Tras recogerlo todo, pusimos rumbo al coche de Bella. Esta vez íbamos a ser uno más en el coche, Seth se venía con nosotros.
–Es una lástima que venga una tormenta, quería que vinieras a cenar. – Me dijo Renesmee.
–Otro día será. – Dijo Bella caminando por delante de nosotras, mientras que Seth y Jake iban unos pasos por detrás.
–Exacto. – Estuve de acuerdo con Bella.
–Era para que no cenes sola.
–Por eso ni te preocupes, no pasa nada.
–Además sabe defenderse solita. – Jacob se metió en la conversación.
Giré la cabeza para mirarle y lo pillé tocándose la cabeza, justo donde le había dado por la mañana con la sartén. Me reí al verlo.
–Lo sabes mejor que nadie. – Logré decir mientras me reía, provocando que las chicas se unieran a mis risas.
Llegamos al coche metiéndonos todo el camino con Jacob, todos contra uno, fue muy divertido.
–¿Qué tenéis contra mí? – Preguntó Jake levantando las manos como si pidiera piedad.
–Nada, sólo es divertido que sea al revés por una vez. – Le respondió Bella.
–No te eches a llorar, cachorrito. – Renesmee se rió mientras le daba un corto abrazo.
Sonreí con ternura al ver la bonita pareja que forman, aún que no lo fueran aún, oficialmente. Aparté la mirada, pero entonces la crucé con la de Seth. Mi sonrisa cambió a una de tristeza mientras apartaba de nuevo la mirada de sus atrayentes ojos, cosa que me costó mucho hacer. Si las cosas fueran diferentes, ¿podríamos...? Nunca se sabría, las cosas eran así de complicadas en esos momentos.
....
–Déjame aquí, Bella. – Le pedí cuando vi el cartel del bar de ayer.
No cocinar era la mejor idea para esa noche, si podía me pediría un bocadillo para llevar y si no, cenaría en el local. No me preocupaba que estuviera anocheciendo y hubiera probabilidad de lluvia.
–¿Estás segura? – Me preguntó Bella cuando detuvo el coche frente el bar. – Estamos a varias manzanas de la casa.
–Sí, no te preocupes. – Le dije bajando del coche. - Iré andando. ¡Buenas noches!
Cerré la puerta del coche y caminé al local, en el corto trayecto escuché un lejano trueno, la tormenta se acercaba.
–Buenas noches. – Julie, la camarera me sonrió desde detrás de la barra. – ¿Vienes sola?
–Mi tía está trabajando. ¿Hacéis para llevar?
–Por supuesto, bocadillos y hamburguesas. ¿Cuál quieres? – Me preguntó dándome un menú.
–El de pollo empanado con mayonesa. – Venía bien algo ligero tras la comilona de la merienda.
–A mí un completo, y pago los dos yo.
Me giré al escucharle y sí, estaba justo detrás de mí.
–¿Q-qué haces aquí? – Le pregunté sorprendida, ¿acababa de tartamudear?
–Invitarte a cenar. – Me respondió con una sonrisa, provocativa diría. – Además, así no vuelves sola a casa.
Una sonrisa tonta apareció en mi cara. “¡¡Que bonito!! Espera, esto no tiene que pasar” Además, si alguien tuviera que pagar esa era yo, le debía una por salvarme.
–No hace falta. – Me mordí el labio para intentar dejar de sonreír. – Te deberé dos, Seth.
–Si aceptas, estaremos en paz.
Su sonrisa seguía ahí, sin tan siquiera flaquear un milímetro. ¿Por qué tenía que lucir tan perfecto y confiado?
–No me parece justo. – No iba a dejar que la cosa quedara saldada por aceptar un simple bocadillo.
–Aquí tenéis, chicos. – La camarera dejó el pedido en la barra, menuda rapidez.
Seth rápidamente pagó, para que yo no pudiera evitar que lo hiciera. Suspiré resignada y cogí mi cena.
–Gracias, y buenas noches. – Le dije a Julie. – Acabas de obligarme a invitarte a cenar algún día. – Le dije a Seth con falso enfado cuando salimos del local. – No es justo.
Íbamos uno al lado del otro, andando hacia mi casa, Seth ya estaba comiendo. Tenía que ser genética de lobos, por que tanto él como Jacob comían un montón, y sólo los había visto en la merienda.
–Estamos en paz. – Logré entender que dijo, tragó el bocado y continuó. – Y no te aconsejaría invitar a alguien como yo a cenar, te arruinarías sin llegar al postre.
Negué divertida, abrí la boca para decirle que de eso nada, pero un trueno muy cercano ahogó mis palabras. La tormenta ya estaba aquí, los truenos y relámpagos eran más constantes, pronto llovería.
Para prevenir por si llovía antes de llegar, me oculté contra una pared y guardé mi cena en el bolsito. Me lo comería cuando llegara.
–Si no quieres mojarte, mejor corre hasta la casa. – Me dijo Seth cuando estábamos a sólo dos casas.
Le miré sin entender, pero entonces empezaron a caer las primeras gotitas de la lluvia. “¡Venga ya! ¿No podía llover cuando ya estuviera a cubierto?”
La lluvia rápidamente cayó con gran intensidad, sí, definitivamente era mejor correr.
–A la de tres. – Dije mientras sujetaba el bolsito contra el pecho con ambas manos, rezando mentalmente para que su contenido no se moviera mucho.
–¡Tres! – Exclamó Seth y salió corriendo.
Tardé un segundo en reaccionar y cuando lo hice, corrí tras él hasta la casa. Me había mojado, era de esperar, pero al menos no me había empapado.
Al detenerme en la puerta, el sonido ahogado de lo que pareció una avalancha sonó contra mi pecho; lo que tenía en el bolsito se había movido de sus estantes. Ahora mi noche iba a ser larga, tendría que ordenarlo todo.
–¡Mierda, mis cosas! – Exclamé en voz baja.
–¿Qué? – Preguntó confundido.
–Dentro te lo explico. – Dije mientras metía la mano en el bolsito y sacaba las llaves, di gracias de tener un colgante donde tener todas las llaves más a mano.
Fui directa al salón, encendiendo las luces de la casa, para dejar el bolsito sobre un sillón. Subí rápidamente a por un par de toallas y bajé más tranquilamente mientras me secaba el cabello.
Ya de nuevo en el salón, le lancé la otra toalla a Seth, el cuál la cogió al vuelo. Mientras se secaba, fue a la ventana. Desde mi posición veía como llovía y no parecía que fuera a parar pronto, lo que significaba una cosa...
–Tendrás que esperar a que pare un poco. – Suspiré resignada, iba a tener que pasar tiempo con él.
Sólo esperaba algo que me salvara de volverme débil frente a...
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Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)
FanfictionHuir a Forks fue la mejor opción, nadie pensaría en buscarme en Estados Unidos, en un pueblo como éste del estado de Washington. Mi mundo había sido destruido y el causante no se detendría hasta acabar conmigo también, por eso pensé que irme con mi...