Cap.14: Intentos.

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Narro yo

Narra Levi


Las ventanas de la habitación estaban abiertas, y la luz de la luna iluminaba mayor parte del lugar, pero sobre todo la cama. Las semanas de reposo y recuperación de Levi ya habían transcurrido, y con éxito.

Creo que ya cargaba con cuatro chupetones en mi cuerpo, cuatro dedos dentro de mí, y me retuve de venirme cuatro veces.

—Ya... y-ya basta...— dijo, intentando apartarlo —Ya puedes hacerlo—.

—Levi— el azabache titubeo en mirarle o no —Te amo, Levi— murmuro entrelazando sus dedos con los del omega.

—Eren...— se sentía verdaderamente bien que le dijeran eso —Yo también...—.

—Hare... que se sienta bien...— posiciono su gran miembro en la entrada del azabache —Seré delicado, no volveré a hacerte daño, he estudiado sobre los omegas—.

—S-Si...— dijo, estremeciéndose puesto que había olvidado del tamaño del castaño.

—Tienes un útero... ¿debería llenarlo? — dijo, sonriendo coquetamente.

Levi le dio con una almohada en la cara, por la expresión vulgar.

—Vente... cuanto quieras— se giró rápidamente, cambiando su posición.

Eren deslizo sus manos por la delgada cintura de Levi hasta sus caderas, notando las buenas curvaturas y la suave piel nívea y lampiña —Eres... tan erótico—.

—Calla...—.

—Te gusta por detrás— dedujo al recordar ciertas cosas de su primera vez —Que lo haga profundamente y rápido, que frote tu cérvix y que no pierda el ritmo—.

—¡No lo sé! —.

—Te hare recordar esa sensación—.

—Cállate...— chillo avergonzado.

Eren deslizo su miembro en la entrada humedecida de Levi, rogaba que la dilatación de más diera frutos, y que no hiciera pasar malos momentos.

—Aquí voy...— dijo, suspiro nervioso, y comenzó a entrar.

Levi mordió la almohada mientras esta se mojaba con sus lágrimas, el miembro de Eren era grande, pero Levi estaba dispuesto a soportar, ya lo había hecho.

Después de unos minutos, Eren levanto las caderas del pelinegro, este solo hundió su rostro lo más posible en la almohada, que Eren tuviera pene gigante era doloroso, pero también una ventaja, porque no solo daba fácilmente en su punto, sino también lo rozaba se moviera a no, además se sentía complacido.

Eren no seguido entrando, faltaba poco, pero sabía que podría dañarle, estaba angustiado con la imagen que tenía, Levi temblaba, jadeaba y gimoteaba.

—Levi, perdóname... no he cambiado nada— dijo entristecido y decepcionado —Tu estas tan... delicado y yo...— no había entrado del todo, pero notaba que no se sentía precisamente bien.

—Eren... n-no quiero que te preocupes... —.

—Imposible—.

—Estoy bien... cometiste equivocaciones, pero reconociste tu error— suspiro algo agobiado, se sentía lleno, tenía que acostumbrarse, así que comenzó con un movimiento de caderas casi no notorio —Eren... no pares, ya mue..vete—.

Eren tomo sus caderas y, comenzó suave y lento.

—No quiero... esto—.

—¿Qué? ¿Duele? —.

Mi Querido Levi-san  ||  [Ereri] 🕊️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora