Mi Querido Levi-san || [Ereri] 🕊️

Cap.6: Dije que NO.

Abrió las ventanas de la habitación para que el aroma a sexo y sudor se fuese, trapeo el suelo para eliminar la suciedad.

Levi se encontraba en su cuarto, limpio y descansando, aun no despertaba luego de desmallarse.

Ya eran las 12 de la mañana y Eren había terminado los deberes (dar comida a los animales, quitar el polvo, regar las plantas, etc.)

Estoy sumamente preocupado pero una parte de mi dice que lo hice bien... pero el otro 99% dice que la que cagado.

Joder, creo que amo mucho a Levi-san al punto de querer hacerlo de nuevo, nunca creí que me atraería un hombre, en especial Levi Ackerman, Heichou.

Algo me inquieta... porque no pude detenerme, y muy en el fondo, sabía que me había excedido, era extraño, mi cuerpo no respondía a lo que yo quería.

.

.

.

.

—¿Se despertó... Levi-san? —.

—Que... Que estas...— abrió apenas medio ojo —¿Eren?... — para darse cuenta, de que estaban irrumpiendo en su trasero.

—Permítamelo...—.

—N-No...— miro hacia los alrededores, y se ubicó, estaba en su habitación, y se sentía cansado, mental y físicamente.

—Levi-san— lo llamo captando la atención del mencionado.

—Me duele... todo, déjame en paz— tomo la mano con los dedos que irrumpían en su entrada —Quiero dormir... basta—.

—Ya lo preparé...— le dijo, intentando tentarle.

—¡No fue necesario! ¡Con todo lo que me follaste ya estoy bien flojo allí abajo! — calmo un poco sus rabias —Me... Me da igual... no se toquetea el trasero de las personas mientras están inconscientes— le reclamo molesto.

—Por favor...— sonrió espléndidamente.

—Apenas.... estoy consiente... cómo quieres que... lo hagamos— suspiro exhausto —Además... me duelen las caderas y allí abajo, idiota—.

—Espere mucho—.

Levi ya comenzaba a cabrearse —¡Esperaste apenas unas horas! — le grito molesto.

—Demasiado— se inclinó hacia él, y callo sus reclamos con un mordisco de labio, que termino un beso.

—Eren... no puedo, entiende— tomo su rostro entre sus manos —No, Eren—.

—Tu cuerpo dice que si puede— metió el tercer dedo provocando el chillido del mayor.

—Es porque... no te daré explicaciones, saca tus dedos y ve a tu cuarto— le advirtió con impotencia.

Este no se parecía nada al Eren con el que había estado.

—Que malo es, Levi-san— dijo, y saco los dedos de mala gana, demasiado rápido.

—¡Mnmh! —.

—Quiero hacerlo—.

—Y yo te he dicho...— nuevamente callaron sus palabras, besándolo, algo apasionado que duro unos segundos.

—¿Puedo entrar? — le volvió a preguntar —Levi-san es débil a mis besos—.

—No... puedo.... hacerlo—.

—¿Levi-san? —.

Si, sus besos eran muy tentadores... pero, no sabía si sobreviviría si lo hacía de nuevo.