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Gwen, Mary Jane y Michelle, decidieron ir a visitar, o mejor dicho, molestar, a su querido amigo Peter en su departamento. Cargaron mochilas llenas de ropa femenina, más que nada top's y polleras. De distintos colores y tamaños. Y una prenda en especial.

A Peter no le molestaba que sus amigas lo usen como maniquí. Mientras ellas se pongan contentas y felices al cambiarlo; Peter se deja. No le molestaba usar ropa femenina, pero no la usaría para ir a comprar o pasear, le resultaba algo incómodo que algunas prendas sean muy cortas y ajustadas. Y vaya que se probó cada cosa... Era más de usar remeras anchas y algo largas, jeans cortos o largos, o simplemente una remera y una maya. Más que nada las remeras de su novio. Esas si que eran enormes y les encantaba.

Las tres chicas tocaron la puerta a la vez. Peter la abrió y las recibió con un saludo y una sonrisa.

-¡Peter!- Gritaron las chicas y abrazaron al nombrado. El castaño sintió que en cualquier momento se iba a quebrar.

-Hola, chicas.- Se separó del abrazo.- ¿Hoy seré su maniquí?

-Tenemos ropa nueva y queremos saber cómo te queda.- Habla Gwen emocionada.

-Y más que nada uno en especial.- Michelle se cruza de brazos y analiza a su amigo, imaginándo el como le quedaría aquella vestimenta. Sonríe al verlo en su imaginación.

-Bien...- Peter suspira y les sonríe.- ¿Quieren algo para beber o...?

-No, gracias.- Contestaron las chicas.

-Bien.

Los cuatros se instalaron en la habitación del chico. Las invitadas tiraron las dos mochilas en la cama y se undieron en ella para buscar la ropa que mejor convine.

La primera vestimenta fue una simple: una remera lisa color negro y una pollera blanca con una franja negra en la parte baja. No era la gran cosa, pero ver a Peter usar una pollera lo hacía ver adorable. Luego fue algo más dark, adorable, mucho rosa, distintos colores...

Estuvieron así por una hora, hasta que llegó la prenda que las tres chicas esperaban con ansias ver el como le quedaba a su amigo.

-Peter, en un rato viene tu novio, ¿No?- Pregunta Mary Jane, sacando la prenda de ropa.

-Si, creo.- Contesta quitándose una falda. Se la entrega a la rubia y esta agradece.- Bien, ahora... ¿Quieren comer algo?

-No.- Contestaron.- Falta una última vestimenta.- Michelle miraba con malicia a su amigo.

-¿Cuál?

Gwen sonríe y agarra el traje por los hombros, estirandolo y dejando que se vea por completo. Era negro, tenía un tipo de bata ondulada color blanca en el medio y parte del pecho, una franja blanca en la parte baja del vestido, mangas cortas y por último adornaba un lindo moño negro en la parte del cuello.

Peter frunce el ceño.- No me pondré eso.

Las tres chicas hicieron puchero.- Ay, porfavor Peter.- Rogaron.

-No, paso.

-Porfavor.- Volvieron a insistir.

Peter suspira.- Bien, está bien, lo haré solo porque las quiero.- Las chicas empiezan a chillar.- Dame eso.- Lo agarra y lo analiza.- Bien, me pondré esto, fuera.

Luego de unos minutos allí se encontraba Peter, usando ese bonito vestido. Le quedaba jodidamente precioso, y más las orejitas de gato que mágicamente aparecieron en su cabeza.

-¿Felices?

-Si.- Chillaron.

-Bien, ahora... ¿Me ayudan a desprender el...?

Una voz en la sala lo interrumpe.-¡Amor, ya llegué!

Las invitadas agarraron las mochilas, la llave de la habitación y se fueron, cerrando la puerta por fuera lo más rápido posible.

-¡Chicas! Maldición...- Intentaba abrir la puerta pero era en vano.-¿Y ahora como mierda me desprendo esto?

Mientras tanto en la sala...

-Ten, querido Wilson.- Michelle le entrega la llave de la habitación.- Un lindo gatito te espera.- Sonríe cómplice y se larga de allí junto con las demás.

Wade frunce el ceño pero no le da mucha importancia. Sabe que las amigas de Peter están algo... Locas por así decirlo.

Llega a la habitación y abre la puerta, encontrándose con un lindo castaño tratando de desprender un botón en la parte de atrás de su traje.

Peter mira a su novio.- Oh, hola cariño.- Le sonríe.- ¿Me ayudarías a...?- Unos labios contra los suyos impidió que siguiera hablando.

Wade lo acorraló contra la pared, con sus manos recorría todo el cuerpo que tenía frente suyo y besaba apasionadamente sus labios. Peter al principio se sorprendió pero luego se dejó llevar. Esos besos lo volvían loco.

-Al segundo que te vi...- Habla entre besos.- Supe que ahora...- Otro largo beso.- Me excita verte vestido de esa manera, cariño.

Peter se ruborisa hasta no dar más. Wade sonríe por ello y empieza su tierna sección de besos en el cuello, que luego de esto sería más que solo besos y caricias.

Luego de eso agradece mentalmente a las chicas por haberles obligado a ponerse ese traje.


•Wade × Peter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora