Gwen Stacy se encontraba sentada en el sofá, con ambos codos en sus muslos y su mentón apoyado en las palmas de sus manos. Mirando un punto no especifico, pensando, y esperando la llegada de su compañero de cuarto.
Giro la cabeza al sentir como la puerta se abría, escuchando un "Ya llegue" por parte de su amigo. La rubia se levantó del sofá, agarró un libro de historia, (uno de los grandes) y al ver como su amigo entraba a la pequeña sala; se lo lanzó.
-¡Eres un idiota! ¡Maldito infeliz!- Grito la rubia demasiado enojada. Podrias hasta ver chispas salir de sus ojos.
-¡¿Qué te pasa?! ¡¿Qué hice ahora?!- Preguntó algo preocupado Wade, sobandose su hombro izquierdo, justo en donde su amiga le pego con el libro.
-¿Qué hiciste?- Se le escapó un "ja" sarcástico de sus labios.- Maldito bastardo, ¡Hijo de perra!- Agarró otro libro, esta vez uno algo pequeño, y se lo tiró, pegándole en el pecho.
-¡Gwen!
-¡Gwen nada, Wilson! ¡Lastimaste a mi mejor amigo, idiota!- Y ahí fue, cuando un recuerdo de los malos se apoderó de su mente.
Hace unos días atrás, el pequeño grupo de amigos decidieron ir de fiesta para selebrar el cumple años de Peter, y de paso selebrar que pasaron de año en la Universidad. Como, claramente era el cumple de Peter, su novio no podía faltar a la fiesta. Y, a decir verdad, la pasaron bien. Pero toda esa felicidad desapareció cuando Wade había desaparecido a la mitad de la fiesta, y cuando Peter lo encontró a punto de tener sexo con Vannessa.
Así es, como leyeron.
Pero, no fue culpa de Wade, fue culpa de Vanessa.
Todo paso cuano el rubio decidió ir al baño. Al salir, la azabache lo empujó nuevamente al baño, besandolo. Wilson claramente quería safarse, y lo hizo, pero Vannessa ya se encontraba semi desnuda frente a el. Y ahí fue, cuando el castaño entró a la escena. Apenas los vio, se fue al instante sin decir palabra alguna. Llorando en silencio.
Desde ese día, Peter no salió de su habitación. Matt junto con Gwen y Harry, hicieron lo posible para poder sacarlo de ahí y hacerle entender de que lo olvide, de que no vale la pena; pero fue en vano.
Ahora Peter se encontraba llorando nuevamente en su cama, Gwen regañando a más no poder al causante del dolor de su amigo, y este tratando de explicar todo lo sucedido.
Por suerte, la rubia terminó escuchando y comprendiendo todo.
-Perdón por lanzarte el libro.- Pidió la rubia cabizbaja.
-No te disculpes, me lo merecía por no pedir perdón antes.- Se enogio de hombros.
-¿Te llevo con Peter?
-¿Tu crees?
-Vamos.- Se levantó de su asiento, estrechando la mano para que su amigo la agarre.
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-¡Vete de aquí!- Grito y cerró la puerta de un golpe.
Gwen y Wade se miraron, el rubio con una cara seria mientras veía como su amiga se moría de la risa.
-¿Enserio?
-Lo siento, lo siento...- Suspiró tratando de calmarse.- Te lo mereces.
-Lo se, lo se...- Aclaró ladeando la cabeza de un lado a otro. Suspiró y volvió a tocar la puerta.
-¡Dije que te vayas!- Volvió a gritar el castaño.
-Señor, soy yo, el de la pizza.- Hablo fingiendo una voz algo chillona. Gwen se tapó la boca con ambas manos, tratando de no reír.
-No pedí pizza.- Dijo abriendo la puerta con lentitud.
-Ho..- Y la puerta se volvió a cerrar.-... La... ¿Y ahora que?
-Déjame a mi.
Gwen empujó a su amigo, tocó la puerta y quedó esperando. Peter algo cansado, se dignó a abrirla y gritar, pero lo segundo no paso al ver a su amiga fuera.
-Hola.- Saludo con voz dulce, moviendo una de sus manos.
-Gwen, mi cielo.- Hablo algo exagerado, abrazando a su amiga.- Vamos adentro a comer helado, mientras vemos una película triste, acurrucados y abrazaditos, porfavor.- Pidió undiendo su rostro en la clavícula ajena. A Gwen se le escapó un asentimiento de ternura y tristeza al mismo tiempo.
-Cariño, me encantaría, pero necesitamos hablar.
Peter levantó la vista, mirándola. Miró a su izquierda, viendo a la persona que lo lastimó sin querer.
-Bien..- Suspiró cansado, dejando que ambos entraran.
Luego de una hora y media de explicación, Peter entendió todo a la perfección. Pero, decidido tomarse un tiempo y pensar todo. Wade aceptó, el sólo quería que su lindo novio lo perdonará y que lo volviera a besar, como si nada hubiese pasado.
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-Te amo.- Aclaró, besando todo el tierno rostro de su novio.
-Yo mas.- Dijo entre risitas.
-Perdón, perdón, perdón..- Susurraba, sin dejar de besarlo.
Gwen suspiso, sastisfecha.- Extrañaba verlos así.- Hablo viendo la escena con ternura. A Peter se le escapó una risita.
-Yo también.
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