Cap. 26 - Estar sola, pero contigo

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Me sentía destrozada y agotada, tanto física como mentalmente, por que sabía que si me sentaba terminaría cayendo en los brazos de Morfeo hasta al día siguiente.

Estaba en el centro de la sala de la casa de los Clearwater, sola y sin saber que podía hacer. Los sollozos de Lynsay empezaban a reducirse poco a poco, Leah la acababa de llevar a su habitación para dejarla descansar, quedándose con la rubia. Mientras tanto, Seth estaba en la cocina preparándome un té que le había pedido para esto, estar sola.

Era la que estaba protegiendo a Cassidy, pero no lo hice bien. Y no estaba segura de qué habría pasado si lo hubiera seguido haciendo, pero tenía la sensación que la predicción de Alice era tan ambigua que podría haber sido cualquiera quien recibiera la maldición. Cosa que me hacía sentirme aún peor.

¿Qué sería de mí si hubiera sido Seth? No podría seguir, habría ido detrás de él sin pensarlo dos veces. Necesitaba despejar mi mente de todas esas imágenes donde ocurría eso.

Necesitaba estar sola de verdad para no sentirme peor escuchando a Lynsay llorar, a pesar de que una parte de mí se sentía mejor solo por estar con Seth.

Armándome de valor para hacerlo, y sin perder el tiempo para tomar ninguna de mis cosas, me desaparecí.

....

Había lanzado hechizos de protección alrededor de mí, por si acaso. Después de todo, ¿y si lo que mi tío quería era que estuviera sola?

Movía la varita entre mis dedos, intentando no pensar en lo ocurrido en el aparcamiento, pero estar aquí tampoco es que hiciera que mi mente pudiera dejar de pensar en que todo estaba pasando por mi culpa.

No sabía porqué el prado había sido el primer lugar que me vino a la cabeza, pero no se estaba del todo mal. Sí, fue el primer sitio donde hice magia, pero también donde estuve tan bien con... con Seth.

Él era quien me faltaba allí, me hacía sentir bien, me hacía sentir mejor con solo estar a mi lado.

Como si mis pensamientos lo hubieran invocado, vi a Seth en su forma de lobo entrar en el prado. Si la protección que tenía la había hecho bien, no debía poder verme. ¿Cómo había sabido que estaba aquí?

Seth se acercaba con precaución, como si no estuviera seguro. Me mantuve sentada en el suelo, viendo cómo sabía hacia donde ir, era gracias a su olfato. No sabía si podría cruzar la protección cuando llegara, ni siquiera en qué estaba pensando al venir a buscarme, pero sonreí solo porque lo hubiera hecho.

Me levanté y fui hasta el límite de mi protección, saqué la mano y le hice señas para que se acercara.

Abracé a Seth en su forma lobo cuando pasó sin problemas la protección. Sí, parecía que la protección no paraba a los lobos.

–Siento haberme ido, pero lo necesitaba. – Le dije, volviendo a mi sitio sentada en la hierba.

No entendía el porqué de que siguiera en su forma de lobo, pero lo agradecí. Me venía mejor tener su compañía que el que intentara consolarme con palabras. Y tal vez por eso lo hacía.

Seth se acostó a mi lado y me apoyé en él, acariciándole.

–Fue culpa mía, por mucho que queráis negármelo. – Dije en un suspiro, mirando hacia el bosque. – Dejé de proteger a Cassidy por un momento, porque creí que te atacaría a ti. No me di cuenta de que se quedaba desprotegida.

Me sentía mejor junto a Seth, con solo la naturaleza a nuestro alrededor.

–Y escuchar a Lyn llorar me destroza más, he sido un poco cobarde al marcharme. Ella debería odiarme por esto. – No sabía si había llorado desde que salimos del aparcamiento, pero sentí la humedad en mis mejillas. – Yo lo hago. No habría pasado si no hubiera venido.

Se movió para llamar mi atención y le miré. En sus ojos vi la obvia realidad de que no nos habríamos encontrado de no haber decidido venir a Forks.

–Estaba destinada a venir, esa es la realidad. – Asentí, sintiendo otra vez el agotamiento. – Nos teníamos que encontrar. – Susurré cerrando los ojos apoyada contra su cálido pelaje. – Y me alegro de estar aquí sola, pero estoy sola contigo.

....

Estaba atardeciendo cuando me desperté, por el contacto de un hocico contra mi mejilla. Intenté no reírme cuando abrí los ojos y Seth me dio un lametón a casi toda la cara.

–¿Lo último era necesario? - Pregunté divertida, ganándome un golpecito de su hocico. – Supongo que es hora de volver, ¿verdad? – Me levanté sin esperar respuesta, sacando la varita. – Seth, necesitaré que me lleves con Lynsay.

Tenía que saber como estaba mi mejor amiga, aunque sabía que estaría bien con Leah.

Deshice los encantamientos de protección ante la atenta mirada del lobo. Cuando me giré, Seth se agachó para que me subiera sobre él y salió corriendo cuando estuve arriba.

Había demasiada tranquilidad mientras Seth se movía entre los árboles y no sabía si era bueno o malo. Lo único que tenía claro era que me quedaban 4 días para mi cumpleaños, para la batalla final. Hoy había perdido, pero eso no significaba que me derrotaría.

Cuando Seth se detuvo y vi a lo lejos una casita, no sabía donde me había traído. Me bajé y observé algo que me indicara donde estábamos, hasta que reconocí el vehículo frente a la casita.

–Como se nota que no es mío. – Escuché gruñir a Seth, por lo que me giré para verlo acercarse mientras se peleaba con unos pantalones que le quedaban un poco grandes. – Parece que Leah se olvidó de pillarme unos antes de venir.

–¿Qué estamos haciendo aquí? – Pregunté confundida.

–¡¡Ohh, sí, perdón!! – Seth se ruborizó un poco al darse cuenta. – Emily y Kim se pasaron para ver como estabais justo cuando desapareciste, se ofrecieron a hacer algo para hacer que os sintierais mejor. Pero tú no estabas y Lynsay se quedó dormida por el agotamiento, así que hemos venido a cenar.

Resoplé no muy segura de que fuera una buena idea, pero ahora ya estábamos aquí.

–Leah ha estado insistiendo en que cuando estuvierais despiertas os vendría bien. – Se encogió de hombros.

–Espero que tenga razón. – Comenté mientras caminábamos hacia la casa. – Por cierto, ¿porqué necesitabas que Leah te trajera unos pantalones?

–Les abrí la puerta a las chicas, fui a ver si estabas en el baño y salí corriendo para ir a buscarte. – Volvió a encogerse de hombros y me sonrió. – Me preocupaba más por encontrarte cuanto antes que por la ropa.

–Bueno, te agradezco que vinieras. – Le dije dándole un beso en la mejilla.

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Holaa, ¿qué tal estáis?

Creo que todavía no lo he comentado, pero ya estamos en la recta final de la historia. Por lo que lo veo un buen momento para saber, otra vez, vuestra opinión de ella.

Intentaré no tardar mucho en volver a actualizar, pero mientras espero que estéis disfrutando de la historia. ¡¡Hasta pronto!!

PD.: ¡¡38,1k lecturas y 2,71k votos!!¡¡Muchas gracias por seguir leyendo, votando y/o comentando!! ❤️❤️

Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora