Mi Querido Levi-san || [Ereri] 🕊️

Cap.9: Aquella Noche.

Narro yo

Narra Levi

Levi miraba con una sonrisa a Eren, pues ya tenía un ramo de flores hecho en su mano, el castaño entraba y salía de la cabaña como un niño pequeño trayéndoselas.

—Est.. amarilla— balbuceo, refiriéndose al color de la flor.

Levi estaba borracho, pero nada comparado con Eren.

—Eren, que haces— le pregunto algo agobiado, las flores le daban alergia y cada vez que intentaba dejarlas sobre la mesa, Eren ponía cara de perro regañado.

—La flor... bonita flor... tu eres.. hemo.. so— sonrió bobamente hacia Levi, quien se levantó del sofá con el intento de ir a la cocina para darle algo de comer y que le bajara el alcohol.

Pero Eren lo tomo firme de su muñeca —No te... no vayas... no me dejes—.

—Solo voy a traer algo para que comas dement-...—.

Eren se levantó del sofá, y Levi por alguna razón se quedó helado y extrañamente intimidado.

—Si me dejas... voy a morir... mo... moriré si Levi-san... no se queda conmigo—.

Un pequeño rubor se hizo en las mejillas del azabache, ya que Eren torpemente había besado el borde de su labio.

—¡Estúpido! — le grito, empujo al menor para irse rápidamente a la cocina.

Llegando allí, se refregó la cara en agua fría y pensativo miro el agua caer del grifo.

Que acaba de hacer... el idiota está totalmente borracho.

***

—Eren, ahora que demonios te sucede— dijo mientras intentaba sacar al chico de una esquina de la sala —Carajo, Eren...— murmuro para sí mismo —Que sucede— dijo, le jodia mucho seguirle el juego, pero el chico estaba siendo muy terco.

—Me abandono...... me deja..dejaste—.

El contrario suspiro intentando relajar su ceño fruncido —Solo te prepare algo de comer para que te baje un poco la borrachera, maldición, soy cordial contigo y te enfadas porque me fui unos minutos— tironeo al menor de la oreja, quien se levantó del suelo y se dejó hasta el sofá —¡AHORA COME LO QUE TE HICE, MALDITA SEA! —.

La culpa le llego a los hombros de Levi cuando Eren le obedeció sin reclamos, tembloroso tomando el cubierto con sus grandes ojos chorreantes de lágrimas. Los borrachos eran un verdadero problema.

—Eren...— dijo, y sobo la oreja que anteriormente había tironeado —¿Te ha dolido?, no creí que fueras tan delicado, eres un titan—.

—¡No estoy llorando por eso! —.

—¡Entonces porque chillas! —.

—¡Porque Levi-san... Levi-san jamás me trata con amor! — cerro sus ojos y comenzó a comer a ciegas las cucharadas grandes el arroz —¡Siempre es frio! —.

Levi retiro su mano y desvió su vista hacia el suelo.

¿Amoroso... yo?... Eren... ¿quería eso?, pero ambos somos hombres, de seguro estaría asqueado si yo le abrazara o demostrara cariño... porque ambos somos hombres.

***