Un pequeño Peter de 9 años caminaba de un extremo de la habitación a la otra, con una mano posada en su mentón mientras que pensaba.
El pequeño rubio de 10 años lo seguía con la vista, sus manos estaban entrelazadas y sus labios fruncidos.
-Me besaste.- Hablo Peter una vez que paro de caminar.
-Si...- Murmuró Wade mientras mantenía la mirada baja.
-¿Por que?- Volvió a hablar el castaño con los brazos cruzados.
-Porque... No lo se.. Sólo, bueno, es gracioso... Es sólo que...- Empezó balbucear mientras se rascaba la nuca, nervioso.
-¿Wade?- Se acercó lentamente hasta el nombrado, se arrodilló y apoyo sus manitas en las rodillas ajenas. Esto hizo que Wade se sobresaltara y se pusiera más nervioso y rojo de lo normal.
-¡No hagas eso!- Pidió y luego se tapo su roja cara con ambas manos.
-¿Hacer que?- Preguntó un confuso Peter.
-Eso... La carita tierna- separó un poco dos de sus dedos para ver de reojo a Peter. Este tenía una mueca de confusión muy adorable. Bastante adorable.
-¿Carita tierna?- Pregunto mientras se acercaba más a la cara del contrario.
-Eres muy lindo...- Murmuró y al sacar lentamente ambas manos de su rostro; se sonrojo aún más. Si eso era posible.
-Estas... Rojo.- Aclaró el castaño y una risita escapó de sus labios.
-Me pones nervioso... Eres muy lindo..- Volvió a murmurar. Una sonrisa de idiota se apoderó de sus labios. Con su vista recorría cada facción del tierno rostro; mirando cada paca, las bellas pestañas, literalmente toda la hermosa y tierna cara de Peter.
-Tu t-también eres lindo.- Murmuró el castaño y un rubor se apoderó de sus mejillas.
A Wade le sudaban las manos, le ardía la cara y sentía como su corazón latía a mil por segundo. Lo mismo le pasaba al castaño.
El rubio se armó de valor, suspiró, trató de relajarse y dijo:
-Me gustas, Pet.
Podría jurar que el corazón de Peter iba a explotar de la emoción, y el de Wade de los nervios.
-Tu también me gustas... Wade- Sonrió y el nombrado copio el acto. Ambos enamorados quedaron viéndose a los ojos por minutos, que podrían juarar que para ellos eran horas.
-Quiero besarte otra vez...- Susurro Wade, sabiendo que Peter lo iba a escuchar ya que estaban demasiado cerca.
Y esa fue la gota que derramó el vaso. Unieron sus labios en un tierno, corto y algo tonto, beso. Al separarse y verse a los ojos; sonrieron.
Sus corazones latian como locos, sus cachetes ardían y estaban rojos, les sudaban las manos y una nesecidad inmsensa de otro beso se aporaron de ambos.
Y se besaron nuevamente.
-Aaajaa, así los quería agarrar.- Habla May haciendo que los enamorados se separen al instante.
-Tía May, eh.. Yo... Bueno, eh.. Es gracioso... No.. El me... Nos..- Empezó a balbucear Peter mientras sentía como los nervios lo comían de a poco.
-Nos gustamos.- Aclaró Wade lo más tranquilo del mundo.
-¿Enserio? No me di cuenta.- Habla May sarcástica mientras se sienta al lado del rubio- Luego hablaremos bien, ¿De acuerdo?- Los enamorados asintieron.
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