Las noches en las que el cielo era de color naranja (L.S)

Chapter Eight

Dedicado a unhumano_mas01
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Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours
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Se miran durante una milésima de segundo antes de que entre como un ciclón, cierre de un sonoro portazo y tire contra el suelo lo que sea que ha utilizado para abrir la cerradura. Se detiene a escasos centímetro de Harry, pero no le toca. Sus ojos azules dominan toda la habitación y lo dominan a él. Ahora mismo son más que frialdad y sensualidad, son un deseo sordo y duro que acelera su respiración y todo su cuerpo.

-¿Tú lo sientes? -Pregunta Louis.

Suspira.

No necesita explicarle a qué se refiere con esa pregunta. Harry sabe que quiere saber si siente que le pertenece a alguien. Él tampoco puede dejar de pensar en la misma frase desde que la ha pronunciado.

-Sí -musita.

Esa simple palabra no titubea en sus labios porque jamás ha tenido nada más claro.

-¿Con quién?

-Louis -se queja.

¿Por qué quiere oírselo decir? Ya le dejó suficientemente claro que nunca estarán juntos.

-Dímelo -le ordena con la voz endurecida, sexy.

No piensa apiadarse de él.

-Contigo.

Louis exhala con brusquedad todo el aire de sus pulmones, cubre la ínfima
distancia que los separa y acuna su cara entre sus manos.

-No quiero que salgas con Liam.

-Louis, yo...

-Y no sólo se trata de Liam-continúa acelerado, como si la mera idea lo torturara-. No quiero que nadie te toque, nunca. Joder, no quiero que ni siquiera respiren el mismo aire que tú.

Traga saliva. Todo esto es una locura, pero al mismo tiempo se siente tan lleno, tan deseado, porque él tampoco quiere que Louis le sonría a nadie, que les hable, que los mire. Es su oscuro objeto de deseo, es suyo, sólo suyo. Quiere que dé el paso definitivo, que le bese, que lo haga sentir todo lo que ya sabe que sentirá, todo ese placer, esa fuerza, ese deseo.

Louis atrapa su labio inferior con los dientes y tiene la sensación de que, con ese pequeño gesto, busca un último resquicio al que aferrarse.

-Eres mío -susurra Louis lleno de sensualidad, de fuerza, salvaje, indomable, sexy, duro, siendo exactamente él.

Su voz ronca y su cálido aliento bañan los labios de Harry.

Bésame, por favor. Bésame, por favor

-Nada me ha costado tanto en toda mi maldita vida como mantenerme alejado de ti -sentencia y, sin más, separa sus manos de su piel y se aparta de Harry.

No quiere que se vaya, pero las palabras se niegan a cruzar su garganta y sólo puede ver cómo se aleja. El ruido de la madera encajando en el marco le devuelve a la realidad.

Resopla desesperado y se lleva la mano a la frente. ¿Qué acaba de pasar aquí? Apaga la luz de un manotazo, se deja caer en la cama y clava la mirada en el techo. No quiere que esté con nadie más, pero lucha por mantenerse alejado de Harry; ¿en qué posición le deja eso? ¿Qué pretende que haga, que diga, que piense?

Se gira y mete las manos bajo la almohada a la vez que pierde su vista de la ciudad. Lo único que quería es que lo besara.

(...)