Epílogo

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Todo era pacifico en estos últimos días que se habían transformado en semanas y así concurrentemente en meses. Ahora el viento soplaba y el pasto era tan verde que se lograba confundir con el color tan distintivo de las hojas. Los primeros meses del año estaban siendo completamente provechosos para todos los reinos. Por un lado, los Frhanceknianos reconstruyeron su pueblo. Los elfos, por el otro, hicieron exactamente lo mismo. Gracias a que ahora Elizabeth promovía que varias especies pudiesen criarse juntas, esto unificó más a todas las criaturas de nuevo. 

Es entonces, que no muy lejos del pueblo Wood, vivía Aaron Burr. Él había pasado a ser una leyenda en vida, todos reconocían su historia, pero desafortunadamente para algunos, al introvertido alquimista no le agradaba mucho el hecho de pasar tiempo con la gente. Sentía un agudo dolor en su pecho aún con el simple hecho de recordar todo por lo que había tenido que pasar. Sí, debía avanzar, pero había algo dentro de él que de a poco lo iba metiendo más dentro de su propia cabeza. Por meses no había dejado de buscar alguna forma de poder traer al joven Alexander, recordaba que algo debía tener guardado dentro de su espaciosa cabaña. Dentro de esta habían pilas enteras de libros y hojas separadas con hechizos por doquier. Eso sí, estaba seguro de que si de verdad se lo proponía iba a encontrar algo tarde o temprano.

De pronto, su mano se dirigió a otro de los libros que tenía en su estante, tomándolo entre sus manos y comenzando a leerlo de manera atenta. Su rostro se llenó de felicidad al leer aquel rito con el que se realizaba el hechizo dentro del libro ¡Ese era el indicado!¡Con ese iba a poder revivir a Alexander!

— ¡Theodosia! ¡Lo conseguí! ¡Lo he logrado luego de tantos meses!— Exclamó completamente exaltado de la alegría que llevaba encima. No dudó ni dos segundos en arrancar la página tomándola con fuerzas entre una de sus manos. La paloma blanca solo aleteó un poco sus alas por la sorpresa de la emoción de su compañero al encontrar algo que ella ni siquiera comprendía, por obvias razones. — ¡No hay que perder tiempo! — Ahí fue, el momento en el que dio un paso fuera de su casa. Cuando comenzó a correr, todo comenzaba a hacerse más claro para él, que probablemente estaba saliendo de un estado de depresión de manera repentina.

El hechizo que ahora llevaba en una de sus manos, era de un antiguo libro que de pequeño se había robado de una biblioteca Wood. No eran hechizos para nada comunes, es más, estaban prohibidos para cualquier niño o adolecsente que no tiene idea de lo que hace, porque podría desperdiciar todo su futuro. Cuando Aaron era pequeño, solía robar y guardarse libros de hechicería avanzada o prohibida porque le llamaban mucho la atención la cantidad de cosas que podría lograr hacer algún día.

En ese momento, el joven Aaron sentía que el corazón se le iba a salir saltando de su pecho mientras corría por entre la gente en el medio de los combinados pueblos entre Woods y Schuylers. La magia ya no solo se veía en la alguimia, ahora podía observar la magia del cambio, de la integración de opuestos en su máximo esplendor. Que cada uno tenga la capacidad de elegir, la libertad de decidir si ir a lejanas tierras o descubrir qué hay más allá del horizonte, en las profundidades…

Burr terminó por llegar a al castillo. Muchos lo tenían presente cómo alguien tan importante, tanto que hasta estos tomaban la desición de reverenciarse ante él cuando pasaba por enfrente de ellos, aunque realmente a Aaron no le agradara mucho dicha acción. El hechicero solo corrió rápidamente por los extensos pasillos hasta poder llegar a la zona en la que tenían las tumbas de piedra… justo en el sitio en el que Alexander se encontraba…

Al llegar a esta tumba, miles de pensamientos pasaron por su cabeza ¿Qué pasaría si reviviese a Alexander y todos los demonios volviesen? Habían perdido a mucha gente en la batalla y sus tropas no resistirían a otro ataque más cómo lo había sido ese ¿Y si Alexander no quería volver a dirigirle la palabra? ¿Y si se había enojado?... Muy en el fondo, el alquimista temía denuevo… Esta situación le llevó a recordar la guerra que habían tenido hace meses y le preocupó el saber que quizás esto podría llevarlos a otra aún peor.

HAMILTON MEDIEVAL AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora