El extraño

|•Capitulo diez•|

Contenido +18:

Valeria:

Mis párpados comienzan abrirse poco a poco y un pequeño dolor en mi entrepierna me hace soltar un quejido mientras me sentaba en la cama y giraba mi cabeza a varios lados para confirmar si estaba sola.

Y prácticamente si era así, con un poco de debilidad en mis piernas me levanto de aquella cama y un extraño frío recorre mi cuerpo por la desnudez que tenía que me hizo abrazarme a mi misma con mis brazos mientras me dirigía a la puerta del baño, una vez abro completa aquella puerta escucho el ruido de la regadera abierta y dentro de aquel trasparente cristal había una figura masculina de espaldas mientras se lavaba el pelo.

Me quedo petrificada aún con mi vista en aquella figura preguntándome que rayos hacía Hunter aquí.

"¿Acaso ya no consiguió lo que quería?"

Comienzo a retroceder a pasos lentos pero su voz me hace pararme en seco.

— Ven aquí. —Ordena con su voz seria y fría que tanto me asustaba.

Suelto un respiro y busco mi valor para comenzar acercarme con los latidos de mi corazón tan rápido que pensé que en cualquier momento iba a salirse, una vez me pongo frente al trasparente cristal , Hunter abre la pequeña puerta transparente de la ducha dejando ver su mojada figura desnuda delante de mi, en ningún momento dejé de mirar sus rojizos ojos y este me dedica una inocente sonrisa.

Trago saliva con dificulta y antes de que pueda decir algo me agarra del brazo con rapidez y me entra a la bañera junto con el.

— ¿Estás lista pececillo?. —Me pregunta en el oído con su voz profunda y tan varonil que prendió algo mi, mientras pegaba mi mejilla en aquel cristal trasparente que aplastaban mis pequeños pechos.

— ¿Pa-para que?. —Tartamudeó con un tono algo excitada.

"Mierda que estoy haciendo..."

Siento algo duro en medio de mi trasero y el cosquilleo en mi entrepierna se comienza hacer más
Notable mientras sentía como Hunter acariciaba mi trasero y me daba una nalgada.

— Para la segunda ronda. —Suelta de repente y alza mi pierna derecha mientras que con su otra mano posicionaba algo en la entrada de mi húmeda vagina.

Comienza a entrar en mi lentamente para que pueda sentir cada centímetro de su miembro lo que hizo que soltara un sutil gemido.

— Sigues estrecha....—Masculló excitado—. Pero no por mucho.

—Es-espera aaaah!!... —Cierro los ojos y pongo las palmas de mis manos en el cristal de la regadera al sentir la rapidez de su miembro entrar y salir de mi interior.

Sentía como los dedos de su mano tocaban sutil y placenteramente mi Clitoris mientras que la otra me sostenía mi pierna y las abría más para profundizar sus embestidas.