Una historia de amor que jamás dejará de ser escrita

CAPITULO 25

CAPITULO XXV

Después de pasar el mejor cumpleaños de mi vida -al parecer- junto a mi familia y Dean. Imposible olvidar la cena tan maravillosa que organizó Dean en el mirador de la colina, todo lleno de velas y rosas, como todo un cuento de hadas. PERO, debe existir un pero desgraciadamente, a tan solo tres días de esa fecha, todo se volvió un caos y de nuevo perdí mi rumbo.

Increíble que el amor sea el causante de mi cambio de vida y constante cambio de hogar, podría creer que nunca tendré un lugar definitivo.

Malditas son las ganas de superar a la distancia e intentar comenzar una vida diferente, buscando nuevamente un digno desenlace para mi trágica historia en el ámbito amoroso. Deseo encontrar un amor sin falsas esperanzas. Creo que prefiero una vida vacía a una con constantes sufrimientos causados por el amor.

Aún no puedo creer, que después de que pasaran tantas cosas entre Dean y yo, y pensar que había cambiado; siga siendo el mismo idiota que temía que regresara. Siento asco por mí misma, me entregué a la persona que parecía ser, mas no a la que realmente era.

Ahora no queda más que volver a empacar mis cosas y avisarle a mis padres cuando esté lista. Ellos no han opinado nada sobre la sorprendente noticia, Dean es como un hijo para ellos.

Guardo lo más rápido los libros en varias cajas y es lo último que me faltaba empacar. Me duele pensar que no podré estar aquí para ver crecer cada día más y más la barriga de Less, discutir con Chloe y apoyarla, no abrazar a las personas que quiero todos los días por culpa de una mala pasada y el grado de mis hermanos.

Limpio las lágrimas que caen por mis mejillas con mi mano y cierro la caja de los libros, todo está empacado y estoy lista para partir; bajo lo más lento que puedo por las escaleras.

- ¿Todo listo cariño? -se acerca mi madre y me abraza lo más dulce que puede, brindándome abrigo. La abrazo también y mi sentimentalismo me traiciona; comienza a caer un mar de lágrimas por mi cara. Ella comienza a acariciar mi espalda y a susurrar algo que no entiendo, pero me tranquiliza un poco.

- ¿Estás segura de que te quieres ir en este momento y no esperar unos días? -me pregunta mi padre frunciendo el ceño, está demasiado preocupado.

-Tranquilo, no cometeré ninguna estupidez si a eso temes -le sonrío a medio lado y me acerco a él para abrazarlo.

-Te amo mi chiquita, me preocupo demasiado por ti. Te pasa algo y yo me muero -besa mi cabeza y me da otro abrazo.

-Y yo a ti -le sonrío y paso de el a donde están Chloe y Less.

Las dos tienen los ojos tan rojos como yo. Less se acerca rápidamente a mí y me abraza lo más que nos lo permita su barriga, faltan 4 meses para conocer a mi sobrino.

-Te amo demasiado, pero por favor, piénsalo bien. No tienes por qué irte -me mira intentando no llorar de nuevo- Estamos aquí para ti. -hace pucheros y acaricia mi mejilla.

-No sabes cuánto yo a ti... Pero no podré aguantar verle o solo pensar que dentro de Penélope está creciendo un descendiente de la persona que amo. -intento sonar fuerte- Me siento egoísta y envidiosa por querer que ella fuera yo. Será mucho peor si me quedo. -le sonrío a medio lado para tranquilizarla; no quiero que siga llorando, puede hacerle daño al bebé.

-Es tu decisión, yo te apoyo -susurra y besa mi mejilla. Acaricio su abdomen y salgo a la entrada de la casa por donde ha salido Chloe.

-Chloe... -le llamo y para.

-No Blue, no. ¿Donde está la chica fuerte que eras?, la que me enseñó tantas cosas y sobre todo la que vino aquí a comenzar desde cero y no dejarse pisar por los demás... -se da la vuelta y me mira fijamente- ¿Donde está mi mejor amiga, la que nunca huye? -da un paso hacia mí y de nuevo comienzo a llorar.