horas hasta que vi los primeros rayos de sol que indicaban el fin de mi entrenamiento.

Regrese a casa y entre a mi habitación solo para encontrarme con mi maestro dormido plácidamente en su cama, me enoje y le arrojé una almohada a su estómago quitándole el aire.

Se despertó tosiendo y tratando de recuperar el aire perdido.

-Ya regresaste, bienvenida- dijo dulcemente y bostezando.

-Si, gracias ya acabe, ¿Quiere que le haga un té?- dije con las manos detrás de mi.

-Si por favor, ¿Quieres que te ayude con algo?- pregunto levantándose de su futon.

-Podrías poner los platos y vasos en su lugar.

-Si claro.

Fuimos a la cocina, él puso los platos y vasos en la mesa para comer, mientras que yo hacia el té y un pan con un poco de miel.

Termine de hacer el té, el pan con miel y los servi.

Ya nos íbamos a poner a comer después de agradecer cuando Rengoku ve mis manos.

-¿Qué te sucedió en las manos?.

-Solo son astillas de un árbol, luego me las voy a tratar primero comamos.

Rengoku se levantó de su silla y fue a cuarto, por los que supuse que fue por el botequin para tratarme las heridas, siempre sucedía esto cuando tenía cortadas o raspones.

Solté un suspiro pero me sentía feliz que después de varios años alguien se preocupara por mi, quitando a la señora Takahashi y algunas personas del pueblo.

Regreso con el botequin y trato mis heridas, después de eso comimos y después me puse a descansar, estaba cansada del entrenamiento y no había dormido en toda la noche.

Me puse a dormir, gracias al cansancio me dormí rápido.

«Rengoku»

Estaba sentado en una silla en casa de TN, de repente escucho el ruido de mi cuervo y salgo de la casa.

Extiendo mi brazo para que se pose en el y le quitó una hoja que tenía amarrada a su pata.

Le empecé a leer y me di cuenta que era una carta del patrón diciendo que ya debería volver para seguir con mis misiones.

Me puse triste ya que tendría que irme hoy y no me podría despedir de ella ya que estaba durmiendo así que lo única que podía hacer era dejarle una carta de despedida.

El cuervo se fue y me volvía adentrar a la casa busque un papel y algo conque escribir, al encontrarlos me puse a escribir la carta que le dejaría.

Después de terminar de escribir la carta guarde todas mis pertenencias y antes de irme fui a la habitación de TN.

Me agache a la altura de dónde estaba la cabeza de TN y bese su frente, deje la carta en una mesita que estaba al lado de su futon y salí de la casa.

Mire una vez más la casa antes de irme y me acordé de los momentos que pasamos juntos, puede que solo hayan sido más de 6 meses pero me encariñe muy rápido de ella.

Se me escapó una lágrima y sonreí, sabía que iba a estar bien después de todo lleva desde los 6 a viviendo sola y trabajando, es una gran niña será alguien fuerte y noble.

-Espero volver a verte mi dulce niña- susurré y me di la vuelta.

Baje por la pequeña montaña, sería el momento de regresar al trabajo y espero verla como cazadora de demonios, se que logrará pasar la selección final.

Desde aquí te dejo mi dulce niña, sigue entrenando y te convertirás en una maravillosa cazadora de demonios, cuídate.

Kimetsu no yaiba y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora