Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)

Cap. 31 - Duelo en la playa

Roderick me soltó y caí sobre arena, pero eso no era lo que me hizo soltar un pequeño gemido de dolor.

Me llevé la mano que tenía libre a la mejilla, cerca casi de la oreja, notando un corte abierto por culpa de la repentina aparición.

“No entres en estado de Shock, ___(Tn).” Me dije a mi misma, ya tendría tiempo de curarme después.

–¿No era esto lo que querías? – Preguntó Roderick, haciendo que levantara la mirada y viera que disfrutaba de haberme causado este dolor. – Tú y yo a solas, querida sobrina.

Odiaba cada vez que me había llamado "querida sobrina" con ese tono de odio y asco , mejor dicho hostil, que me hacía querer saltar sobre él y cerrarle la boca.

“Pronto, muy pronto ___(Tn).” Me volví a hablar a mi misma, apretando los dientes y poniéndome en pie.

Miré a mi alrededor, pero sin perderle de mi campo de visión, dándome cuenta de donde estábamos.

La Push.

No era una casualidad, estaba completamente segura.

Quería desmoronarme, hacerme recordar lo que había ocurrido hacía unos días allí. Pero lo de Cassidy no era lo que más llenó mi mente, fue lo que no estaba sintiendo. El dolor en el pecho por la lejanía de Seth había desaparecido, mi lobo estaba cerca.

Y eso me hizo querer ponerle fin a esto antes de que algo malo pudiera pasarle.

–Acabemos con esto de una maldita vez. – Dijo antes de hacer que un torbellino de arena me rodeara.

Ralenticé el torbellino, logrando distinguir su figura justo delante de mí, y formé un puño de arena que salió disparado hacia Roderick. Él lo detuvo haciendo que chocara contra una barrera antes de lanzarme un chorro de fuego. Con un potente chorro de agua logré detener el fuego, pero no tenía la suficiente potencia ya que el fuego avanzaba lentamente mientras salía humo de la unión de los elementos.

Mis pies se deslizaron en la arena, haciéndome retroceder un poco. Tenía que encontrar la forma de parar su ataque o la cosa iría a peor.

Un aullido de lobo hizo que me tensara. Si Seth veía que no podía, interferiría a pesar de que había insistido en que me dejaran enfrentarme a él sola.

Necesitaba más agua, y tenía una idea.

Moví la varita para que el chorro de agua formara un remolino y lo empujé contra él, creando una barrera de agua que me dio el suficiente tiempo para crear una ola desde el mar que mojó toda la playa, incluyéndonos a ambos.

Y fui lenta en reaccionar tras ello.

Mi tío hizo que la arena bajo mis pies se volviera una trampa de arenas movedizas, haciendo que me quedara atrapada, pero mantuve la varita en alto.

–Esto se ha alargado más de 17 años, va siendo hora de ponerle fin de una vez por todas. – Dijo acercándose poco a poco, con la decisión brillando en su mirada.

–No será el fin hasta que mi corazón deje de latir. – Dije con firmeza, antes de hacerle retroceder con un movimiento de varita.

Desvió el segundo hechizo que le lancé, pero entonces algo saltó y lo derribó. Mejor dicho alguien.

–¡Seth, espera! – Exclamé al ver a mi lobo color arena sobre mi tío antes de ser lanzado lejos por un hechizo.

Por suerte, seguía sin ser el de color verde.

Me hundía lentamente en las arenas movedizas, sin saber como salir de ahí mientras veía a Seth pararse entre Roderick y yo.

–¿Un lobo? – Preguntó mi tío furioso. – ¿Animago o cambiante?