|•Capitulo seis•|

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Hunter:

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Hunter:

Subo las escaleras de la mansión para dirigirme a la habitación donde estaba valeria, cuando leí su información me quede pensativo respeto a su madre.  Tenía cancer pulmonar y neumonía, su delicada situación me recordó a lo que fue una vez mi difunta madre, pero ella murio de algo diferente.

Abro la puerta y veo la figura femenina de Valeria durmiendo sobre la cama, boca arriba con todo su cabello marrón oscuro esparcido por la almohada. Silenciosamente cierro la puerta y me acerco a su delicada figura, seguía llevando mi playera lo que me provocaba alta ganas de quitársela, no era mucho desear sexualmente a una mujer. Pero ella cambiaba todo, su sangre y cuerpo cantaba mi nombre, deseaban ser tocados a pesar de que ella se negara, Todo su cuerpo pedía de mi.

Su delicioso aroma a jabón llega a mis fosa nasales, a pesar de ser tan débil aquel olor. Mi olfato era súper aguda y podía oler cualquier cosa, me acerco a la orilla de la cama donde se encontraba durmiendo y me siento sobre esta para poder admirarla más de cerca. Con mi vista en sus párpados con sus largas pestañas, bajo mi vista a sus carnosos y rosados labios entreabiertos que dejaba salir pequeños sonidos de aire.

"Se parece tanto aquella chica que vi una vez... ¿será ella?.."

— ¿Serás tu?... —Murmuró lo suficientemente bajo para que no me escuchara.

Mi mirada viaja a su cuello que me llamaba mientras escuchaba la dulce melodía de su Sangre fluir, podía escuchar perfectamente el sonido de los constantes latidos de su corazón que bombardeaban sangre para el resto de su cuerpo, lo que provocó cierto descontrol en mi ser y mis ganas de morderla se apoderan de mi.

Me levanto de golpe debido al repentino deseo de tomar su sangre. Mis colmillos ya habían salido y ella todavía no estaba del todo recuperada, puede que no me importara pero si era mía debía mantenerla sana para poder hacer todas las cosas que quisiera con ella. Pero aquella vez no me controle y deje mi marca casi por todo su cuerpo. Desde ese momento estaba débil, lo podía sentir, así que decidí darle un tiempo.

Aún con mi vista puesta en su frágil figura ligeramente dormida salgo de aquella habitación, para disfrutar el show de los vampiros. Hoy vampiros de todo el mundo venían a llevarse chicas de White cold y estás estaban siendo preparadas para ser elegidas.

Llevaban vestidos lisos color rojo y vendadas con un pañuelo azul, Esto pasaba cada año para aquellos vampiros que necesitaban el alimento y compañía para descarga sus deseos sexuales con ellas.

Y esto siempre sucedía en la parte trasera de la mansión Vinográdo, ¿Razones?.

Patio espectacularmente grande y el único lugar donde puedes gritar, y gritar. Pero al final nadie te escuchará.

 Pero al final nadie te escuchará

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Valeria:

Abro los ojos una vez que escucho la puerta ser cerrada, para después levantarme de golpe de la cama y después acercarme a la puerta con rapidez para abrirla, con la esperanza que se le olvidara a ver cerrado.

"Bingo..."

Con todo la felicidad del mundo salgo de aquella habitación y me paro en medio del pasillo forrada con una alfombra roja. Miro a los dos lados y me quedo pensativa preguntándome por donde podía ir, al final me decidí por la izquierda y comienzo a correr pasando varios candelabros pegados en la pared con formas de cráneos y estos llevaban encima una luz amarilla que podía alumbrar la pequeña oscuridad que invadía aquel solitario pasillo.

Llevaba algunos segundos corriendo mientras pasaba puertas tenía suerte de no encontrarme a nadie en mi camino hacia la libertad, y vaya que me estoy arrepintiendo de haber salido porque si el me encuentra.....


Pero ya no hay vuelta atrás, a  mi mente viene el recuerdo de mi madre y me paro en seco al recordar que si aquel extraño dijo que si me comportaba bien podía ver a mi madre eso significaba que el la tiene.

Maldigo mentalmente por mi ganas de escapar si haber hecho un plan, pero ya estoy aquí y no perderé la oportunidad de ser libre, pero si alguien sabe los secretos de los vampiros es Amaya así que de seguro me ayudaría, tengo que ser positiva.

Visualizo a los lejos una escalera que daban hacia abajo y una sonrisa se hace presente en mi labios, una vez allí me quedo paralizada en medio de las escaleras de madera con una alfombra roja en medio.

Eran largas y tenía una formas laterales en zing zang, respiro agitada debido a lo mucho que corrí y suelto un último suspiro para comenzar a bajar con rapidez mientras me agarraba de las barandas de madera de aquellas escaleras.

Una vez bajo por completo, cansada y con mi respiración agitada visualizo la puerta principal haciendo que cause una adrenalina y gran alegría por querer cruzarla, pero voces de varias personas del lado derecho hace que me desconcierte y comience a buscar un lugar para esconderme. Me dirijo a lo que debía ser el comedor y visualizo una larga mesa en forma de ovalo con varios platos, cubiertos  y cuchillos de oro mientras tenían copas del mismo material al lado.

Dejo de distraerme al escuchar el ruido de personas hablando mientras se acercaban a donde estaba, reaccionó rápidamente y visualizo una puerta cruzando la cocina. Corro lo más rápido que puedo y la abro, mis ojos se abren como platos al mirar a mi lado derecho y ver a varias chicas jóvenes en una fila de frente vestidas con vestidos rojos y pañuelos azules tapando sus ojos.

Miro a mi izquierda y veo varios chicos regados por todo aquel verde césped vestidos de trajes negros mientras sostenían copas doradas y clavaban sus ojos en mi, mi vista de dirige a una mirada una fría y penetrante que me daba entender una cosa. Era aquel extraño que me tenía cautiva en la habitación, este al igual que todos sostenía una copa y tenía al lado varios chicos que le susurraba cosas.

— ¿Y tu quien eres?. —Cuestiona uno de los chicos mientras que se acercaba a mi con una mirada lujuriosa, me quedo callada ante su pregunta mientras retrocedía y este me dedica una sonrisa que me causa escalofríos. — No importa, ya se a quien me llevare esta noche.

Con el miedo invadiendo mi cuerpo, me quedo paralizada y perdida en su marrones ojos mientras me sostenía del brazo para acercarme a él. Mi voz no salía, estaba aterrada y mi respiración subía y bajaba con rapidez por el miedo y lo mucho que había corrido.

Sin saber qué pasó de repente el chico me suelta y cae al piso retorciéndose de dolor.

— Maldito Hunter!. —Exclamaba mientras gritaba de forma desgarradora y se retorcía.

Confundida con aquel nombre levantó mi vista para ver aquel extraño acercarse a mi con pasos furiosos.

"Ya estoy muerta...."

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