🍒Mi trabajo de mierda yo no lo escogí🍒
Yo no elegí estar aquí, pero ahora que lo estoy trataré de hacer lo mejor posible, para así, algún día poder alejarme lo más que pueda de aquí.
En esa despedida de soltero fui como acualquier otra, pero lo q...
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Narra Alexby
—¿Qué coño haces, Alesby? —Volvió a preguntar, sin soltar mi mano, y solté su billetera.
—Yo...— Mi voz salió quebrada y cada vez mis ojos se llenaban más de lágrimas—. Fargan yo...
No sabía que contestar, no tenía ni idea de cómo excusarme de lo que estaba haciendo, sé que está mal, que está muy mal, pero... ¿qué tengo que decir para que Fargan me entienda.
Tal vez si hubiera dicho algo... todo hubiera sido diferente.
—Quiero que no sea lo que pienso, de verdad quiero que no sea eso— A pesar de la situación, Fargan seguía esperando mi respuesta.
Pero es justo lo que quiere que no sea y eso me hace sentir tan despreciable.
—Lo siento...— Entonces no pude retener mis lágrimas, comenzaron a salir como chorros de agua— Yo... lo necesito.
—¿Qué necesitas? ¿Mi dinero? —No supe que contestar—. Creí que me necesitabas a mí, Alejandro.
Sacó su móvil y tecleo algo que no supe que era, seguramente estaría llamando a la seguridad del local o incluso a la policía.
—Creí que estabas feliz conmigo, Alex— Dijo mirándome con un gesto que nunca había visto en él, llena de tristeza, enojo y decepción—. Creí que me amabas.
—¡Yo lo hago! —Quise acercarme, pero él me alejó, soltando mi brazo bruscamente—. Te juro que lo hago, pero, yo necesito el dinero.
—Pudiste haberlo pedido, pero preferiste abusar de mi confianza— Negó y rio tristemente— Me lo advirtieron, me advirtieron que no me puto involucrara contigo y fui tan estúpido en ver algo bueno en ti.
—Fargan... tenía que hacerlo, yo no quiero hacer esto, pero no quiero estar siempre aquí, de verdad no quería, yo te amo, pero no puedo estar aquí por más tiempo— Confesé.
—Ve a decirle esos cuentos a otro, ya no juegues conmigo— Se puso un pie y se puso la camiseta, tomó con enojo su cartera y comenzó a caminar hacía la puerta—. Quédate con el dinero, pero yo ya no volveré nunca más, aunque seguramente eso no te interese.
Quise detenerlo y suplicarle que se quede, pero mi voz no salía, el golpe que sonó al cerrar la puerta fue suficiente para saber que mi corazón ahora estaba más roto que cualquier cosa.
Tuve miedo después de tanto tiempo. Seguramente recibiría más de un castigo, seguramente Fargan se quejó de mí y lo menos que podía esperar eran un par de castigos, lo peor que pude imaginar fueron las siguientes noches... sin mi lindo Fargan.
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