II

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Mi peor pesadilla se había vuelto realidad, se había vuelto a repetir, allí estábamos con un conocimiento predio en cuando comenzamos con la clase, sé que el profe comentó que aquel susodicho papel no valía ningún punto era simple evaluación, pero eso no quitaba que me sintiera muy mal, mi mente se puso en blanco, sentía que todo lo que había en aquel no examen eran cosas que había visto, siendo repasada millones de veces en mis infernales clases de verano, pero no podía, en aquel pequeño instante que dije que eso iba a suceder, no podía.

Estaba sudando frio, no importa que años tuvieras, los profesores de matemáticas solo sirven para torturarme, seguramente no sacaré nada y aquel profesor se burlara de mí en cuanto le entregue el papel.

Nos dio una hora de clase entera antes de que él personalmente nos diera el examen, solo ojeo algunos, no sabía si había visto el mío, solo sabía que no había hecho bien ningún ejercicio.

Colocó aquellos exámenes en el escritorio.

-Muy bien, es momento de repasar – no supe si era el único que lo había hecho tan ridículamente mal que pidió que sacáramos nuestras libretas, y ahora ya con la cabeza más fría me di cuenta que sí, yo que había visto eso más que los demás debería, podría haber hecho todo bien, pero algo me lo impedía, una mente que se me ponía en blanco me lo impedía, la clase terminó y respiré aliviado.

No importa si el profe Gojo no había dicho nada con respecto a las notas de nadie, yo mismo me sentí humillado por conocerlo todo y no haber respondido nada.

Cuando iba a casa podría escuchar a las chicas de otro salón diciendo que el nuevo profesor era encantador, habían quedado enganchadas con él, pero no importaba eso, aunque fuera guapo y joven mi trauma con los números no se iba a ir.

-Ya sobreviviste un día – me comentó Megumi antes de despedirse de mi e irnos en direcciones separadas, aunque era verdad, tenía que superar aquel miedo, cuando llegué a casa sabía que mi abuelo me interrogaría por mi primer clase de matemáticas, ¿Qué le diría? Había sido como todas las clases, no hice un solo ejercicio a pesar de que pasé todas las vacaciones de verano haciendo todo eso...

Me va a dar depresión adolescente.

-Estoy cansado – intenté justificarme antes de subir a mi habitación, esperaba que el día siguiente fuera un poco mejor que aquel, todo podría estar bien durante todo el día, pasar con las mejores notas en todas las clases pero si me encontraba con una asignatura que se llamaba matemáticas todo se derrumbaba y se convertía en pesadilla, ¡malditas matemáticas! ¿Por qué tenían que descubrirlas?

Tuve un sueño espantoso, aquella segunda clase el profesor aparecía burlándose de mi examen, comentando que no había hecho ni siquiera una suma bien, y eso hacía que todos se burlaran de mí en aquel salón incluyendo mi mejor amigo. Si, así de traumatizado estoy por esa estúpida clase.

De nuevo mi reloj despertador suena, desayuno, mi abuelo me repite de nuevo lo mismo y salgo, las demás clases son pasajeras incluso reconfortantes para mí, hasta que llega aquella hora, que bueno que es después del almuerzo, si fuera antes no pudiera probar un solo bocado.

La clase de hoy es completamente diferente, el profesor comienza a contarnos algo que parece divertido, un cuento, daba la impresión de que parecía una reflexión pero después resultaba ser algo relacionado con números que al final como siempre y mi fobia, no entendí esa referencia, pero los demás no parecieron tener aquel problema, las clases eran más de juegos, sinceramente si no le tuviera miedo a las matemáticas me parecerían divertidos.

Fue la primera vez en una clase de matemáticas que no me sentía presionado, no era cuestión de hacer esos ejercicios complejos, aunque los demás parecían entender algo que yo no. Como siempre. Ninguna novedad.

Estaba de nuevo en mi casillero tomando mis zapatos cuando escuché risas de chicas, no le tome una sola importancia hasta que cerré el puerta donde estaban mis zapatos y el profesor estaba recostado justo a la par mía.

Me sacó un susto de los mil demonios.

-Eres Yuji Itadori ¿no es así? ¿Podemos hablar? – y adiós a la buena clase que habíamos tenido hace apenas unos minutos.

Lo seguí de nuevo al salón, el esperaba que no hubiera nadie y ambos nos manteníamos de pie.

-Este es tu primera evaluación – comentó el sacando mi vergonzoso examen, no estaba calificado, pero sabía que no había absolutamente nada bueno en el – dime ¿tienes... aritmofobia?

Es prácticamente imposible que sepa algo así solo con ver un examen.

-¿Qué es usted un detective?

-No, todos tus compañeros hicieron al menos 5 ejercicios bien de los 10 que mostré, y averigüe que estuviste en clases de verano solo por matemáticas – eso no me lo esperaba, ahora mi autoestima había bajado.

-No sé si lo tengo, pero me estresa y mi mente se pone en blanco cada vez que tengo que ver con números.

-¿Hay algo más que tenga que saber? – me encogí de hombros, no podía decirle que los matemáticos estaban locos y que su único objetivo era torturarme con sus números, ¿no? – no sé qué fue lo que te pasó pero el deber de nosotros los profesores es ayudarte a aprender; no humillarte.

Eso me hizo enojarme un poco.

-Eso dígale a los profesores amargados que me han dado matemáticas durante todos mis años escolares – el profe guardó silencio y simplemente guardo mi humillante examen dentro de un folder.

-Así es, la existencia de esos profesores es el problema – sus palabras habían dejado de ser amables – como sea Itadori, las cosas no son tan fáciles de solucionar como algunas personas creen.

Comenzó a empacar sus cosas.

-¿Ya puedo...?

-Es solo cuestión de tu propia fuerza de voluntad, superar tu trauma, las matemáticas no son más que otra clase que tienes que pasar – tomó de nuevo su portafolio y se dirigió a la salida, me sonrió, aquella luz que había en la puerta me dieron la extraña sensación de haberme tele transportado a un universo paralelo, era alguien tan guapo que me parecía algo irreal en esa situación – cuando quieras que te explique algo que no entendiste, o una clase completa no te preocupes por todo, solo me llamas.

Enamorado de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora