Epílogo

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Estaba nerviosa, muy nerviosa. Tenía demasiadas miradas sobre mí y eso no ayudaba en nada. ¿Por dónde empezaba?

–¿¡Quieres decírnoslo de una vez!? – Exclamaron Lynsay y Nessie a la vez, claramente las menos impacientes de todo el grupo.

Seth se movió de mi lado, soltando mi mano y sus brazos me rodearon por la espalda haciendo que me decidiera en que había una cosa que era mejor que le contara a solas.

–Tranquila, tómate tu tiempo. – Susurró contra mi pelo antes de dejar un beso sobre él.

La conversación con McGonagall y Fontaine había sido bastante larga y ambos directores se habían asegurado de que nadie pudiera acercarse a la casa a escuchar. Quería contarles a todos a la vez lo que iba a pasar a partir de ese momento, después de todo habían formado parte de ello.

–Bueno, gracias a Seth sabréis que se lo llevaron y...

–Que fuiste una estúpida que no lo mató. – Me interrumpió Leah, quien no había podido ocultar lo molesta que estaba con lo que le había pasado a su hermano.

–¡¡Leah!! – Exclamó molesta Lynsay. – Ya te lo he dicho, eso podría haber tenido peores consecuencias para todos.

El agarre de Seth se tensó por un segundo, antes de que apartara un poco mi pelo para depositar un beso bajo mi oreja. Mi lobo estaba más apegado a mí desde que me reuní con ellos de nuevo, era como si quisiera asegurarse en todo momento que estaba junto a él. Y no me quejaría de eso, ya que sentía esa misma necesidad de asegurarme de que seguía conmigo.

–No dejaré que nadie te aleje de mí. – Susurró en mi oído.

–Nadie lo hará. – Le aseguré antes de mirar a los demás. – Me han dicho que esta misma noche será condenado a algo peor que la muerte.

–¿Entonces no tendrás que irte a Nueva York para un juicio? – Preguntó contenta Lynsay, casi colgándose de la emoción sobre el brazo de Leah. – ¿Ni tenemos que volver antes de tiempo a casa?

–En realidad... – Me mordí el labio intentando no sonreír y moví la cabeza para mira a Seth antes de seguir. – Yo ya estoy en casa.

La sonrisa y el brillo de felicidad en los ojos de Seth fueron suficientes para saber que había hecho lo correcto. No había tenido dudas en mi decisión.

–___(Tn), podrías explicarlo antes de que me vuelva loca esperando, por favor. – Habló Lynsay, haciendo que dejara de mirar a Seth y me diera cuenta de que ella era la única que necesitaba más información. Todos los demás estaban también contentos con lo que habían significado mis palabras.

–Al parecer, McGonagall sabía que me gustaría quedarme en Forks y habló con el director de Ilvermordy para un posible traslado que he aceptado nada más me lo han ofrecido. No haré mi último año en Hogwarts, Lyn.

....

–Mi hermana está intentando que Lynsay pida también un traslado para estudiar en Estados Unidos. – Me susurró Seth mirando a ambas chicas a lo lejos, quienes llevaban como una hora ya hablando.

Aparté la mirada del riachuelo para observarlas, viendo a mi mejor amiga con los brazos cruzados y sabía lo que eso significaba.

–Le deseo suerte a Leah, creo que Lyn tiene otro plan para ellas.

Me acomodé entre los brazos de Seth, volviendo a mirar el agua. Seth estaba sentado contra un árbol y yo me encontraba justo delante, con la espalda apoyada contra su torso.

Todavía estábamos en casa de los Cullen, pero sabía que Alice y Renesmee se habían marchado a ayudar a Josie con mi sorpresa de cumpleaños. Y si ellas dos estaban involucradas en la preparación, sería una gran fiesta que, raro en mí, estaba deseando disfrutar. Sería una gran increíble forma de terminar este día tan largo, de celebrar la victoria.

Aunque me contentaba con poder estar un rato a solas con mi lobito. Era lo que más necesitaba después de todo, Seth era lo mejor que me había pasado.

–¿En que estás pensando, brujita? – Susurró Seth.

–En la suerte que tuve al descubrir los secretos del bosque, porque así nos pudimos encontrar. – Me moví lo suficiente para poder besarle y Seth sonrió antes de devolverme el beso, pero luego se separó.

–Hay un secreto que yo no he descubierto todavía. – Dijo sin dejar de sonreír. – ¿Vas a enseñarme ese hechizo que tanto te hace pensar en mí?

Bufé molesta y divertida a partes iguales. ¿No podía esperar a que dejáramos de besarnos?

Me levanté y asentí, para después tenderle la mano para que también se levantara. Cogió mi mano y se levantó, atrayéndome contra su cuerpo para besarme una vez más.

–¡Tampoco nos dejes a los demás con la intriga, brujita! – Gritó Emmett desde la casa, haciendo que nos separáramos.

Miré hacia la casa, Emmett estaba mirándonos desde la ventana del salón y me hizo gestos raros que supuse que era que hiciera magia. Mantenerlo como muñeco de prácticas sería una buena idea...

Seth me soltó de mala gana, cosa que me hizo mirarle divertida mientras sacaba la varita. Había sido su idea que se lo enseñara, él no podía quejarse ahora.

–¡Expecto Patronum!

La neblina blanca que salió de la punta de mi varita dejó paso a un lobo que empezó a correr a nuestro alrededor. Mi mirada se centró en el rostro asombrado de Seth mientras seguía con la mirada al lobo.

–Eres lo más importante de mi vida, quien más feliz me hace. – Agarré la mano de Seth mientras nuestros ojos conectaban. – Por eso eres el recuerdo que utilizo para invocar mi patronus, por eso ahora es una representación tuya. Simplemente porque te amo, Seth Clearwater.

–Yo también te amo. – Sonrió antes de atraerme para unir nuestros labios en un dulce beso.

Fin.

*Habrá algunos capítulos extra más adelante, sobretodo de Leah y Lynsay, por si queréis mantener la historia en la biblioteca*

Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora