Capítulo 29 Todo es posible

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DYLAN

Hoy es el día del juego contra los monarcas. No pude evitar pensar en que a mi padre le hubiera gustado verme jugar fútbol. Recuerdo cuando tenía nueve años y mi padre me llevo a un estadio enorme, para mí fue como un sueño, parecía el niño más feliz. Las últimas palabras que me dijo fueron; volveré mañana y jugaremos.

Al recordarlo golpeo con más fuerza el balón hacia la portería.

Necesito a mi padre.

—Dylan —volteo al escuchar mi nombre. Damián está frente a mí y me sorprendo al ver su pie derecho vendado.

—¿Qué te pasó?

—Sé que debo ser valiente pero... Es la única manera para no jugar —suelta.

—Pero no ibas a jugar.

—Sé que estaré en la banca pero también sé que mi padre puede hablar con el entrenador para que entre a la cancha —suena nervioso. Niego con desaprobación, porque no es justo que él esté tratando satisfacer los deseos de su padre mientras la está pasando mal porque no quiere esto.

—Las cosas pueden cambiar cuando tú eliges tu bien —hablo serio.

Él no dice nada solo se queda en silencio.

—¡Chicos, vengan! —grita el entrenador. Nos acercamos todos y detrás de él observo que están los chicos del otro equipo con su respectivo entrenador—. La otra mitad de la cancha la usarán los monarcas para entrenar. También quiero comentarles que estén preparados media hora antes del partido ¿Preguntas? —negamos—. Bien, sigan practicando —ordena pero en el momento de alejarnos habla otra vez —Damián ¿Qué te ocurrió? —le pregunta sorprendido. Todos observan su pierna como sí nunca hubieran visto una.

—Me... Lesioné —titubea.

—¿Cómo?

—Estábamos practicando —intervengo.

—No puedes hacer algo bien nerd —se burla Dereck.

—Basta —lo regaña el entrenador, vuelve a poner su mirada en Damián— ¿Tu papá lo sabe? —pregunta.

—Aún no —murmura.

—Bueno, espero que te mejores rápido para que sigas jugando —le dice y después su mirada pasa hacia nosotros—. ¡Vamos! ¡Falta poco para el partido! —grita.

Esos gritos es su manera de animarnos.

FLOR

Estoy sentada en las gradas de la cancha de fútbol donde será el partido mientras como un sándwich, cuando estoy triste lo único que puedo hacer es comer. No sé porque me gusta hacerme daño al ver al equipo de porristas ensayando, ellas se ven muy hermosas y delgadas eso hace que recuerde lo que Amber me dijo; "No podrás hacer acrobacias" "gorda".

Lo peor, es que tiene razón.

—Estoy apunto de caer —llega Victoria a mí lado. Ella deja su tambor en el suelo y toma asiento a mi lado.

—¿Quieres? —le ofrezco de mi comida.

—No gracias —se limpia el sudor de la frente.

—¿Por qué quisiste entrar a la banda de guerra?

—Porque me obligaron por el simple hecho de estar en música —contesta mientras mueve su cabeza hacia los lados para relajarse—. ¿Es cierto que eres muy buena en el billar? —cambia de tema.

—Solo para Louis —comento. Cuando jugamos, él me enseñó muchos trucos para aprender y siendo sincera, pude hacerlos bien pero aún así pienso que exagera Louis.

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