Cap. 15 - Aguafiestas y sorpresas

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–¡¡No!! – Exclamé en desacuerdo, para al segundo taparme la boca con ambas manos y mirar hacia la casa. – Sabes que no me parecía buena la idea de Jacob, Seth. – Dije bajando la voz, esperando no despertar a Josie. – Y menos si eres tú el conejito de prueba.

–La mía tampoco, y has accedido a ello. – Se encogió de hombros, sonriendo. – ¿No suena mejor lobo de prueba?

Me crucé de brazos, mirándole lo más seria que pude. Había accedido a regañadientes a entrenar con él, pero porque sabía qué hechizos podría practicar con Seth y cuales era mejor hacer con los vampiros. Los encantamientos de protección eran otra cosa, ni siquiera los había lanzado antes, iba a ser la primera vez.

–Vale, no es momento de bromas. – Suspiró. – No me pasará nada, dijiste que serían encantamientos para proteger de hechizos oscuros.

–Sí, esa es su función. El problema es que nunca antes los he lanzado, podrían no salir bien.

–Saldrán bien, no tienes que preocuparte. – Me dio un beso en la mejilla y se alejó. – Saldrán bien. – Repitió sonriendo.

Al parecer Seth creía completamente en mí, más de lo que yo lo hacía.

....

Después de lanzar los hechizos de protección, me reuní con Seth en la parte de atrás de la casa. Nos separaba la barrera invisible de protección. Si lo había hecho bien, podría venir sin problemas hasta mí. Pero si no... ¡Merlín, no quería ni pensarlo!

–Bien, la casa se ve igual. – Comentó Seth, pero me miro confuso. – ¿Tu piel siempre ha sido verde?

–¿¡Qué!? – Exclamé asustada y me miré las manos, pero estaba igual. Seth empezó a reírse por mi reacción. – Muy gracioso, Seth.

–Estás tensa, cariño. Necesitas relajarte y no preocuparte tanto, estamos todos contigo. – Dijo con tranquilidad. – Y vamos a estar quieras o no.

–Es una de las cosas que me preocupa.

–Vamos a hacer una cosa, si esto y el entrenamiento de mañana salen bien, iremos al día siguiente a La Push. Para pasar un rato tranquilos.

–Me parece perfecto, pero...

–Por la mañana, para después poder reunirnos con los demás y seguir con el entrenamiento. – Se adelantó, sabiendo que iba a decir. – Ahora iré hasta ti, sin que pase nada.

–No quiero ni mirar. – Dije y me tapé los ojos con las manos.

No se escuchaba nada, todo estaba en silencio, y no sabía si mirar.

Unas manos se posaron sobre las mías, haciendo que las apartara de mi cara. Abrí los ojos encontrándome con los de Seth, y no pude evitar sonreír, completamente aliviada.

–Sigues de una pieza. – Susurré, dándome cuenta de lo cerca que estábamos.

–No me ha pasado nada. – Susurró él, su mirada pasando de mis ojos a mis labios.

Redujo la distancia, uniendo nuestros labios en un beso. Esta vez era diferente, no solo nos estábamos demostrando lo que sentíamos, había más.

Nos besamos hasta que se escuchó un gruñido de lobo no muy lejos de nosotros.

–Aguafiestas. – Gruñí al separarnos, haciendo que Seth se riera. – Sigo sin gustarle, ¿verdad?

–Tendrá que acostumbrarse. – Susurró antes de darme un rápido beso. – Nos veremos mañana en el entrenamiento.

–Hasta mañana.

Me esperé a perderle de vista para volver dentro de la casa. Cuando estuve en mi habitación saqué un par de libros para repasar un par de cosas, pero otro llamó mi atención. Tal vez había llegado la hora de intentarlo.

....

–¿Estás segura? – Me preguntó Renesmee, al otro lado de la linea. – No es fácil llegar sin conocer el camino y... – Se calló, escuchado a alguien que estaba con ella. – Sí, eso también. Si piensas ir volando, podrían verte.

–Tranquila, nadie me verá ir porque no voy a ir volando.

–Entonces, ¿cómo vas a ir? – Preguntó ella.

–Nos vemos en el claro después de comer, dentro de dos horas. ¿Vale? – Evité responder, quería que fuera una sorpresa.

–Sí, supongo que nos veremos allí. – Aceptó resignada. – Hasta luego.

–Hasta luego. – Colgué.

Bien, tenía que prepararme las cosas para después. No iba a llevarme todas las cosas detrás, por lo que opté por una mochila.

Tampoco me llevaría la escoba, lo dejaría para mañana, porque lo último que deseaba era que alguno de los lobitos me pidiera la revancha. Me reí al recordar lo que pasó hace un par de días, seguro que se arrepentían de insistir tanto en hacer una carrera conmigo. Aunque pensándolo bien, tendría que haber apostado algo con ellos. Puede que a la próxima lo hiciera...

–__*, ha llegado un paquete para ti. – Me llamó Josie desde el piso de abajo.

¿Un paquete? ¿Quién iba a mandarme nada aquí? Bajé rápidamente y mi tía me lo entregó. Al ver el remitente sonreí, a pesar de que les pedí que no se pusieran en contacto conmigo.

–¿Sabes de quien es? – Me preguntó Josie. – ¿Alguien del colegio?

–Sí, creo que sí. – Respondí. – Lo abriré arriba.

–Luego me cuentas. – Asintió y se fue hacia la cocina.

Subí corriendo y me encerré en mi habitación. Al abrir el paquete, lo primero que encontré fue una carta sobre productos de Honeydukes.

___(Tn),

Sé que nos pediste justamente que no hiciéramos esto, enviarte algo, pero creo que debes saberlo.

Escuché a mis padres hablar de que en el Ministerio han descubierto que se ha marchado, que sabe que estás en Estados Unidos con tu tía. Han informado al MACUSA, para que intenten capturarlos antes de que te encuentre, porque no saben donde estás.

Quería que estuvieras informada, para poder prepararte.

Estoy buscando la manera de ir, sigo sin querer dejarte sola ante él y los suyos, debería haberme marchado contigo. Y no, no le he dicho a nadie donde estás. Puedes estar tranquila por eso.

Atentamente,

tu mejor amiga Lynsay Finnigan

Pd.: Pronto es tu cumpleaños, entre todas hemos querido hacerte algo. ¡Espero que te guste y te sea útil!

No pude evitar sonreír con lo último, pero dejé de hacerlo al darme cuenta de que ponía que Lyn estaba intentando venir. ¿Acaso se había vuelto loca? Esperaba que no lo consiguiera, pero conociéndola...

Volviendo a lo más importante, el Ministerio sabía que ya no estaba en Inglaterra. De seguro ya estaba en este continente, por lo que dijo ayer ese vampiro. Si era cierto también que primero pondría los pies en Nueva York, puede que el MACUSA tuviera una pequeña probabilidad de pillarlo, o al menos a uno de los suyos.

–Como hecho de menos hablar con Lyn y las demás. – Suspiré mientras sacaba las cosas del paquete. – Si todo esto acaba bien, debería invitarlas a venir unos días.

Resultó que no solo eran dulces de Honeydukes, también había artículos de Sortilegios Weasley. Sin duda tenía unas amigas increíbles, las adoraba.

Los secretos del bosque (Seth Clearwater y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora