VI

848 103 26
                                    

Era un día como cualquier otro, estaba de nuevo intentando hacer mi tarea de matemáticas, había mejorado bastante esta última semana, y ahora me consideraba que podría hacer tareas solo.

Mi profesor estaba al lado mío, revolvió mis cabellos como casi todos los días, no podía negar que me relajaba aquel contacto. Terminé y simplemente le entregué mi cuaderno para que revisara.

El no comentó nada y quedó viendo la tarea, solía corregir allí mismo, si bien no soy ningún burro los números de estresaban.

La ventaja era que él nunca se burló de mi condición.

-¿Está todo bien? – pregunté.

-La verdad... - escuché unas inconfundibles voces a mi costado, comencé a sudar frio, lo que menos quería era que Maki y las demás supieran de mi condición, menos que estaba a solas con nuestro profesor.

Así que tomé todas mis cosas lo más rápido que pude incluso arrebatándole el cuaderno al profe Gojo de manera brusca, y simplemente me escondí debajo de la mesa intentando ocultarme con el mantel, mi profe quitó un poco el mantel para verme de manera encogida con la mochila en el pecho con mirada divertida.

-Así como estas van a creer que hacemos cosas sucias – me comentó.

-No puedo dejar que me vean – le susurré.

-No te preocupes, yo las distraigo, pero si es así no podemos seguir, nos vemos mañana – tan comprensible como siempre que sentí un calor agradable.

-Gracias – le comenté para que el cerrara de nuevo el mantel.

Sentí que se puso de pie.

-¡Hola profe! ¿Qué hace aquí? – escuché a Maki.

-Solo vine por un café – respondió el de manera calmada.

-Si quiere siéntese con nosotras lo invitamos a lo que sea – escuché a Miwa.

-Solo algo pequeño – comentó el siendo cortes, aquella había sido mi oportunidad perfecta para poder salir de aquel aprieto en el que estaba, así que levanté el mantel para saber que pasaba, seguramente en las llevaría a la mesa más alejada para poder salir.

Eso quise pensar.

Y en efecto; él estaba intentándolo, pero sin miramiento alguno, observé a Miwa abrazándolo, rodeando el torso de mi profesor con sus brazos, él era extremadamente alto, ella se regocijaba en su pecho, pero en esos momentos quería asesinarla.

Tenía ganas de sacarle los ojos, incluso se me había olvidado porque estaba escondido debajo de la mesa, y no supe porque estoy aquí teniendo un ataque de ira por una de mis compañeras sin razón aparente.

Iba a comenzar un drama, pero me contuve, tenía que contar hasta 10 y pensar en algo mejor. Y en efecto; mi profe se las llevó a la mesa más alejada de todo el lugar, aproveché para salir por la puerta casi a escondidas después de dejar la cuenta.

Casi a rastras como un niño gateando que llamé la atención de algunas personas pero poco me importaba.

Cuando salí aquella incomoda sensación no se me fue, tenía un nudo en la garganta y mi corazón latiendo de una manera frenética, quizás era la primera vez que sentía todo aquello.

Sin duda alguna era odio, odio puro, y no tenía ni la menor idea del porqué.

Había llegado aquella mañana a la preparatoria cuando vi a mi querido profesor de matemáticas con Megumi en su auto, mi amigo parecía terrible, daba la impresión de que no había dormido nada el día anterior, cuando mire todo eso no pedí explicaciones al momento simplemente sonreí cuando lo mire en aquel estado tan lamentable.

-No te estés burlando de mi – me comentó Megumi frunciendo el ceño, si no aceptaba una broma era porque definitivamente había tenido un mal día.

-¿Qué sucedió?

-Me retiro, se me está haciendo tarde y ustedes también deberían de ir a clases – nos dijo nuestro profesor revolviendo mi cabello y el de Megumi, en esos momentos mi sonrisa se desvaneció, sintiendo exactamente igual a como me sentí la noche anterior, con ira que no sabía de donde había venido, el no notó mi disgusto cuando se fue.

-El auto de mis padres...

-¿Qué fue eso? – le grité sin darme cuenta, él se extrañó, al parecer no le había dado importancia.

-Te estoy intentando decir que el auto de mis padres...

-¡No eso! ¿Desde cuándo el profe Gojo te revuelve el cabello así? – el colocó una mirada confundida, yo no solía enojarme con nada, ni siquiera yo sabía qué demonios era lo que sucedía.

-El profe hace eso con todos, ¿no lo has notado? – por algún motivo que desconozco mi mundo se cayó a pedazos en esos instantes, pueda que entonces no le pusiera atención, si él era una buena persona con todos no me extrañaría pero... me sentía algo decepcionado, pensé que me apreciaba, que era su alumno favorito, resulta que hasta que por fin encuentro a un profesor perfecto comienzo a ser egoísta, era completamente normal que fuera así con todos.

-No sé qué te pasa esta mañana, ¿Por qué estás tan bipolar? ¿No has desayunado? El auto de mis padres se descompuso y si no fuera por el profe seguramente hubiera venido quizás a la tercer hora, es una buena persona ¿no lo crees?

-Lo es – respondí totalmente desanimado – debemos ir a clase.

Ya en clase podía ver unos pequeños detalles en todas las direcciones, no era el único que adoraba a nuestro joven profesor, estaba rodeado de chicas que le fascinaban, Miwa era una, quería asesinarla, cortarle ese cabello azul, pero volví a contar hasta 10, ¿Por qué estaba tan enojado?

¡Maldita sea! Ayer estaba todo bien, ¿Qué cambio de repente? podría haber estado ciego antes, pero ellas estaban siendo atraídas por él, ahora andaban más arregladas, le coqueteaban, pedían que se acercara y para acabar de arruinar todo él era amable y dulce con ellas aunque sabían cuáles eran sus verdaderas intenciones.

Cuando las clases terminaron, habíamos estado durante 2 meses completamente solos en la cafetería ahora las posibilidades de que el me acompañara eran casi imposibles, siempre estaba acompañada de chicas que pedían que las llevara, y más de una vez me había visto en un rincón de la entrada de la preparatoria donde siempre lo esperaba.

Comenzó aquel mes con 3 veces a la semana en vez de 5, para después solo una, cada vez lo miraba menos, hasta que un día simplemente dejé de verme con él.

Enamorado de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora