–Va a salir bien. – Me dije saliendo por la puerta de atrás. – Sí, todo saldrá bien.
Caminé un poco hacia los arboles, hasta salir de la barrera de protección. Josie hacía un par de minutos que se había marchado al hospital, por lo que se suponía que no habría ningún lobo que pudiera ver lo que iba a hacer.
Me sobresalté cuando el teléfono empezó a sonar.
–¿Si?
–Oye, ¿estás segura de que no quieres que vaya alguien a por ti?
–Renesmee, en nada estoy ahí. – Le dije muy segura. – Tranquila, ¿vale?
–Vale, estamos esperándote. – Me dijo antes de colgar.
¡Merlín, que impaciencia! Bien, mejor no hacerles esperar más. Guardé el móvil y, comprobando que estaba sola, saqué la varita. Ahora sí, era el momento.
Al aparecer en el Claro, sorprendí a todos.
–¿¡Pero qué..!? – Exclamaron Jake y Emmett a la vez.
–Hola, chicos, ¿echándome de menos? – Pregunté divertida.
–___(Tn), eres increíble. – Renesmee rió, y me enseñó que todavía tenía el teléfono en la mano. – No has tardado nada.
–Bueno, puede que tenga algún truquito bajo la manga. – Dije como si nada, haciendo que estallaran en risa. – Esperad un momento, ¿dónde está Seth?
–Tranquila, no tardará en venir. – Aseguró Jake. – Está con Leah, comprobando que no haya nadie más por la zona.
–Supongo que he venido más rápido de lo que debería...
–Podemos empezar sin él, brujita. – Emmett sonrió. – Vamos a ver que más puedes hacer.
–¿Vas a ser mi primer muñeco de prueba? – Pregunté contenta.
–No lo sé, estás más contenta de lo que esperábamos. – Me miró dudoso. – Teníamos entendido que estarías nerviosa, o incluso que te echarías atrás.
–¿Empezamos de una vez? – Sonreí, antes de darme la vuelta y caminar, alejándome un poco del grupo. – Podemos hablar de si estoy contenta o nerviosa después.
–¡Dalo todo, preciosa! – Exclamó Emmett, haciéndome reír.
–Bien, como ya dije ayer la magia apenas afecta a los vampiros, por lo que si el efecto de un hechizo dura más de un par de segundos, esto habrá valido la pena.
–Pensaba que querías empezar, me voy a...
–¡Silencio! – Le interrumpí con un movimiento de varita, acallando sus palabras.
–Esto es lo peor que me ha pasado en mi existencia. – Habló Emmett tras unos segundos intentándolo.
–¡Haz eso más veces, por favor! – Pidió Jake sin poder dejar de reír para más molestia de Emmett.
Negué divertida, pero me puse seria al momento. Hora de tomárselo en serio.
....
Nos tomamos un descanso tras casi una hora. Con Emmett estuve practicando “Desmaius” y también “Incarcerous”. El primero logró llegar a los cinco segundos de efecto un par de veces, algo que sin duda era todo un logro. En cambio, las cuerdas las destrozaba al momento de aparecer y atarle. Después tomó relevo Jasper, con el que practiqué hechizos que le detuvieran cuando intentara venir hacia mí.
–Empieza a no tener gracia que hagas esto. – Le solté a Jasper la quinta vez que me alcanzó y me llevó hasta lo alto de un árbol, consiguiendo que se riera.
–Tienes que intentar que no lo consiga, de eso se trata.
Había momentos en los que pensaba que Seth cambiaría e intentaría evitar que Jasper hiciera eso, pero por suerte supo contenerse. Puede que fuera gracias a que, cuando estábamos de vuelta, iba y le daba un beso en la mejilla.
Me quedé mirando fijamente el interior de la mochila, pensando en lo último de la carta de Lynsay. ¿De verdad pensaba que me podría ser útil un artículo de broma o una golosina para lo que se aproximaba? Puede que se hubiera vuelto loca desde la última vez que hablamos.
–¿Qué es eso? – Preguntó Seth, sentándose a mi lado.
–¡Ohh! Pues son Grageas de Todos los Sabores. – Respondí, sacando la cajita. – Lynsay me ha mandado un regalo por adelantado, a pesar de que le hice prometer que no se pondría en contacto conmigo.
–¿Y te envía dulces?
–Y otras cosas. – Asentí. – Es un regalo conjunto de las chicas, aprovechó que me enviaba una carta y lo ha enviado todo junto.
–Espera un momento, ¿te ha enviado una carta por el tema de...?
–Sí, ya saben que viene a este país a por mí. – Respondí antes de que terminara la pregunta y le tendí las grageas. – Prueba una.
–¡¡Mmm, palomitas!! – Exclamó sorprendido. – Sabe casi mejor que las del cine.
–Esta creo que es de cereza. – Dije al coger una roja. – ¡Ohh, sí! ¡Cereza, me encanta!
Empezamos a intentar adivinar de que sería, Jacob y Nessie se unieron, pero el juego se terminó cuando a Jake le salió una con sabor a comida de perros. Nos estuvimos riendo un buen rato por eso.
–¿Vamos a seguir a lo que veníamos? – Preguntó molesto, pero haciendo aún caras raras por el sabor de la gragea. – Es el turno de Seth.
–No me lo recuerdes. – Suspiré, seguía sin gustarme la idea, pero sabía lo que tenía que hacer. – Bien, creo que va siendo hora de seguir.
–No vas a hacerme daño, cariño. – Seth se rió por mi tono derrotista.
–Eso no lo sabemos.
Nadie dijo nada mientras nos colocábamos para volver a mi entrenamiento. No quería utilizar ningún hechizo ofensivo sobre Seth, así que tenía que optar por uno que más bien fuera para distraer.
–Empieza por algo sencillo, __*. – Me sugirió Renesmee al verme dudar.
Observé a Seth, y él me sonrió, ese gesto me dio la idea que necesitaba.
–¡Rictusempra!
Seth empezó a reír por las cosquillas del hechizo, hasta el punto de dejarse caer sobre la hierba sin dejar de reír.
–¡Pa-para esto! – Logró decir entre las risas.
–¡Finite!
Las risas de Seth pararon, pero él se quedó tumbado en el suelo. Guardé la varita en la bota y me acerqué corriendo hasta él.
–¿Seth? – Pregunté un poco asustada al ver que tenía los ojos cerrados.
–No me había reído tanto en toda mi vida, hasta me dolía el cuerpo de tanto reír. – Comentó abriendo los ojos y me sonrió. – Ha sido muy raro.
–Debería haberte hecho bailar, habríamos sido los demás los que nos habríamos reído. – Negué divertida, ayudándolo a levantarse.
Cuando estuvo de pie, Seth me abrazó de repente.
–Haz bailar a Jake, será divertido. – Me susurró al oído.
–¡¡Te he oído!! – Exclamó Jake, haciendo que estalláramos en risas.
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Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)
FanfictionHuir a Forks fue la mejor opción, nadie pensaría en buscarme en Estados Unidos, en un pueblo como éste del estado de Washington. Mi mundo había sido destruido y el causante no se detendría hasta acabar conmigo también, por eso pensé que irme con mi...