Una historia de amor que jamás dejará de ser escrita

CAPITULO 17

CAPITULO XVII

Llego rápidamente a la preparatoria, la pequeña y dolorosa discusión que tuve con Dean llevó más tiempo de los esperado, voy retrasada diez minutos, y aunque sea poco, solamente por esos minutos puede que no me dejen realizar los exámenes y si no los hago; no podré ir a las empresas de papá y despejar un poco mi mente.

Camino entre los estudiantes con mis oscuras gafas de sol puestas, no quiero que vean mis ojeras y agregando mis ojos rojos por tantas lagrimas que han salido de ellos.

Toco la puerta de la secretaría.

-Buenos días Jud -digo al pasar y encontrarme a la gata mayor saliendo de la oficina del director, no cabe de esperar que esté de turno su desagradable padre.

-Hola Cariño -sale a abrazarme Jud, tropezando con el brazo de Penélope.

-Fíjate por donde caminas estúpida -se dirige Penélope a Judith, su desagradable voz y ahora, su falta de educación hace que mi cabeza quiera explotar, al parecer hoy no es mi día.

-Penélope donde está la educación que te han enseñado tu honorarios padres -le digo sarcásticamente y comienzo a caminar hacia la pequeña cafetería que hay en esta.

-A ti que te importa como hablo, zorra -contesta acercándose a mi "intimidándome"

- ¿Qué pensarán los demás de la hija del influyente director y tu reconocida madre si te expresas así? -quiero divertirme un rato hoy.

-No me importa lo que digan los demás. -se acerca más a mí.

-Y eso se nota -susurra Jud desde su escritorio riendo, al parecer también le ha agradado el show.

- ¿Terminaste? -le pregunto a la cuatro patas mientras me llevo a la boca el vaso de chocolate caliente que acabo de servir.

-Eres una estúpida -me quiere matar con la mirada, pero ya no me intimida más, la persona que más amo no quiere saber más de mi por mi falta de valentía y decisión.

-No más que tu -río y comienzo a caminar hacia el escritorio de Jud para recibir el material y comenzar los exámenes.

Tocan la puerta y a los segundos se abre.

-Buenos día -dice Dean haciendo que me erice.

-Buenos día Dean -saluda Jud y me mira cómplice, cree que hemos vuelto después de lo que pasó en los baños, pero no es así.

No contesto su saludo y me mira con el ceño fruncido Jud.

-Hola Dean -dice maullando la gata en celos.

Sigo tomando de mi chocolate agregándole unas inmensas ganas de llorar.

-Amor, vámonos -dice Dean haciendo que en mi crezca esa esperanza de que todo lo que me dijo esta mañana fueran mentiras, pero no es así... se estaba dirigiendo a Penélope, quien la tenía abrazada por la cintura.

Quiero llorar, quiero que acabe rápidamente este desagradable día.

Penélope me mira victoriosamente mientras que a Jud se le puede caer su mandíbula inferior por la impresión, frunce el ceño y se para rápidamente de su escritorio.

Dean me mira con odio, un odio que me hace sentir como una basura, un odio que me importa más que el de los demás... Una mirada de odio que antes era una de amor y cariño.

Trago en seco y nuevamente dirijo mi mirada hacia su boca y por último a sus brazos que aún siguen alrededor de Penélope.

-Vamos Cariño, ya es hora de comenzar los exámenes... -comienza a hablar Jud pero no le presto atención, aun no sale de mi mente aquella triste escena; Y peor aún, no puedo olvidar como se refirió a ella, "amor", es una tortura.